Galicia, el vivero de las ant¨ªpodas

Los primeros planteles empezar¨¢n a llegar en avi¨®n en pocos d¨ªas y antes de que cumplan tres a?os habr¨¢n medrado lo suficiente para su venta al p¨²blico. Entonces, el paisaje habitual de los viveros gallegos emprender¨¢ una metamorfosis que, en una d¨¦cada, "cambiar¨¢ radicalmente el negocio". Al menos, as¨ª lo asegura uno de los viveristas m¨¢s activos de Galicia, especializado en metrosidero y bamb¨², con negocio en Fisterra y Vilarmaior. Lode van Doorselaer, evidentemente, no es gallego, sino belga, y dej¨® su tierra por ¨¦sta porque "Galicia, en su franja costera, tiene el mejor clima para cultivar plantas al aire libre". Aqu¨ª, seg¨²n Van Doorselaer "se da absolutamente todo" sin necesidad de invernadero, sin tener que forzar artificialmente las condiciones de temperatura y humedad y, por tanto, a mejor precio.

La comunidad "tiene el mejor clima para cultivar al aire libre"

Los esquejes de las ins¨®litas especies de Ocean¨ªa llegar¨¢n en avi¨®n

Como el kiwi, lo que medra en tierra neozelandesa lo hace en la gallega

"En Europa, ni siquiera en Italia se encuentra un lugar con las caracter¨ªsticas ideales de Galicia", asegura el experto. No obstante, tradicionalmente los grandes comercializadores de planta ornamental dentro la UE han sido los italianos, adem¨¢s de los belgas y los holandeses. Galicia, como todos los dem¨¢s, depend¨ªa de estos tres pa¨ªses para surtir sus jardines. Ahora, sin embargo, un grupo de viveristas de entre la cincuentena que est¨¢n agrupados en Asproga (Asociaci¨®n de Productores de Planta Ornamental de Galicia) se empe?an en darle la vuelta a este sector tan floreciente. Y la primera medida que han tomado siete de estos empresarios gallegos (del Baixo Mi?o y del entorno de A Coru?a, entre ellos Lode Van Doorselaer) ha sido la de viajar a Nueva Zelanda, hoy por hoy la meca de los paisajistas.

Lo mismo que el kiwi, cualquier planta que se d¨¦ bien en las ant¨ªpodas prospera en la costa atl¨¢ntica de Galicia. All¨ª crecen hasta cinco veces m¨¢s r¨¢pido debido a la intensidad de la luz, pero ni en Italia, ni en Holanda ni en B¨¦lgica, sus importadoras de siempre, han florecido como en Pontevedra de forma natural. Por eso los viveros gallegos aspiran a convertirse en puerta europea de las ant¨ªpodas, y para ello ya han cerrado acuerdos con productores de Auckland y Christchurch.

Durante dos semanas de noviembre, el viaje que organizaron la C¨¢mara de Comercio de Tui y Asproga -dentro del Plan de Fomento de la Exportaci¨®n de Galicia (Foexga), que cofinancia la Xunta- llev¨® a los empresarios y al secretario general de la c¨¢mara, Javier P¨¦rez Alves, a visitar las mayores empresas productoras de Nueva Zelanda. Algunos de estos viveros son tambi¨¦n los m¨¢s grandes del mundo en sus especialidades, como la reproducci¨®n in vitro, la producci¨®n de semillas para la regeneraci¨®n de espacios naturales o la multiplicaci¨®n de hasta 60 variedades de rododendro.

Los gallegos pagar¨¢n un canon por la reproducci¨®n y comercializaci¨®n desde Galicia de plantas patentadas y los primeros ejemplares arribar¨¢n entonces a Peinador y Alvedro. La mayor¨ªa de las especies ins¨®litas que crecen en Nueva Zelanda se lograron por hibridizaci¨®n, y los h¨ªbridos hay que multiplicarlos vegetativamente, por esqueje o injerto. Esto obliga a importar plantas peque?as, y la ¨²nica v¨ªa para hacerlo es la a¨¦rea. El viaje en barco, seg¨²n los viveristas, se prolonga 5 semanas, y los planteles llegan muertos.

Infinidad de variedades, con m¨¢s colores y m¨¢s floraci¨®n, de protea, fornium, hebe, leptospermum, azalea, rododendro, clianthus, camelia, clematis paniculata o coprosma jam¨¢s vistas por estas latitudes iluminar¨¢n en 2010 los viveros gallegos y contribuir¨¢n a acortar las diferencias entre el cat¨¢logo de plantas que se pueden comprar en Galicia y el llamado PlantFind del Reino Unido.

Precisamente, el belga que vino a Galicia a cultivar flores se propuso hace unos a?os elaborar para la comunidad una gu¨ªa semejante a ¨¦sa que adquieren los brit¨¢nicos aficionados a la jardiner¨ªa y en la que se describen 90.000 variedades junto a los viveros del pa¨ªs en los que se pueden encontrar. Pero si el PlantFind de las islas incluye 90.000 tipos de plantas, y en publicaciones semejantes de Francia o B¨¦lgica aparecen 30.000 y 20.000 variedades respectivamente, en Galicia, seg¨²n Van Doorselaer, "apenas se superan las 600".