La pesadilla creativa
En una secuencia de Barton Fink (Joel Coen, 1991), el escritor protagonista, un dramaturgo de ¨¦xito que daba sus primeros pasos como guionista de Hollywood, clamaba: "?No consigo arrancar! ?A¨²n me falta esa idea que me permita arrancar de una vez...! Es posible que s¨®lo haya existido una idea en mi vida: mi obra. As¨ª que quiz¨¢ una vez escrita est¨¦ acabado como escritor". La reflexi¨®n, demostraci¨®n del car¨¢cter recurrente de cierto proceso creativo, de pescadilla que se muerde la cola, ilumina tambi¨¦n la estructura dram¨¢tica de La vida interior de Martin Frost, tercera pel¨ªcula de Paul Auster, tras Blue in the face (1995) y Lulu on the bridge (1999). Como Fink, el tambi¨¦n escritor Frost est¨¢ atrancado. De modo que su ¨²nica idea acaba siendo, como tem¨ªa Fink, su propia obra: la historia de un hombre que escribe una historia sobre un tipo que escribe una historia...
LA VIDA INTERIOR DE MARTIN FROST
Direcci¨®n: Paul Auster.
Int¨¦rpretes: David Thewlis, Ir¨¦ne Jacob, Michael Imperioli, Sophie Auster.
G¨¦nero: comedia dram¨¢tica. Portugal, Espa?a, Francia, 2007.
Duraci¨®n: 93 minutos.
Con cariz de dios omnipotente, el mismo Auster relata a trav¨¦s de una voz en off el inicio del conglomerado de capas narrativas de la pel¨ªcula. Al fin y al cabo, eso es el escritor, un todopoderoso que domina a sus criaturas a su antojo, como un dios griego. De modo que, ?qui¨¦n mejor que ¨¦l para narrarlo, que en realidad es el origen del proceso? No en vano, tambi¨¦n es el encargado de enviar al mundo a una musa (interpretada por Ir¨¦ne Jacob) que ilumine a Martin. En tono de comedia exc¨¦ntrica fabuladora y surrealista, y con alg¨²n toque dram¨¢tico, la nueva pel¨ªcula tiene el inconfundible estilo del escritor de Trilog¨ªa de Nueva York: misterios inexplicables que acechan a un tipo corriente en un ambiente cotidiano, que escapan a cualquier explicaci¨®n plausible y cuya soluci¨®n s¨®lo puede buscarse en la propia mente del sujeto. Ambientada en un escenario ¨²nico y con s¨®lo cuatro personajes, la pel¨ªcula es apasionante por momentos y a ratos un tanto deslavazada. Por lo general, las novelas de Auster, como esta pel¨ªcula, arrancan y se desarrollan mejor que culminan. Quiz¨¢ porque, al contrario que genios del desenlace como M. Night Shyamalan, su proceso creativo va de principio a fin y no de fin a principio. Pero los objetivos de Auster nada tienen que ver con los de gente como Shyamalan, as¨ª que tampoco se le puede pedir que cierre sus obras como un autor de misterio. Sus misterios son de otro cariz: metaliterarios. Y su cine no se parece a nada. S¨®lo a ¨¦l mismo.
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