La divisi¨®n ciudadana empa?a la primera protesta unitaria contra ETA desde 2003

Unidad en la tribuna, divisi¨®n total entre el p¨²blico. Por primera vez desde el 12 de marzo de 2004, el d¨ªa siguiente al atentado islamista que acab¨® con la vida de 191 personas, Madrid volvi¨® a ser testigo de una manifestaci¨®n unitaria de repulsa contra el terrorismo, en la que estuvieron los principales dirigentes de sindicatos, patronal y todos los partidos -con la notable ausencia del presidente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero-.

Unidad en la tribuna, divisi¨®n total entre el p¨²blico. Por primera vez desde el 12 de marzo de 2004, el d¨ªa siguiente al atentado islamista que acab¨® con la vida de 191 personas, Madrid volvi¨® a ser testigo de una manifestaci¨®n unitaria de repulsa contra el terrorismo, en la que estuvieron los principales dirigentes de sindicatos, patronal y todos los partidos -con la notable ausencia del presidente, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero-. Y, como aquel d¨ªa -recordado por el grito de "?qui¨¦n ha sido?" que arreciaba al paso de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar-, la divisi¨®n que por un d¨ªa no se not¨® entre los pol¨ªticos qued¨® patente en la calle.

La protesta fue, en lo que a convocatoria se refiere, un claro fracaso. Pese a tratarse de una concentraci¨®n y no una manifestaci¨®n, nunca se hab¨ªa juntado tan poca gente en Madrid contra ETA. Ni contra la guerra de Irak. La capital se hab¨ªa acostumbrado ya, entre manifestaciones contra el Gobierno y contra los terroristas, a unas cifras m¨ªnimas de 50.000 personas. Ayer no se alcanzaron ni de lejos. Menos de 7.000 personas acudieron a la convocatoria. El PP acudi¨®, pero no moviliz¨® a su gente ni autobuses. El PSOE tampoco.

La tensi¨®n se palpaba, ya antes de que comenzara el acto, porque centenares de personas hab¨ªan ido a romperlo con pancartas contra el Gobierno. Por eso, partidos y sindicatos cuidaron todos los detalles.

La ausencia de Zapatero, principal objetivo de cr¨ªticas e insultos, redujo algo los ataques. PSOE y PP -que no acud¨ªan juntos a una marcha contra ETA desde el atentado contra dos polic¨ªas en Sang¨¹esa en 2003- pactaron que ning¨²n pol¨ªtico subiera al escenario para quitar tensi¨®n. Se quedaron abajo, aunque eso no evit¨® que al paso de Jos¨¦ Blanco, n¨²mero dos del PSOE, arreciaran las cr¨ªticas. No sucedi¨® lo mismo cuando lleg¨® Mariano Rajoy, que finalmente decidi¨® acudir. Una militante desconocida de UGT ley¨® el texto pactado el s¨¢bado entre todos los partidos. Y pidi¨® dos minutos de silencio (no cinco como estaba previsto). Y la m¨²sica cl¨¢sica se puso a todo volumen para que los gritos de divisi¨®n se oyeran menos.

Todos los trucos limitaron el impacto sonoro, pero nadie pudo contener la divisi¨®n. "?Zapatero, dimisi¨®n!", gritaban desaforados grandes grupos de j¨®venes y jubilados. "?Zapatero, no est¨¢s solo!", les contestaban al lado. Los n¨²meros estaban muy igualados, pero el "Zapatero, dimisi¨®n", gan¨® por goleada, entre otras cosas porque los que protestaban contra el Gobierno tienen mucha m¨¢s pr¨¢ctica: ha habido siete manifestaciones esta legislatura, y los c¨¢nticos est¨¢n muy engrasados. No hab¨ªa divisi¨®n f¨ªsica entre los dos grupos, estaban hombro con hombro, y la polic¨ªa se puso muy nerviosa. "S¨ª, aqu¨ª est¨¢n muy juntos, de momento tranquilo, parece gente mayor, pero hay que estar al loro", le dec¨ªa un agente a su superior por el transmisor. Por megafon¨ªa se llam¨® a la calma: "Esta concentraci¨®n es silenciosa". Ni caso.

S¨®lo hubo un aut¨¦ntico momento de unidad: los dos minutos de silencio por las v¨ªctimas, respetados casi en su integridad. S¨®lo un peque?o grupo, cuando el comunicado dec¨ªa "apoyamos y apoyaremos al Gobierno para derrotar a ETA", comenz¨® a gritar "?no!, ?no!, ?fuera!, ?fuera!". Pero eran pocos.

El acto fue brev¨ªsimo. Comenz¨® incluso antes de tiempo, y en cinco minutos hab¨ªa acabado. Ajenos a la divisi¨®n, los pol¨ªticos se esforzaron por dar imagen de unidad. "Hay que lanzar un mensaje: la unidad de los dem¨®cratas lograr¨¢ la derrota de ETA", se limit¨® a decir el socialista Blanco, sin querer entrar en pol¨¦micas.

Josu Erkoreka, portavoz del PNV, tambi¨¦n quiso destacar esa unidad perdida durante toda la legislatura y recuperada al final, tras el asesinato por parte de ETA de un guardia civil: "Aqu¨ª estamos formaciones a las que nos separan enormes diferencias ideol¨®gicas, pero estamos de acuerdo en algo b¨¢sico: que la pol¨ªtica est¨¢ al servicio de las personas, y no al rev¨¦s". De fondo, el soniquete segu¨ªa: "?Zapatero, dimisi¨®n!".