Embajador del baile y de la ONU
Mory Kant¨¦ lucha por ?frica y reivindica la riqueza de la cultura oral
Cuando sale de la habitaci¨®n del hotel, embutido en un ch¨¢ndal Le Coq Sportif blanco, cuesta creer que este hombre de aspecto venerable fuera capaz de poner a bailar, apenas una hora m¨¢s tarde, a m¨¢s de 10.000 personas en el coraz¨®n de Las Palmas. Es el ¨²ltimo concierto de la temporada para Mory Kant¨¦, un guineano de 57 a?os que se ha erigido en el mayor difusor mundial de la cultura griot y, desde 2001, en embajador de las Naciones Unidas para la lucha contra la pobreza. "Toda la humanidad es una sola persona. Y si nos duele ?frica, nos debe doler el resto del cuerpo", sostiene con gesto severo.
La conversaci¨®n transcurre en la furgoneta que conduce al autor de la celeb¨¦rrima Y¨¦k¨¦ y¨¦k¨¦ hasta el parque de Santa Catalina, epicentro del festival Womad, donde Kant¨¦ triunf¨® este fin de semana. S¨®lo lleva consigo la kora, su arpa africana de 21 cuerdas y panza de calabaza, que ¨¦l mismo deposita con sumo cuidado en el asiento del copiloto. "Me la regal¨® un amigo de Balako, en Mal¨ª, cuando yo era un adolescente. Es como un ser vivo. Ahora tiene 80 a?os y requiere de mis mejores cuidados", aclara.
No publica disco nuevo desde el ac¨²stico Sabou (World Music Network, 2004), pero la agenda de su representante rebosa de anotaciones. "He llegado al punto en que mis pr¨®jimos me consideran una vieja instituci¨®n", anota con humor. "?frica es un continente como cualquiera de los dem¨¢s, y por eso no podemos consentir en ¨¦l los problemas de desarrollo o malnutrici¨®n que no concebir¨ªamos en el mundo occidental. Mi compromiso con la ONU va en esa direcci¨®n".
Adem¨¢s de su actividad diplom¨¢tica, Kant¨¦ aprovechar¨¢ los pr¨®ximos meses para grabar su nuevo ¨¢lbum -junto a m¨²sicos de ?frica occidental, Armenia y Noruega-, celebrar con una gira mundial el vig¨¦simo aniversario de Y¨¦k¨¦ y¨¦k¨¦ e inaugurar en Conakry su Instituto de Cultura Griot, un proyecto acariciado durante d¨¦cadas. Los griots (el t¨¦rmino significa, literalmente, "sangre") son los trovadores, poetas e historiadores de la cultura oral africana. Y a ¨¦l, como gran abanderado de los griots, le horrorizaba pensar que estas sabias ense?anzas ancestrales se fueran diluyendo con el paso de las generaciones.
"Yo soy s¨®lo un m¨²sico, un simple artista", exclama Mory, "pero me alegro de que la m¨²sica me haya permitido lograr una cierta autoridad, un mayor respeto para mi gente. Las soluciones a los problemas de ?frica nos competen a todos. Es como viajar en avi¨®n: hay pasajeros en clase turista y en business, pero viajamos en el mismo aparato. Y si el avi¨®n se estrella, nos mataremos todos...".
Prefiere no hablar de pol¨ªticos en concreto. Le espanta, de hecho, que le atribuyan la condici¨®n de l¨ªder. Su coraz¨®n, dice, "est¨¢ con el pueblo, con las personas de a pie, no con los poderosos".
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