Un cardenal con poder
"?Si son m¨¢s aburridas que un gorro de dormir!", dec¨ªa Taranc¨®n de las elecciones en la Conferencia Episcopal Espa?ola. No lo parecen ahora, a juzgar por las diferencias de criterio entre candidatos.
El cardenal Rouco, gallego nacido en 1936, aspiraba en 2005 a igualar a Taranc¨®n, que condujo a la Iglesia cat¨®lica entre 1971 hasta la infame noche del 23 de febrero de 1981. Ha sido el ¨²nico prelado que logr¨® tres mandatos sucesivos al frente de la Conferencia Episcopal, el m¨¢ximo posible. A Rouco, hace tres a?os, se lo impidieron 26 obispos:necesitaba 52 votos de los 77 prelados en activo, y obtuvo 51. No eran los dos tercios de los votos emitidos, como dice el reglamento de la CEE. Apeado de las votaciones, se impuso el candidato que menos esperaba, frente a Ca?izares, el mal menor para el cardenal de Madrid.
Rouco no se ha recuperado de la decepci¨®n. En estos tres a?os ni una sola vez ha acudido a las asambleas episcopales a tiempo para escuchar los discursos de su sucesor, salvo el lunes pasado, que se sent¨® a la izquierda de Bl¨¢zquez cuando ¨¦ste comenzaba a hablar.
Suele decirse que no hay nada m¨¢s parecido a un obispo que otro obispo. Lo parec¨ªa hace tres a?os. Ahora no. Bl¨¢zquez se ha desmarcado de su predecesor de manera sonada.
Rouco piensa que Espa?a se rompe y quer¨ªa, junto a Ca?izares, que la Conferencia Episcopal emitiese una instrucci¨®n pastoral sobre la unidad patria. Bl¨¢zquez les neutraliz¨® relativizando una y otra vez tanto alarmismo. Rouco acudi¨® a manifestaciones contra la legalizaci¨®n de los matrimonios gays. Bl¨¢zquez se neg¨®. Ca?izares y Rouco creen que el Ejecutivo socialista persigue a la Iglesia. Bl¨¢zquez dialoga con Rodr¨ªguez Zapatero en busca de acuerdos hasta ahora impensables, como la reforma a mejor -con un incremento del 34%- de la asignaci¨®n tributaria que el Estado paga cada a?o a la Conferencia Episcopal para culto y sueldos.
Ni siquiera est¨¢n de acuerdo en la pol¨ªtica a seguir ante ETA. Rouco y Ca?izares piensan que es inmoral dialogar con terroristas; Bl¨¢zquez, que es imprescindible el di¨¢logo.
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