Fact¨®tum Pepe
Los t¨¦cnicos esperan que el portugu¨¦s resuelva los viejos defectos de la zaga del Madrid
Mijatovic y Schuster comienzan a frotarse las manos. Ven en Cannavaro la viva imagen del oficio, en Heinze un mast¨ªn, y en Pepe una especie de fact¨®tum. Adem¨¢s de asignarle la tarea de sacar el bal¨®n jugado, los t¨¦cnicos del Madrid esperan que el brasile?o sea el hombre que rompa con una larga historia de zagueros centrales que reculan. Creen que Kl¨¦ber Laveran Lima Ferreira, conocido como Pepe, est¨¢ predestinado para solucionar los problemas hist¨®ricos de la defensa del Madrid. Intuyen que el jugador es capaz de soportar el encargo de adelantar la l¨ªnea porque posee una serie de cualidades que rara vez coinciden en un mismo hombre: buen desplazamiento, sentido de la anticipaci¨®n, estatura, flexibilidad y velocidad. Esto ¨²ltimo, sobre todo. "Este a?o nos vendr¨¢ muy bien la velocidad de Pepe", repiten.
El partido de Pepe ante el Athletic (0-1), el s¨¢bado, justific¨® a sus promotores. Despu¨¦s del aturdimiento de Bremen, el central parece encaminarse hacia ese lugar de excepci¨®n que los estrategas le tienen asignado. ?l mismo se siente capacitado para la misi¨®n. Igual que su amigo Sergio Ramos este brasile?o nacionalizado portugu¨¦s se considera preparado para continuar la obra de su ¨ªdolo: Fernando Hierro.
Pepe, nacido en el norte de Brasil hace 24 a?os, dice sentir por Hierro la clase de admiraci¨®n que los futbolistas profesan por aquellos que inspiraron su desarrollo. "Hierro era m¨¢s que un defensor", dice. Igual que Hierro, el portugu¨¦s fue, en sus or¨ªgenes, un centrocampista. Mourinho lo capt¨® en el Mar¨ªtimo porque lo consideraba un medio centro. Pero Mourinho nunca lleg¨® a entrenarlo. Se march¨® al Chelsea y Pepe no volvi¨® al medio campo. Tard¨® un a?o en convencer a la hinchada del Oporto de que era un futbolista especial. En 2005 los aficionados portugueses descubrieron que estaban ante el central m¨¢s activo del pa¨ªs. Un tipo que no se conformaba con su ¨¢rea, capaz de abarcar todos los registros y dejar su sello en cada metro cuadrado del campo.
Pepe siempre se dej¨® tentar por la aventura. Hasta San Mam¨¦s, su car¨¢cter expansivo lo meti¨® en problemas. Para evitar tropiezos, Schuster cree que le vendr¨¢ bien emparejarse con alguien con dotes de mando. Conf¨ªa en que Cannavaro, o Heinze, "los que m¨¢s hablan", le ayuden a orientarse.
Pepe cost¨® 30 millones de euros. Tres millones m¨¢s de lo que el Bar?a pag¨® por Ronaldinho. El precio de su fichaje puso en tela de juicio la credibilidad de la direcci¨®n deportiva del Madrid. La grave lesi¨®n muscular que sufri¨® en septiembre, unida a cierto descontrol t¨¢ctico, hizo poco por aplazar el debate. El presidente madridista, Ram¨®n Calder¨®n, apoy¨® la operaci¨®n convencido de que el futbolista val¨ªa el esfuerzo econ¨®mico. Calder¨®n suele decir que el traspaso se ajust¨® a las leyes del mercado. Tambi¨¦n advierte que tuvo presente su experiencia, cuando Florentino P¨¦rez intent¨® fichar a Carvalho en 2004. El ex presidente no quiso gastar los 29 millones que pidi¨® el Oporto y el Chelsea lo compr¨® por 30. Desde entonces, el Madrid sigui¨® sin dar con el defensa que buscaba. Ahora, cree haberlo encontrado. Schuster, y sobre todo, Mijatovic, cruzan los dedos.
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