Distorsiones
La principal advertencia que hac¨ªamos respecto a la subida de las bolsas en el pasado mes de octubre no era tanto por su intensidad como porque coexist¨ªa con la persistencia de se?ales negativas procedentes del mercado interbancario. La prima por riesgo de cr¨¦dito apenas se hab¨ªa corregido desde los m¨¢ximos de mediados del mes de agosto, por lo que se manten¨ªa en un nivel incompatible con la percepci¨®n que se extra¨ªa de los mercados burs¨¢tiles respecto a que lo peor de la crisis hab¨ªa quedado atr¨¢s.
Hoy la situaci¨®n es bien distinta. Es seguro que el repunte reciente de la inflaci¨®n est¨¢ ayudando a deteriorar el sentimiento inversor. Pero sin que la inflaci¨®n impida los est¨ªmulos monetarios en caso de que la econom¨ªa entre en recesi¨®n, no es menos cierto que, de momento, s¨®lo existe una preocupaci¨®n por una desaceleraci¨®n ante el temor de que el desenlace de la crisis financiera sea peor de lo esperado.
El consumo de las familias de la eurozona se mantendr¨¢, ya que la tasa de desempleo est¨¢ en los niveles m¨ªnimos de los ¨²ltimos 25 a?os
Pero esto es s¨®lo un escenario que, si bien cada vez es m¨¢s probable, no tienen por qu¨¦ compartir algunos bancos centrales, que est¨¢n m¨¢s preocupados por lo que hoy tienen sobre la mesa (inflaci¨®n al alza) que por lo que est¨¢ por venir. Poco ha ayudado esta semana el que la Reserva Federal de Estados Unidos haya recortado sus previsiones de crecimiento econ¨®mico, no tanto las de 2008, situ¨¢ndolas en l¨ªnea con las del consenso, sino anticipando avances en la econom¨ªa del 2,5% para los ejercicios de 2009 y 2010; es decir, por debajo de las previsiones.
As¨ª que parece que entramos en una nueva fase de crecimiento mucho m¨¢s moderado y que tal vez no podr¨ªa soportar ni un petr¨®leo por encima de los 100 d¨®lares ni m¨¢s problemas de solvencia del sistema financiero.
Podemos confiar en las econom¨ªas emergentes y en su capacidad de relevo, pero ello no est¨¢ exento de incertidumbre. Apostar a que el consumo de las familias de la eurozona crecer¨¢ en 2008, porque la tasa de paro est¨¢ en los m¨ªnimos de los ¨²ltimos 25 a?os, es un deseo. Pero que un euro muy fuerte da?ar¨¢ el crecimiento es una obviedad que no deber¨ªa pasar inadvertida para el Banco Central Europeo.
David Cano y Jos¨¦ Manuel Ruiz son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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