La ceremonia subversiva de Bruce Springsteen

Ni da un paso atr¨¢s, ni se rinde. Bruce Springsteen lo dej¨® bien claro la noche del domingo en Madrid, en el Palacio de los Deportes, donde ofreci¨® uno de los conciertos m¨¢s poderosos y electrizantes que se le recuerdan. Y han sido muchos. Pero es que esta vez, El Boss y la E. Street Band ven¨ªan cargados de raz¨®n.

Cargados tambi¨¦n de rabia, de comprensible ira, de ansias inagotables de lucha. Porque en eso se ha convertido este Magic Tour de tama?as leyendas del rock nacidas en la oscura Nueva Jersey. Viajan con los ingredientes de toda una ceremonia subversiva y azuzan una conjura contra los que a su juicio arrasan lo mejor de su pa¨ªs.

Les debi¨® quedar claro el mensaje hasta a los pr¨ªncipes de Asturias, que acudieron con las infantas Elena y Cristina al Palacio de los Deportes: ?inspir¨¢ndose en los coqueteos con el rock de los pr¨ªncipes William y Henry en el Reino Unido? Bien, nunca es tarde para ponerse al d¨ªa. La fascinante y contagiosa energ¨ªa de Springsteen no tard¨® en invadirlo todo. Hizo valer la pena una espera de 45 minutos y poco tard¨® en lanzar sus andanadas y sus cr¨ªticas directas a la cara de Bush y los suyos como escupitajos.

"En mi pa¨ªs hoy las mentiras parecen verdad, y las verdades, mentira"

"Hola, Madrid. ?Queda alguien por ah¨ª?", pregunt¨® antes de arrancar con Radio nowhere, la canci¨®n que abre Magic, su nuevo disco, todo un grito en el desierto. Empalm¨® con No surrender. Para que nadie dudara de que se planta firme frente a la mentira, la violencia, y la monstruosidad de los abusos injustos que se libran en nombre de los suyos. "En mi pa¨ªs hoy, las mentiras parecen verdad, y la verdad, mentira", dijo en espa?ol antes de cantar Magic.

"Somos americanos y queremos ser ciudadanos del mundo, por eso luchamos", solt¨® antes de entonar Living in the future. "En EE UU se destruyen derechos civiles y se libran guerras injustas", a?adi¨®. No dejaba resquicio a las medias tintas, ni a los ung¨¹entos diplom¨¢ticos. Ca?a. Por eso sus canciones, sus signos sobre la gente apaleada y desheredada de su pa¨ªs sonaban con m¨¢s pasi¨®n si cabe. La que ha puesto tambi¨¦n en sus nuevas composiciones. Hechas, seg¨²n ¨¦l mismo ha declarado, en un estado de gracia creativa. Del reciente trabajo, Bruce ofreci¨® sin duda lo mejor. Aparte de lo citado, interpret¨® Gypsy biker, Last to die, Long walk home, con ecos del Springsteen eterno, como el de la escalofriante Devil's arcade, y el m¨¢s rom¨¢ntico, Girls in their summer clothes, I'll work for your love, que dedic¨® a los amantes y le sirvi¨® de gancho para repasar Tunnel of love.

No faltaron repasos a sus discos m¨¢s m¨ªticos. De Born to run a Born in the USA pasando por el m¨¢s reciente The Rising, algo de The river, que supo a poco, o canciones emblem¨¢ticas como Darkness on the edge of town, Badlands o Promise land. La banda estuvo m¨¢s que plet¨®rica. Aunque el concierto fue corto para lo que ten¨ªa acostumbrado al p¨²blico madrile?o con sesiones de m¨¢s de tres horas, esta vez, Bruce y los suyos se mantuvieron en el escenario dos horas y media. Pero a qu¨¦ nivel. Qu¨¦ poder el de las baquetas de Max Weinberg, qu¨¦ cohesi¨®n la de las guitarras del antes pirata y hoy pariente de Los Soprano Steve van Zandt, y Nils Lofgren. Menuda presencia la del grandull¨®n Clarence Clemons, imponente en esa esquina hacia la que sin querer se vuelca tantas veces la vista para observarle entre sus saxofones, sus panderetas y sus maracas.

Junto a ellos vimos en el escenario -muy austero- al hijo de Elvis y de Hank Williams, al hermano de Dylan y Woody Guthrie. Y se desnud¨® el Bruce m¨¢s comprometido y po¨¦tico, el que ha mantenido en su obra la antorcha de escritores como John Steinbeck o cineastas como John Ford y el que se inspira ahora en su paisano de Nueva Jersey Philip Roth, cuya novela La conjura contra Am¨¦rica ha servido a Springsteen de gu¨ªa para Magic. ?l es un icono de la Norteam¨¦rica ejemplar, un poeta apasionado, la voz de una conciencia agraviada. Bruce Springsteen, ese rebelde de 58 a?os, a quien los neocon han buscado las cosquillas y que les ha saltado como una fiera a la yugular con el cuchillo que mejor maneja: el rock and roll. Con ¨¦l se present¨® anoche tambi¨¦n en Bilbao en un concierto que justo acababa de empezar al cierre de esta edici¨®n.