El Congreso investigar¨¢ las cintas destruidas de la CIA sobre Al Qaeda
Una ex consejera de Bush sab¨ªa de la existencia de las grabaciones
Mientras la Casa Blanca intenta aislar la crisis como un asunto exclusivo de indisciplina dentro de la CIA, tanto el Departamento de Justicia como el Congreso han anunciado investigaciones a fondo sobre la destrucci¨®n de grabaciones de interrogatorios de dos miembros de Al Qaeda, mientras presuntamente eran sometidos a torturas.
La portavoz de la Casa Blanca ha asegurado que el presidente, George W. Bush, no recuerda haber conocido el caso hasta que se lo mencion¨® esta semana su consejero Nacional de Seguridad, Stephen Hadley. "Le pregunt¨¦ al presidente si conoc¨ªa las cintas, su existencia o su destrucci¨®n, y dijo que no ten¨ªa recuerdos de eso. No recordaba haber sido puesto al tanto del tema antes de la ma?ana de ayer", dijo la portavoz.
Sin embargo, fuentes de la Administraci¨®n reconocieron en la noche del viernes que Harriet Miers, consejera del presidente hasta hace un a?o, sab¨ªa de la existencia de tales cintas y se opuso a su desaparici¨®n. El diario The New York Times contaba en su edici¨®n de ayer que tanto la Casa Blanca como el Departamento de Justicia desaconsejaron a la CIA, en 2003, destruir las cintas.
Enfado
Citando fuentes gubernamentales, el peri¨®dico neoyorquino informaba de que Jos¨¦ Rodr¨ªguez, jefe del Directorio de Operaciones -el servicio m¨¢s clandestino de la CIA- y que se retira este a?o, desoy¨® todas las voces y orden¨® la destrucci¨®n en noviembre de 2005 sin ni siquiera informar al abogado de la Agencia, John Rizzo, quien manifest¨® su enfado sobre la decisi¨®n tomada. Esta informaci¨®n refuerza la tesis mantenida por el actual director de la CIA, Michael Hayden, que proclama que la decisi¨®n fue tomada exclusivamente dentro de la Agencia.
Las promesas de investigaci¨®n por parte del Departamento de Justicia y de los comit¨¦s de inteligencia de ambas c¨¢maras del Congreso pueden situar a la CIA ante la acusaci¨®n de obstrucci¨®n a la justicia al haber destruido y no aportado las pruebas recogidas en los testimonios de los primeros sospechosos de terrorismo detenidos en las c¨¢rceles secretas tras los ataques del 11-S.
"No sabemos si fue un intento de obstruir la justicia, de evitar el escrutinio del Congreso o si simplemente fueron destruidas ante el temor a que fueran descubiertas", dijo el presidente del Comit¨¦ de Inteligencia del Senado, John Rockefeller. "Sea lo que fuere, hay que llegar al fondo de la cuesti¨®n", finaliz¨® el dem¨®crata.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.