Cuidad las fuentes
La ¨²ltima vez que estuve en la fuente de Iturrigorri, de eso hace a?os, me recomendaron que no bebiera de ella por riesgo a que estuviera contaminada. Espero que de nuevo haya vuelto a ser potable pues con su sabor a alubias de Gernika ha constituido desde hace mucho tiempo una de las cosas m¨¢s emblem¨¢ticas del bilbainismo.
Hasta en sus momentos m¨¢s duros Bilbao ha tenido una fuente abierta para su uso como una especie de s¨ªmbolo de supervivencia hacia el futuro. La del Perro -supongo que para estas alturas se habr¨¢ euskaldunizado y tendr¨¢ un nombre menos espa?ol- estuvo en funcionamientos durante los ¨²ltimos sitios carlistas. Y cuenta George Steer que cuando los fascistas se acercaban a tomar la Villa, superando todos los puentes volados por los asturianos, que se batieron de verdad el cobre, segu¨ªa en funcionamiento la del parque de Do?a Casilda, a donde ¨¦l personalmente fue a beber y a asearse. Ahora que casi todas, si no todas, est¨¢n conectadas al servicio general de aguas, hay d¨ªas que uno pierde toda esperanza de futuro cuando hay restricciones. De donde se demuestra que la acci¨®n de los poderes p¨²blicos nos puede hacer perder la esperanza, aunque quiz¨¢s ganemos en salud.
El futuro ya no es lo que era. Es el pasado el que hay que reconquistar
Eran fuentes de manantiales propios, cosa que habr¨¢ que tener en cuenta en este proceso de autarqu¨ªa sin l¨ªmite propiciado en las comunidades aut¨®nomas, con un victimismo de gran escala que hace a Catalu?a clamar por su independencia, por raz¨®n a los problemas que tienen con los trenes de cercan¨ªas, a los tres meses de tener un Estatuto de no va m¨¢s. Y al ayuntamiento de Elorrio, gestionado por ANV, propiciar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n para que libremente un tercio del pueblo -casi con el cien por cien de los que se acercaron a echar la papeleta- decida su rechazo al paso del tren de alta velocidad por su municipio. Lo curioso es que el mismo juez que suspende la consulta por ser ilegal, imbuido en las nuevas doctrinas rom¨¢nticas sobre el ordenamiento de la cosa p¨²blica, califica de sano el ejercicio de este tipo de pr¨¢cticas demostrando poco cari?o al marco legal y sin tener en cuenta las malas consecuencias que ese derecho ha tenido en Irlanda o los Balcanes. Ganas de complicarnos la existencia.
Digo que, de seguir el proceso cantonalista en el que cada comunidad, por peque?a que fuere, decide actuar por su cuenta sin fijarse en el vecino y parodiando Cartagena, no ser¨ªa malo volver a rehabilitar los manantiales propios de Bilbao para tener agua, por si nos la cortan los alaveses y burgaleses, que es de donde la cogemos. Y recemos porque los de Loiu no nos pongan un impuesto especial por ir al aeropuerto, visto que los guipuzcoanos van a tener uno, el de sociedades, diferente. Facilitemos la generaci¨®n de energ¨ªa propia y volvamos a poner los arbitrios municipales para cobrar a las tres caseras que bajan con sus productos al mercado. Progreso no ser¨¢, pero lo que va mandar alg¨²n pol¨ªtico poniendo fronteras e impuestos, ?qu¨¦?
Avancemos hacia el pasado, al fin y al cabo la historia de Euskadi es, hace tiempo que se demostr¨®, impredecible. Como lo empieza a ser en el resto del Estado. El futuro no supone reto ni aventura, no es lo que era, es el pasado el que hay que reconquistar. Volvamos pues al medioevo de las fobias, a la autarqu¨ªa y a la endogamia, recreemos nuestro Rh negativo, estigma del aislamiento, que luego, con otra historia quiz¨¢s podamos tener otro futuro. Que en el fondo es de lo que se trata. Cuidemos, pues, las fuentes para cuando tengamos sed, por si no volvemos del t¨²nel de la historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.