Rusia sale de su humillaci¨®n
Humillar al adversario acaba generando un resentimiento que se vuelve contra el que lo foment¨®. Los aliados cometieron este error con Alemania tras la I Guerra Mundial. Desde 1947, Israel ha humillado a los palestinos, paganos en origen ("personas que pagan, generalmente por abuso, las cuentas o las culpas ajenas", seg¨²n la definici¨®n de la Real Academia Espa?ola). Quien no entienda que los rusos se sienten humillados no comprender¨¢ el porqu¨¦ de la popularidad de Vlad¨ªmir Putin, que justamente trata de sacar a Rusia de esta situaci¨®n an¨ªmico-pol¨ªtica. Y se trata de entender, no de justificar.
Quiz¨¢s nos hab¨ªamos acostumbrado a una Rusia sumisa. Ya no va a ser as¨ª. En 1991, con el derrumbe de la URSS y del sistema sovi¨¦tico, los rusos perdieron su imperio. Se quedaron con el trozo m¨¢s gordo, el de la Federaci¨®n Rusa, y con algunos problemas pendientes, como el de la ubicaci¨®n de Ucrania. ?Realmente van los rusos a renunciar a Sebastopol y Crimea? Hay muchos temas pendientes.
Putin comprendi¨® que a los rusos les importa m¨¢s cobrar a fin de mes y recuperar el orgullo
A la Rusia de Bor¨ªs Yelstin (que no dud¨® en cargarse la Uni¨®n Sovi¨¦tica para quedarse al frente de la Federaci¨®n Rusa) no le qued¨® m¨¢s remedio que agachar la cabeza ante un Occidente victorioso y que estaba haciendo lo posible por desmontar ese imperio y doblarle las rodillas, pese a meter a Rusia en el G-8 / 9. A la vez result¨® escandaloso c¨®mo los oligarcas, los nuevos y muchos antiguos del r¨¦gimen sovi¨¦tico, se quedaron con las riquezas del pa¨ªs. El propio Putin se enriqueci¨® en San Petersburgo. Pero no puede sorprender que una vez en el poder quisiera recuperar para el Estado las riendas de la mayor riqueza nacional, el gas y el petr¨®leo.
No hubo una revoluci¨®n anticomunista en Rusia. Cuando el sistema se derrumb¨®, la ¨²nica columna que quedaba para vertebrar el pa¨ªs, fue el servicio secreto del KGB (hoy FSB), que se ha hecho con el poder, aunque no forma un bloque unitario. La llegada de Putin, un gris coronel entre muchos del ex KGB, supuso la imposici¨®n de un orden, con una cultura, la de esos servicios secretos, que repugna. Pero comprendi¨® que a los rusos les importaba m¨¢s que un orden, cobrar a fin de mes y recuperar el orgullo nacional, antes que una democracia limpia.
En las elecciones a la Duma ha habido muchos fraudes, pero no quitan para que Putin sea popular. Le ayuda el barril de petr¨®leo a 100 d¨®lares y el gas, de los que Europa no se puede dispensar, y sin los cuales Rusia, se podr¨ªa haber tornado en un nuevo sistema fascista (de verdad, no como se usa a la ligera este adjetivo).
En un reciente art¨ªculo, Mija¨ªl Gorbachov, que dinamit¨® el sistema que crey¨® reformable, califica a Putin de "dirigente responsable". "Tras el caos de los a?os noventa era vital consolidar los poderes del Estado para prevenir su desintegraci¨®n", se?ala Gorbachov. "En una situaci¨®n as¨ª, un l¨ªder responsable ten¨ªa que dar algunos pasos de naturaleza autoritaria, aunque algunos eran evitables".
No vamos a una guerra fr¨ªa. No hay confrontaci¨®n ideol¨®gica, pero una Rusia poscomunista puede ser m¨¢s compleja de tratar que la sovi¨¦tica y tiene la peligrosa fuerza de una no ideolog¨ªa basada en la anomia. Y no es la URSS, pues ha perdido parte de su territorio. Es a¨²n una gran potencia militar, que renueva sus arsenales, pero su poblaci¨®n se ha ido reduciendo en un 0,6% al a?o, de 148 millones en 1992 y hasta 141 en la actualidad y 134 para 2020, con una clase media que se calcula en tan s¨®lo unos 10 millones de habitantes aunque en crecimiento. La esperanza de vida va a ser menor en 2010 que en 1990, y la tasa de abortos es de las m¨¢s elevadas. Y, menos el gas y el petr¨®leo, el caviar y alguna matrioska, se ve poco made in Russia fuera del pa¨ªs.
Vamos a tener que tratar con una Rusia que se reafirma, y no va a resultar f¨¢cil. As¨ª, era impensable que fuera el ¨²nico pa¨ªs al que el Tratado CAFE de armas convencionales en Europa, impidiera trasladar fuerzas de un lugar a otro dentro de su territorio nacional. Pero la oferta de Putin de negociar un nuevo tratado debe ser examinada con inter¨¦s. Pues entre unos y otros se est¨¢ disolviendo la arquitectura de seguridad que hab¨ªa sin tener otra de recambio.
Qu¨¦ hacer con Rusia es quiz¨¢s la mayor asignatura que tiene ahora ante s¨ª la Uni¨®n Europea. Aunque vaya a haber y la Uni¨®n tenga mala imagen entre los rusos, es necesario entenderse y asociar a Rusia una nueva casa com¨²n que sigue sin construirse. aortega@elpais.es
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