Primera derrota del proyecto de Ch¨¢vez para el continente
Euforia entre la oposici¨®n boliviana y cautela en el Gobierno cubano
El fracaso de la reforma constitucional de Hugo Ch¨¢vez supone tambi¨¦n un varapalo para el proyecto continental del presidente venezolano, en un momento en el que Bolivia y Ecuador est¨¢n embarcados en sendos proyectos de "refundaci¨®n", siguiendo el modelo chavista, y cuando el r¨¦gimen cubano tiene puestas en Ch¨¢vez sus esperanzas de supervivencia pol¨ªtica.
En Bolivia, el principal socio del "eje bolivariano", la derrota de Ch¨¢vez fue recibida como una victoria propia por los opositores a la nueva Constituci¨®n que impulsa Evo Morales. El Gobierno y todos los partidos hab¨ªan seguido muy de cerca el desenlace del refer¨¦ndum venezolano, conscientes de que los movimientos pol¨ªticos de los pr¨®ximos d¨ªas depend¨ªan en buena parte de que Ch¨¢vez, mentor y consejero de Morales, obtuviera el respaldo popular para aprobar su nueva Constituci¨®n.
El no venezolano llen¨® de optimismo a los seis gobernadores de las provincias autonomistas, que ayer viajaban hasta Nueva York para buscar ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos y Naciones Unidas respaldo internacional a su resistencia frente a la reforma propuesta por el presidente boliviano. "Es una derrota de los modelos totalitarios", destac¨® Manfred Reyes Vila, gobernador de Cochabamba, antes de volar a EE UU.
El pr¨®ximo d¨ªa 14 termina el plazo para que la Asamblea Constituyente apruebe la pol¨¦mica nueva Carta Magna, pero el resultado venezolano ha dejado ese l¨ªmite en el aire. Por el momento, Morales ya ha renunciado a aprobar el texto por mayor¨ªa simple, como pretend¨ªa, mientras abre una ronda de contactos con los partidos. Adem¨¢s, la derrota de Ch¨¢vez ha desbaratado otra opci¨®n que manejaba el Gobierno boliviano: convocar directamente un refer¨¦ndum sobre la nueva Constituci¨®n, argumentando que la mera aprobaci¨®n del ¨ªndice del texto (cosa que hizo en solitario el partido oficial) bastaba para ir a las urnas. Lo sucedido en Venezuela ha servido de advertencia a Morales, que en 2006 obtuvo poco m¨¢s del 50% de los votos en las elecciones a la Constituyente.
En Cuba, faro inspirador para Ch¨¢vez, las autoridades reaccionaron ayer con cautela al triunfo del no en Venezuela. La prensa oficial se limit¨® a ofrecer escuetamente y con asepsia el resultado de la votaci¨®n, destacando el mensaje de Hugo Ch¨¢vez de que la revoluci¨®n bolivariana continuar¨¢ y que el refer¨¦ndum fue s¨®lo un momento en una "batalla larga". El canciller, Felipe P¨¦rez Roque, asegur¨® que hab¨ªa sido un "proceso ejemplar" que dej¨® claro el esp¨ªritu democr¨¢tico del mandatario venezolano. En v¨ªsperas de la votaci¨®n, ante la eventualidad de que fuera rechazada la reforma de Ch¨¢vez, el presidente del Parlamento, Ricardo Alarc¨®n, hab¨ªa se?alado que Venezuela tendr¨ªa el lunes "el mismo Gobierno, la misma Asamblea y el mismo proceso revolucionario".
Relaciones vitales
Ciertamente, que a su m¨¢s cercano aliado le queden cinco a?os al frente de Venezuela es un alivio para el Gobierno cubano. Las relaciones con Caracas son vitales para La Habana. De Venezuela procede el grueso del petr¨®leo que la isla consume, 98.000 barriles diarios a precios preferenciales. Entre ambas naciones est¨¢n en marcha cientos de proyectos de colaboraci¨®n -entre ellos un convenio de salud por el que 30.000 m¨¦dicos y t¨¦cnicos prestan servicio en Venezuela- y decenas de inversiones, que incluyen cientos de millones de d¨®lares para rehabilitar la refiner¨ªa de Cienfuegos, construida en la era sovi¨¦tica.
Que siga mandando Ch¨¢vez en Venezuela es una garant¨ªa... pero mientras dure. El resultado del refer¨¦ndum ha enviado a La Habana dos mensajes: el primero, que Hugo Ch¨¢vez no es imbatible en las urnas; el segundo, que los cinco a?os que le quedan pueden complicarse si la oposici¨®n aprovecha este bal¨®n de ox¨ªgeno. Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, el varapalo a Ch¨¢vez fortalece a los que defienden en la isla que ahora m¨¢s que nunca es necesario impulsar cambios estructurales profundos.
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