Espa?a reclama un giro radical en el reparto de emisiones

"No est¨¢ escrito en ninguna parte que un mexicano tenga que emitir la cuarta parte que sus vecinos del norte. A largo plazo, un ciudadano chino tiene el mismo derecho a consumir energ¨ªa y a contaminar que un americano". La frase, del secretario general para la Prevenci¨®n del Cambio Clim¨¢tico del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Aizpiri, sobre las intenciones de Espa?a en Bali puede parecer una perogrullada. Pero no lo es. Supone que Espa?a pide un cambio radical en c¨®mo se asignan las emisiones (hasta ahora, tanto a cada pa¨ªs, algo que ha perjudicado a Espa?a) y sean igual en todo el mundo para la poblaci¨®n, en el caso de la contaminaci¨®n personal, y para cada sector econ¨®mico.

"En Bali comienza la hora de la verdad de la lucha contra el cambio clim¨¢tico", explica Aizpiri, que espera que de la cumbre salga "una hoja de ruta clara" para que en 2009 haya un acuerdo que sustituya al de Kioto que pueda entrar en vigor el 1 de enero de 2013, cuando aqu¨¦l concluya.

Cada vez que alguien dice que Espa?a es el pa¨ªs m¨¢s contaminante el Gobierno se indigna, ya que en realidad eso se debe a que es el m¨¢s alejado del compromiso para cumplir Kioto que acord¨® la UE y que permit¨ªa a Espa?a emitir en 2010 un 15% m¨¢s que en 1990. Con esas cifras, negociadas por el Gobierno del PP, un espa?ol emitir¨¢ de media unas 7,6 toneladas de CO2, mientras que un europeo emite 10 y un estadounidense 20.

Espa?a considera que a largo plazo el acuerdo debe incluir el concepto de emisiones per c¨¢pita, algo que beneficia a los pa¨ªses en desarrollo. Aunque todo el mundo apunta a China como gran emisor, tomando este par¨¢metro cada chino emite unas 4 toneladas de CO2 al a?o, cifra que crece r¨¢pidamente. Sobre ese nivel deber¨¢n estar las emisiones a largo plazo para estabilizar la concentraci¨®n de CO2 en un nivel aceptable.

Esa es la propuesta espa?ola para los llamados sectores difusos, la contaminaci¨®n como la de los coches o las casas, que no se puede asignar ya que depende del comportamiento de los ciudadanos.

Para las industrias, Espa?a quiere que haya convergencia "en las emisiones por unidad de producto". Se trata de que, por ejemplo, una cementera tenga la misma capacidad de emisiones en todo el mundo, para evitar la deslocalizaci¨®n. De nada ayuda al planeta que, por un reparto tortuoso de emisiones entre pa¨ªses, una cementera se vaya de Espa?a a Marruecos o a Francia y de all¨ª traiga el cemento en cami¨®n.