Los hombres de Orcasur viven siete a?os menos que los de Salamanca

Un hombre que viva en el distrito de Salamanca reside a menos de 15 kil¨®metros de distancia de uno de Orcasur, pero a ambos les separa un mundo si se tiene en cuenta su esperanza de vida. El primero, que vivir¨ªa casi 80 a?os (78,9), compite con sus cong¨¦neres japoneses o suizos para situarse entre los m¨¢s longevos del mundo. El de Orcasur, cuya esperanza de vida es de 71,3, se encuentra en los niveles de M¨¦xico o El Salvador, sobre el n¨²mero 50 en la lista por pa¨ªses de la ONU.

Un estudio del Ayuntamiento de Madrid ha analizado por primera vez la desigual esperanza de vida -"un buen indicador del estado de salud de la poblaci¨®n por reflejar los niveles sanitarios, sociales y econ¨®micos que influyen en la mortalidad", seg¨²n los autores del informe, que pertenecen a Madrid Salud- que se registra en los distritos de Madrid.

Y concluye que las diferencias entre ellos est¨¢n relacionadas con los niveles de desempleo, formaci¨®n y renta. Rondan los cuatro a?os entre los m¨¢s ricos y los m¨¢s pobres, situados en el sureste de la capital.

El trabajo, presentado en un congreso de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa hace unos d¨ªas, afina a¨²n m¨¢s sus resultados en algunos distritos como Usera, donde revela que la esperanza de vida de los hombres del barrio de Orcasur (6.000 habitantes) es de 71,6 a?os, la m¨¢s baja de toda la capital y a 7,3 a?os de los 78,9 registrados en los hombres del distrito de Salamanca. El barrio de San Ferm¨ªn, tambi¨¦n en Usera, es el segundo con menor esperanza da vida: 72,8 a?os.

Jos¨¦ Manuel D¨ªaz Olalla, responsable del estudio, destaca la "estrecha relaci¨®n que une la esperanza de vida en cada barrio o distrito con variables socioecon¨®micas como la renta, el empleo o la formaci¨®n". "La m¨¢s importante ha sido el porcentaje de poblaci¨®n en paro, seguida de los estudios. A m¨¢s paro y poblaci¨®n analfabeta o sin estudios primarios, menos esperanza de vida. El tercero en importancia es la renta: a m¨¢s renta, m¨¢s a?os de vida".

El distrito de Salamanca (v¨¦ase cuadro de la p¨¢gina 3) es el m¨¢s longevo, con 83 a?os de esperanza de vida (78,9 para hombres y85,9 para mujeres). Le siguen Fuencarral-El Pardo, con 82,5 (78,5 y 86,1) y Arganzuela, con 82,1 (77,7 y 85,8), Chamber¨ª, 81,8 (77,0 y 85,4) y Chamart¨ªn, 81,7 (77,8 y 84,9).

En el extremo contrario est¨¢ Villa de Vallecas, con 79,1 a?os (76 y 82), Centro, 79,3 (74,3 y 83,6), Usera, 80 (75,1 y 84,9), Vic¨¢lvaro, 80,3 (76,5 y 84,1) y Puente de Vallecas, tambi¨¦n con 80,3 a?os (76,1 para los hombres y 84,3 para las mujeres).

La relaci¨®n establecida estad¨ªsticamente por los autores se topa, sin embargo, con tres excepciones: la esperanza de vida en Retiro, Moncloa-Aravaca y Centro. Los dos primeros copan con Salamanca, Chamber¨ª y Chamart¨ªn las primeras posiciones entre los distritos m¨¢s ricos, mejor formados y con menos paro, pero sin embargo ocupan el 15? y 16? lugar en esperanza de vida entre los 21 distritos de la capital. "Descubrimos la distorsi¨®n que provoca, sobre todo en Retiro, la existencia de los hospitales p¨²blicos, donde mueren personas a edades tempranas y, por tanto, reducen la esperanza de vida", explica D¨ªaz Olalla.

En el caso de Retiro, un problema burocr¨¢tico en la maternidad de O'Donnell hund¨ªa la esperanza de vida en todo el distrito. "Cuando muere un beb¨¦ o un ni?o, debe registrarse en el domicilio de la madre. Pero un fallo en el registro lo domiciliaba en la maternidad", afirma Jos¨¦ Manuel Torrecilla, gerente de Madrid Salud.

Los numerosos centros sanitarios existentes en Moncloa-Aravaca, con el hospital Cl¨ªnico y la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz a la cabeza, producen una distorsi¨®n parecida, aunque menor.

En el caso de Centro ocurre lo contrario: aunque sus ¨ªndices de renta, paro y formaci¨®n se encuentran en la media de la capital, su esperanza de vida es la segunda m¨¢s reducida. Los autores lo atribuyen a la concentraci¨®n en Centro de poblaci¨®n con problemas de "dependencias, integraci¨®n social y sin hogar".

Torrecilla admite que la ciudad de Madrid presenta "diferencias en su interior que son importantes y que requieren pol¨ªticas espec¨ªficas para corregirlas". "?ste era precisamente el objetivo del estudio, contar con una herramienta en la que apoyarnos para dirigir nuestros esfuerzos", a?ade.

Los distritos del sur y este de la capital -Usera, Villaverde, Vic¨¢lvaro y los dos de Vallecas- copan las posiciones m¨¢s bajas en los ¨ªndices calculados por el Ayuntamiento. "Nuestro estudio confirma el impacto negativo que el desempleo tiene en la salud de la poblaci¨®n. Un mayor paro se relaciona con un aumento de los trastornos psicol¨®gicos por estr¨¦s y ¨¦stos, a su vez, se relacionan con un mayor riesgo de enfermedades infecciosas y h¨¢bitos menos saludables. Todo ello tiene un impacto negativo sobre la esperanza de vida", explica Torrecilla. "La educaci¨®n, por su parte, mejora la autopercepci¨®n de la salud. Se es m¨¢s consciente de la relaci¨®n entre la salud y los h¨¢bitos de vida que la favorecen. Esto demuestra la necesidad de seguir incidiendo en campa?as de divulgaci¨®n entre la poblaci¨®n con menores niveles de formaci¨®n", a?ade. Los autores destacan que estos dos factores, educaci¨®n y desempleo, influyen m¨¢s en la esperanza de vida que la renta. "No es tanto tener m¨¢s dinero para pagarse m¨¦dicos privados, sino ser consciente de la propia salud y de su cuidado en unas condiciones de vida y empleo satisfactorias", se?alan.

En los barrios de Orcasur y San Ferm¨ªn, adem¨¢s de paro y analfabetismo, se concentra un tercer problema que explica sus malos datos. "Son poblaciones en las que el consumo de hero¨ªna ha tenido un impacto importante y con ¨¦l enfermedades como el VIH", afirma Torrecilla.

Los autores admiten los l¨ªmites del trabajo -"se quedan fuera variables importantes como el consumo de tabaco o alcohol y muchas otras"- y que ¨¦ste ha sido realizado con datos que han quedado un poco antiguos: 2002 en la esperanza de vida, 2000 en la renta, 2003 en educaci¨®n y 2005 en paro. "Estos datos eran los disponibles en 2006, cuando se inici¨® el trabajo. Pero esto no le quita validez, ya que la esperanza de vida y su relaci¨®n con estas variables es algo que cambia muy poco a poco con el paso de los a?os".

Los 81,2 a?os de esperanza media en Madrid en 2002, destaca Torrecilla,

son superiores a los 79,7 de Espa?a y los 78,2 de la UE de 15 miembros ese mismo a?o.