Un patrocinio vergonzante
T-Mobile sigue pagando al equipo a cambio de que no lleve su imagen
Hace pocas semanas Adidas anunci¨® que dejaba de ser proveedor oficial y patrocinador del equipo ciclista T-Mobile. Poco despu¨¦s un responsable de Adidas llam¨® al fabricante italiano que durante a?os elaboraba de encargo los maillots magenta y los culottes del conjunto. "Hazlos como siempre, que nosotros seguimos pagando", le dijo. "Pero este a?o quita las tres bandas de nuestra marca".
Hab¨ªa nacido el patrocinio vergonzante. El gigante alem¨¢n del equipamiento prefer¨ªa seguir pagando para cumplir el contrato firmado, pero borrando su logotipo, para no manchar su imagen con los problemas de dopaje tan indisociablemente unidos al ciclismo los ¨²ltimos a?os. La estrategia ha tenido tanto ¨¦xito que poco despu¨¦s ha sido el propio patrocinador principal del T-Mobile, Deutsche Telekom, el que ha seguido el ejemplo.
Adidas sigue pagando la confecci¨®n de los 'maillots', que ya no pueden llevar su logo "Es impensable un equipo sin publicidad. Es una mala se?al", dice Eusebio Unzue
El gigante de la telefon¨ªa alemana ya hab¨ªa decidido hace un par de meses cortar de ra¨ªz el patrocinio de un equipo con el que se hab¨ªa comprometido hasta 2010 y que desde que gan¨® el Tour con Bjarne Riis en 1996 se hab¨ªa convertido en la gran potencia econ¨®mica mundial. En 2007, su contribuci¨®n era de 15 millones de euros, una cifra ¨ªnfima dentro de su presupuesto publicitario. Tan ¨ªnfima que no le importar¨¢ nada seguir aport¨¢ndola a cambio simplemente de que su nombre no figure en el maillot.
Bob Stapleton, el due?o del equipo ciclista, que a partir de ahora se llama Highroad Sports, se embols¨® hace un par de a?os m¨¢s de 10.000 millones de euros cuando Deutsche Telekom compr¨® Voice Stream, una compa?¨ªa de telefon¨ªa m¨®vil de la que era propietario a medias con otros dos socios. El a?o pasado, despu¨¦s de un Tour en el que no pudo participar el l¨ªder Jan Ullrich, atrapado por la Operaci¨®n Puerto, y en el que, seg¨²n las confesiones del arrepentido ciclista Patrick Sinkewitz, se sigui¨® practicando en el conjunto autotransfusiones de sangre, Stapleton, forofo del ciclismo, se hizo cargo de la gesti¨®n del equipo. Las ¨²ltimas semanas las ha dedicado a negociar con el patr¨®n las consecuencias econ¨®micas de la retirada del mercado cicl¨ªstico de la marca T-Mobile.
En teor¨ªa, el equipo podr¨ªa seguir en el ProTour como si nada hubiera pasado. As¨ª ser¨ªa si el nerviosismo no se hubiera empezado a apoderar de sus figuras -el australiano Michael Rogers, los ingleses Mark Cavendish y Bradley Wiggins, el estadounidense George Hincapie- y de sus proveedores, que no creen posible que un equipo ciclista pueda sobrevivir con un maillot limpio de publicidad y que reprochan a Stapleton su individualismo y su secretismo.
Tambi¨¦n el resto de grandes equipos mundiales consideran que es imposible que esto siga tal cual. El T-Mobile es el segundo gran patrocinador que abandona el ciclismo en 2007. Antes lo hab¨ªa hecho Discovery Channel, y ni siquiera Lance Armstrong le pudo encontrar un sustituto en todo el mundo.
"T-Mobile era, sobre todo, un gran paraguas para todo el ciclismo, el s¨ªmbolo de que las grandes empresas segu¨ªan confiando en la capacidad de este deporte para regenerarse", dice Eusebio Unzue, director del Caisse d'?pargne, una de las pocas grandes potencias econ¨®micas que siguen en el ciclismo. "A los otros patrocinadores grandes les gustaba verse arropados por otros grandes. Es impensable, adem¨¢s, un equipo sin publicidad o con nombres de conveniencia. Son se?ales muy malas".
El banco holand¨¦s Rabobank es, ahora, el mayor y m¨¢s antiguo sponsor del ciclismo. Su reacci¨®n ante una crisis de imagen y de gesti¨®n similar en cierta manera a la sufrida por T-Mobile ha sido, hasta el momento, muy diferente, aunque con un punto de contacto. Despu¨¦s de forzar a Michael Rasmussen a abandonar un Tour del que era el vencedor virtual debido a que hab¨ªa mentido p¨²blica y privadamente sobre su paradero en el mes anterior a la grande boucle, el consejo de administraci¨®n del banco encarg¨® un informe externo. En ¨¦l qued¨® probada la mentira de Rasmussen y la responsabilidad del anterior manager, Teo de Rooy. ?ste dimiti¨®. Para encontrar un sustituto, el banco no buce¨® en el mundo del ciclismo sino en el de la gesti¨®n bancaria, y ha encargado al director general de una secci¨®n de Rabobank, Harold Knebel, otro forofo del ciclismo como Stapleton, la tarea de dirigir las andanzas de Freire, Flecha, Horrillo, Menchov y dem¨¢s figuras.
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