La Audiencia decide este jueves si procesa a Fidel Castro por genocidio
Los denunciantes le acusan de la muerte de nueve prisioneros de Bah¨ªa Cochinos
El pleno de la Sala Penal de la Audiencia Nacional estudiar¨¢ el pr¨®ximo jueves si abre un proceso contra el l¨ªder cubano Fidel castro y el ex comandante, y ex ministro de Turismo, Osmani Cienfuegos por delitos de genocidio, terrorismo, torturas y delitos contra las personas y bienes espec¨ªficamente protegidos en caso de conflicto armado. A ambos se les acusa de participar en la muerte por asfixia de nueve prisioneros cubanos durante su traslado de Playa Gir¨®n a La Habana, el 22 de abril de 1961, tras la invasi¨®n de Bah¨ªa Cochinos.
El tribunal debe dilucidar si Castro sigue siendo jefe de Estado
El Comit¨¦ de Ayuda a la Disidencia 2506 (CAD 2506) present¨® el pasado febrero una tercera querella contra Castro por los mismos hechos en la Audiencia Nacional. La primera la tramitaron en 1998 la Fundaci¨®n para los Derechos Humanos en Cuba y una decena de exiliados opuestos al r¨¦gimen cubano, y afectaba a Fidel y Ra¨²l Castro, a Cienfuegos y a otro dirigente castrista. El juez Ismael Moreno, siguiendo las tesis del fiscal, estim¨® que los hechos narrados en la querella no constitu¨ªan delitos de genocidio, terrorismo y torturas. El magistrado estim¨® que de lo relatado no se infer¨ªa la intenci¨®n de Castro de destruir un grupo humano, nacional, religioso, racial o ¨¦tnico, requisito imprescindible para que exista delito de genocidio.
Moreno argument¨® tambi¨¦n que los actos de terrorismo no pueden ser cometidos por el Estado y que las supuestas torturas s¨®lo pod¨ªan ser consideradas como tratos degradantes.
Los querellantes recurrieron la decisi¨®n del juez, pero la Sala de lo Penal confirm¨® la resoluci¨®n y el Supremo fij¨® como requisito, para que el asunto fuera juzgado, que las v¨ªctimas deb¨ªan tener nacionalidad espa?ola.
En 2005, la misma fundaci¨®n y varios cubanos residentes en Miami (EE UU) volvieron a presentar la querella a la vista de que el Tribunal Constitucional hab¨ªa reconocido la jurisdicci¨®n espa?ola para investigar y juzgar el genocidio de Guatemala, sin necesidad de que hubiera espa?oles afectados, y de que se hab¨ªa anunciado que Castro se trasladar¨ªa a Espa?a para asistir a la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado, que se iba a celebrar en Salamanca.
Castro, finalmente, no acudi¨® a la cumbre, ni a Salamanca, pero el juez, primero, y la Sala de lo Penal, despu¨¦s, rechazaron la querella por entender que el dirigente cubano gozaba de inmunidad soberana por su condici¨®n de jefe de Estado y no podr¨ªa ser juzgado hasta que perdiera esa condici¨®n.
El 26 de febrero de este a?o, a ra¨ªz de la enfermedad de Fidel Castro y de que ha delegado algunos poderes, otra querella por los mismos hechos y casi con la misma redacci¨®n fue presentada por otra asociaci¨®n de disidentes cubanos, la CAD 2506. El caso correspondi¨® al juez Santiago Pedraz, que decidi¨® no admitirla a tr¨¢mite por entender que el asunto era cosa juzgada puesto que ya se hab¨ªan pronunciado sobre esos mismos hechos el Juzgado 2 y la Sala de lo Penal. Sin embargo, los cubanos recurrieron de nuevo.
El fiscal Jes¨²s Alonso, al informar sobre el caso, se?ala que existe una continua y constante actividad de los querellantes, que adoptan diferentes denominaciones, para intentar que prosperen sus tesis al caer la querella en otro juzgado distinto. Sin embargo, el fiscal sostiene que "en la nueva querella se da una completa identidad (objetiva y subjetiva) en los hechos que la fundan con las que en su momento se presentaron en el juzgado central 2. Por tanto, no es posible hacer nuevas valoraciones en el procedimiento, ya que estar¨ªa vedado por el principio de cosa juzgada".
El caso parec¨ªa estar claro, pero el pleno de la Sala de lo Penal, integrado por 15 magistrados presididos por Javier G¨®mez Berm¨²dez, no lo ve tan di¨¢fano y, aunque ya lo debati¨® en una sesi¨®n, entendi¨® que el caso es m¨¢s complejo y decidi¨® aplazarlo a la sesi¨®n prevista para el pr¨®ximo jueves. Nadie discute que los hechos son los mismos que los denunciados en las querellas anteriores. Sin embargo, el meollo de la cuesti¨®n estriba en si Fidel Castro ha perdido la inmunidad soberana o no. Si el mandatario no tuviera ya la condici¨®n de jefe de Estado, el caso podr¨ªa prosperar. El tribunal debe establecer si la cesi¨®n de facultades ha supuesto la p¨¦rdida, o no, de la jefatura del Estado en favor de Ra¨²l Castro.
Por otro lado, por los hechos que se imputan a Fidel tambi¨¦n estaba acusado Ra¨²l en la querella inicial, y aunque ahora ha quedado fuera, los magistrados podr¨ªan considerar que se trata de un fraude de ley, con la finalidad de que se pueda proceder contra Fidel. En el caso de que los magistrados considerasen que Fidel Castro ya no es jefe de Estado por haber cedido poderes y funciones, es obvio que ser¨ªa considerado como principal mandatario Ra¨²l Castro, primer beneficiario de la delegaci¨®n de poderes. El omitir su nombre en la nueva querella podr¨ªa ser considerado fraude de ley.
En todo caso, el pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional tiene la palabra, que puede abrir el proceso contra Castro o archivar el caso.
La trascendencia del asunto, incluso si se decidiera la apertura de un proceso contra Fidel Castro, ser¨ªa m¨¢s publicitaria que efectiva, puesto que no hay indicios de que el l¨ªder cubano tenga intenci¨®n de abandonar Cuba, ni siquiera para recibir tratamiento m¨¦dico, al contrario de lo que ocurri¨® con el dictador Augusto Pinochet, que sali¨® de Chile y se instal¨® en Londres.
Asfixiados en un cami¨®n para mercanc¨ªas
En el relato de hechos que se describen en la querella se indica que "el d¨ªa 22 de abril de 1961, los prisioneros de la Brigada 2506, que se contaron 149 en total, iban a ser trasladados desde Playa Gir¨®n hasta el Palacio de los Deportes de La Habana para ser encarcelados. Cada uno de los prisioneros fueron puestos en fila y, tan pronto se pronunciaban sus nombres, sub¨ªan a la rastra que les trasladar¨ªa hacia La Habana. La rastra, era un cami¨®n de aluminio con forro interior de madera, previsto para el transporte de mercanc¨ªas, ni siquiera de animales y mucho menos de personas, pues al encontrase herm¨¦ticamente cerrado carece de orificio alguno al exterior que permita al ser vivo respirar.Una vez dentro del cami¨®n, los ocupantes prisioneros empezaron a dar gritos de auxilio, pues se estaban asfixiando como consecuencia de la falta de aire. Ante los gritos de angustia y desesperaci¨®n de los prisioneros, el comandante Osmani Cienfuegos dijo: Mejor, as¨ª nos evitaremos fusilarlos'. Despu¨¦s cerraron la puerta y corrieron los cerrojos.El veh¨ªculo viaj¨® durante once horas hasta llegar a su destino. Durante todo el tiempo que dur¨® el trayecto, los prisioneros no dejaban de suplicar que se abrieran las puertas y se les permitiera respirar, pues hab¨ªan llegado al punto en que se condensaba en el techo su propio sudor, que les ca¨ªa encima en forma de gotas.Durante el trayecto hubo varias paradas, y en ninguna de ellas se abrieron las puertas de la rastra, a pesar de los gritos, lamentos y patadas que daban sus ocupantes.Cuando finalmente se abrieron las puertas, ya en el Palacio de los Deportes en La Habana, salieron los prisioneros tropezando y cayendo al suelo sin sentido. Nueve hombres hab¨ªan muerto: Alfredo Cervantes, Jos¨¦ Ignacio Macia, Ren¨¦ Silva Soublette, Jos¨¦ Mill¨¢n, Santos Gil Ramos, Herminio Quintana, Mois¨¦s Santana, Jos¨¦ Vilarello y Pedro Rojas".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Conflictos diplom¨¢ticos
- Audiencia Nacional
- Sala de lo Penal
- Genocidio
- Fidel Castro
- Cuba
- Cr¨ªmenes guerra
- Caribe
- Pol¨ªtica exterior
- Delitos contra Humanidad
- Latinoam¨¦rica
- Tribunales
- Gobierno
- Poder judicial
- Am¨¦rica
- Relaciones internacionales
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Delitos
- Conflictos
- Relaciones exteriores
- Pol¨ªtica
- Proceso judicial
- Administraci¨®n p¨²blica
- Justicia