El arcipreste y la serrana
Sotosalbos, la parada segoviana del autor de 'El libro del buen amor'
"Por la mu?eca me priso; tuve que hacer cuanto quiso". El personaje no pudo resistirse a la vaquera en lo alto del puerto. Un gran episodio, libre y sat¨ªrico, de la literatura medieval en un enclave de Segovia.
A cien kil¨®metros de Madrid y a menos de veinte de Segovia o de La Granja de San Ildefonso, podr¨ªa situarse, al pie del puerto de Malangosto, uno de los corazones de Castilla: Sotosalbos. Una villa medieval que hoy reclama al menos una visita desde la torre de su fant¨¢stica iglesia rom¨¢nica.
La historia de Sotosalbos y de Malangosto estar¨¢ siempre ligada a la de Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, el l¨ªrico m¨¢s ilustrado del medievo. Aquel viajero que dio a estos enclaves, all¨¢ por el siglo XIV, un lugar preferente en su obra sat¨ªrica y universal, El libro del buen amor.
Siguiendo los mismos pasos que el arcipreste detalla en su obra, a la altura del kil¨®metro 177 de la N-110 tomamos la ¨²nica pista forestal que conduce hasta las puertas de Malangosto. El puerto que, a d¨ªa de hoy, s¨®lo se puede cruzar andando, pero en el que sotosalbe?os y pueblos vecinos celebran, a principios de agosto, la romer¨ªa en la que se escenifica, con trajes de ¨¦poca medievales, uno de los encuentros m¨¢s celebrados de El libro del buen amor, esa "comedia humana del siglo XIV", como la defini¨® Men¨¦ndez y Pelayo.
En uno de los episodios m¨¢s desinhibidos y alegres de la literatura espa?ola, y uno de los m¨¢s populares por su sensualidad y desverg¨¹enza, se supone que es el propio arcipreste quien se topa en lo alto del puerto con la serrana La Chata, tras dejar su casa, dice la leyenda, un 3 de marzo. El mejor d¨ªa, seg¨²n la tradici¨®n popular de la ¨¦poca, para ponerse en camino. "... Pasando yo una ma?ana / el puerto de Malangosto, / asalt¨®me una serrana / a la asomada del rostro. / 'Desgraciado, ?d¨®nde andas?, / ?qu¨¦ buscas o qu¨¦ demandas / por aqueste puerto angosto?'. / Contest¨¦ yo a la pregunta: / "Me voy para Sotosalbos...".
El cortejo que a continuaci¨®n se entabla entre ambos ("por esta encrucijada que yo tengo guardada / no pasan los hombres salvos") culmina con la imposibilidad de resistirse el hombre ante el despliegue de atenciones de la poco agraciada vaquera ("no te espantes, que bien te dar¨¦ que yantes / como es de la sierra uso"). Todo ello en una atm¨®sfera de nieve y granizo que le sirve al autor para satirizar las idealizadas pastorelas primaverales al uso. Un episodio literario de galanteo, disfrute y humor desatado que sirve de ejemplo para emparentar a Juan Ruiz, como hace Men¨¦ndez Pidal, con la tradici¨®n de goliardos y juglares por su "jovial desenfado, su humorismo esc¨¦ptico y malicioso". El fil¨®logo y medievalista destaca tambi¨¦n en la obra del arcipreste ese deleite "en el ¨¢spero choque entre lo religioso y lo profano, entre lo serio y lo burlesco, entre el buen amor y el amor loco".
Han pasado casi siete siglos desde entonces, y nadie, a d¨ªa de hoy, ha podido determinar de forma oficial qu¨¦ buscaba el arcipreste en Sotosalbos o qui¨¦n o qu¨¦ le esperaba en este lugar id¨ªlico en el que parec¨ªa encontrarse, entre serranas, herreros y pastores, como en su casa. De hecho, apuntan algunos historiadores, ¨¦ste conoc¨ªa demasiado bien las tierras segovianas y la trashumancia de los reba?os como para haber nacido y vivido en otro lugar que no fuera la sierra. Ese para¨ªso que abandonaba muy de vez en cuando para desplazarse a la peque?¨ªsima ciudad de Segovia -formada inicialmente por siete aldeas-, que le sorprende con el bullicio de la calle y la monstruosidad de la "serpiente groya" de la que busca su costilla (el acueducto romano).
El hombre que dijo ser Arcipreste de Hita y escribi¨® un libro de m¨¢s de 7.000 versos (una de las cumbres de la literatura medieval espa?ola) est¨¢ presente en los rincones de esta tierra: en sus posadas y casas rurales, en sus restaurantes, en sus iglesias y, por supuesto, en el pico de Malangosto. Ese lugar en el que se ha erigido una cruz en honor de Juan Ruiz y en el que tambi¨¦n se sigue recordando la experiencia de Juana la Beltraneja, que estuvo a punto de morir helada en la cumbre de la monta?a nada m¨¢s ser proclamada heredera de Castilla por su padre, Enrique IV, en 1470.
Ca?adas y cordeles
Y siguiendo al pie de la letra el "Me voy para Sotosalbos..." del arcipreste, llegamos a la villa. Dedicados durante siglos sus habitantes al pastoreo, a la cr¨ªa de caballos con los que surt¨ªan al ej¨¦rcito y a la agricultura de subsistencia, sobrevivi¨® esta poblaci¨®n a la trashumancia de los reba?os de ovejas merinas; a la encrucijada de ca?adas y cordeles; a la revuelta de los comuneros, que les dej¨® sin industria textil -sin pa?os y sin puntillas-; a la francesada de Napole¨®n, que les invadi¨® all¨¢ por el a?o 1808; al fracaso definitivo de las f¨¢bricas que llevaban el real sello de pa?os instituido por los Reyes Cat¨®licos; a la terrible Guerra Civil, y, por ¨²ltimo, a la soledad y el aislamiento en la ¨¦poca en la que los m¨¢s j¨®venes cambiaron el campo por la ciudad.
Y es en este soto, Saltus Alvus, donde sobresale una joya del arte: la iglesia de San Miguel Arc¨¢ngel, refinado exponente de la arquitectura rom¨¢nica segoviana. Construida sobre una sola nave de cabecera plana, con un ¨¢bside semicircular, tiene torre mocha y cuadrada, galer¨ªa porticada con el n¨²mero m¨¢gico de los siete arcos distribuidos en dos p¨®rticos, y algunos de los m¨¢s hermosos capiteles historiados del rom¨¢nico de Castilla. En los capiteles del p¨®rtico y en los canecillos se suceden las figuras que aluden a la lucha entre el bien y el mal, y un impresionante repertorio de im¨¢genes que fueron labradas para, como dijo san Bernardo, "adoctrinar a los que no saben leer".
Misterioso repertorio
La fuerza oculta de los s¨ªmbolos entra en nosotros para plantearnos las eternas preguntas en forma de voces silenciosas. Piedras que fueron esculpidas con el m¨¢s variado repertorio de animales sacados del bestiario. Todo un mundo iconogr¨¢fico en el que aparecen guardianes por todas partes: bondadosos ¨¢ngeles; serpientes que act¨²an, a veces, como las guardianas del saber; caballeros en pie de guerra con lanza o con espada, y sirenas-p¨¢jaro con cuerpo de ave, largo cuello y cabeza de mujer. Figuras que, al igual que en la antig¨¹edad cl¨¢sica, tienen la funci¨®n de acompa?ar las almas de algunos difuntos hacia el Hades, pero tambi¨¦n de raptar al hombre para devorarlo.
Bajo el p¨®rtico menor se representan, entre una exuberante vegetaci¨®n, las arp¨ªas. Y en la galer¨ªa, los canecillos en los que se muestran m¨²sicos saltimbanquis y gentes ejerciendo los oficios: afiladores, herreros y escribas. Im¨¢genes sacras y civiles esculpidas en los arcos y metopas construidos bajo el alero del atrio, en los que se distingue a los eclesi¨¢sticos -pudiendo ser uno de ellos el Arcipreste de Hita-, pero tambi¨¦n se da cabida al potro de herrar las vacas y al puente de Contadero, donde se hac¨ªa el recuento de las cabezas de ganado.
A esta riqueza de las piedras se unen en el interior algunas impresionantes pinturas al fresco -un pantocr¨¢tor con sus evangelistas y un buey representando a san Lucas-, la pila bautismal y la imagen de Nuestra Se?ora de la Sierra, rescatada de la hoy ruinosa iglesia mon¨¢stica cisterciense de Santa Mar¨ªa de la Sierra.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir- Sotosalbos dista 95 kil¨®metros de Madrid. Se va por la A-6 hasta el desv¨ªo de la AP-61 hacia Segovia. En Segovia se toma la circunvalaci¨®n SG-20 para coger la N-110 en direcci¨®n a Soria. A 15 kil¨®metros por la N-110 est¨¢ indicado Sotosalbos.- Para un camino algo m¨¢s largo que descubre la zona, se recomienda la subida por el puerto de Navacerrada (M-601) y bajada hacia los pinares de Valsa¨ªn hasta La Granja. Seguir hacia Torrecaballeros y coger la N-110 direcci¨®n a Soria. A cinco kil¨®metros se encuentra Sotosalbos.Comer- Restaurante El Port¨®n (921 40 31 25; www.elportondesotosalbos.com). Sotosalbos. En un edificio con fachada de mamposter¨ªa de piedra, rejer¨ªa de forja antigua, techos con vigas de madera, dos chimeneas y horno a la vista que fue erigido sobre un antiguo almac¨¦n de heno del siglo XVIII. Precio medio, unos 30 euros.- Asador Manrique (921 40 30 66). Carretera Soria-Plasencia, km 173,20. Sotosalbos. Unos 30 euros.- Otras opciones son Ta-Berna o La Matita, en el pueblo de Collado Hermoso, o El Pil¨®n, en Tur¨¦gano.Dormir- La Casa del Maestro (679 14 65 97; www.casadelmaestro.es). Espectacular vista de la iglesia rom¨¢nica. Ocupa la antigua vivienda del maestro del pueblo. Casa rural completa para cuatro personas. El fin de semana, dos noches, desde 260.- La Fragua (921 40 30 35). Sotosalbos. Casa rural para 8 o 9 personas. Fin de semana, dos noches, desde 410 euros.- Edelweiss (609 55 68 62). Sotosalbos. Habitaci¨®n doble, 85 por noche con desayuno.
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