La ley de la jungla
La convivencia entre los porteros del mismo equipo, compa?eros y rivales, resulta a veces insoportable
El mismo d¨ªa que Palop subi¨® al primer equipo del Valencia, en 1995, se encontr¨® un emocionante regalo en su taquilla: cinco pares de guantes nuevos remitidos por el titular de la porter¨ªa, Andoni Zubizarreta. Eran otros tiempos, claro. Antes de que imperara la ley de la selva. Ahora los porteros del mismo equipo se miran con frialdad. Como m¨ªnimo.
"El portero lleva mal la suplencia", reflexiona el psic¨®logo deportivo Jos¨¦ Carrascosa, "y espera que su compa?ero falle o se lesione. Lo de esperar pacientemente es de cara a la galer¨ªa. La rivalidad es muy enconada porque si juegas incrementas tu val¨ªa y si no te deprecias". Ejemplos como el de Ca?izares y Palop o el de Kahn y Lehmann, rivales y compa?eros, son cada vez m¨¢s frecuentes. "El f¨²tbol ha cambiado: los porteros reclaman m¨¢s protagonismo", advierte Jos¨¦ Manuel Otxotorena, preparador de arqueros del Valencia y ex guardameta del Madrid y del club valenciano; "si no hay una hegemon¨ªa muy clara de uno de los dos, la competencia es muy elevada".
"El f¨²tbol ha cambiado y los metas piden m¨¢s protagonismo", afirma Otxotorena
"Es dif¨ªcil ser amigo del t¨ªo con el que te juegas el puesto", sostiene Buyo
Seg¨²n Ca?izares, "no triunfan las mejores personas, sino los mejores profesionales"
"Kahn consideraba su enemigo a cualquiera con guantes", dice uno de sus suplentes
Quien se haya sentado en un banquillo vestido de corto sabe lo que puede llegar a sentir un suplente: rabia. Un sentimiento que se focaliza mucho m¨¢s en el caso de los porteros. Los reservas, qu¨¦ remedio, no siempre saben disimular sus pensamientos negativos. En su experiencia, Otxotorena ha tenido que lidiar con dos duelos muy afilados: Ca?izares frente a Palop y ahora Ca?izares frente a Hildebrand. "El l¨ªmite est¨¢ en el ataque personal. Intentas ser justo y cuidar todos los detalles, pero nunca es suficiente", expone el tambi¨¦n especialista de porteros de la selecci¨®n espa?ola. "Es como una relaci¨®n de pareja, pero la diferencia est¨¢ en que no se han escogido. Est¨¢n obligados a entenderse por imposici¨®n", opina Emilio ?lvarez, preparador en la cantera del Madrid.
"En el primer nivel, los dos quieren conseguir el prestigio, el estatus y lo normal es que surjan fricciones. Para eso debe emerger la figura del entrenador. Para generar un clima que predisponga a la convivencia", a?ade ?lvarez. "Exijo colaboraci¨®n", abunda Otxotorena; "dialogo con ellos, les doy confianza y mantengo una conexi¨®n diaria para que la convivencia sea m¨¢s llevadera".
"Depende del car¨¢cter", zanja Carrascosa; "hay porteros que manejan el conflicto y su propio ego¨ªsmo y, si el entrenador cede, su credibilidad en el grupo queda en entredicho".
- Buyo contra todos. Algunos porteros marcan el territorio. Quieren jugarlo todo. En ese sentido, Paco Buyo fue un pionero, seg¨²n algunos de sus compa?eros de los a?os 80 en el Real Madrid. Ca?izares, en concreto, aprendi¨® la lecci¨®n: "Cuando llegu¨¦ del Celta al Madrid me di cuenta de que, para la ¨¦lite, deb¨ªa tener car¨¢cter. En el f¨²tbol no triunfan las mejores personas, sino los mejores profesionales. Si no, se van a re¨ªr de ti. Decid¨ª ser buen profesional y no tan buena persona, aun sin hacer mal a nadie. Hay que afilarse las garras".
"Siempre he intentado tener buena relaci¨®n con los compa?eros", sostiene ahora Buyo, que dej¨® en la suplencia a Otxotorena y Agust¨ªn entre otros. "Pero, s¨ª, es m¨¢s dif¨ªcil ser amigo del t¨ªo con el que te juegas el puesto. Y yo he tenido buena relaci¨®n con muchos porteros... El que no juega nunca est¨¢ conforme, se queja. Nunca he tenido que marcar el territorio. Eso me suena feo, a marcar el territorio. No me he comportado as¨ª", a?ade.
- Ca?izares-Palop: una relaci¨®n imposible. La guerra en la porter¨ªa del Valencia la gan¨® durante muchos a?os Ca?izares, que lleg¨® a Mestalla escaldado por la ferocidad de Buyo en el Madrid y aplic¨® la misma medicina. Hasta lleg¨® a declarar que otro reserva, Mora, ten¨ªa m¨¢s encuentros en Primera que Palop. "La elegancia est¨¢ en hablar en el campo y en poder disfrutar del compa?ero y de los momentos que has pasado con ¨¦l", respondi¨® Palop, "y no tirar por tierra a una persona que no ha podido jugar cada partido, pero s¨ª ha hecho un trabajo oscuro, que es m¨¢s duro". "Pero, viniendo de ¨¦l, no me sent¨® mal porque s¨¦ c¨®mo es. Pas¨¦ a?os muy bonitos en Valencia, hist¨®ricos, en los que olvid¨¦ casi que era suplente. Pero s¨ª tengo una imagen clavada en la cabeza: cuando saltaba al campo, todos tiraban recto y yo giraba a la izquierda. Y me preguntaba: '?Cu¨¢ndo llegar¨¢ el momento en que pueda seguir recto y no girar?", afirma el actual meta del Sevilla, que ahora mantiene una relaci¨®n cordial con su suplente, el italiano De Sanctis. Ca?izares, mientras tanto, sigue en las trincheras. Hasta ha jugado lesionado para evitar que su nuevo compa?ero, el alem¨¢n Hildebrand, le quitara el puesto.
- Kahn-Lehmann: eterna guerra en la porter¨ªa alemana. Alexander Famulla era el portero titular del Karslruher a finales de los 80 cuando un jovencito Oliver Kahn lleg¨® al equipo. Tremendamente ambicioso, el nuevo meta se quedaba despu¨¦s de los entrenamientos en sesiones extra y manten¨ªa una actitud beligerante con su compa?ero. Hasta causarle miedo. "Yo nunca quer¨ªa compartir la habitaci¨®n con Oliver", recordaba Famulla; "ten¨ªa miedo de que me ahogara con la almohada". "Oli consideraba su enemigo a cualquiera con guantes", dijo el tercer portero, Stefan Wimmer.
A punto de retirarse, al final de esta temporada, Kahn se ha enfrentado a cualquiera que le discutiera el puesto. Y m¨¢s que a nadie a Jens Lehmann en su disputa por la titularidad de la selecci¨®n alemana. M¨¢s que antipat¨ªa, su relaci¨®n fue de odio. Los insultos eran habituales entre dos jugadores que defend¨ªan ser el n¨²mero uno de Alemania. El voraz Kahn gan¨® la partida durante muchos a?os hasta que Lehmann tuvo su oportunidad en el pasado Mundial, ya con 36 a?os. La batalla acab¨® con una aparente reconciliaci¨®n. Antes de la tanda de penaltis de los cuartos de final ante Argentina, Kahn se acerc¨® a Lehmann y le estrech¨® la mano en un gesto muy aplaudido por la hinchada germana. Puras apariencias. "Conmigo de titular, habr¨ªamos sido campeones", declar¨® despu¨¦s Kahn.
El duelo en la porter¨ªa alemana no es nada nuevo. En el Mundial de 1962, en Chile, el meta Hans Tilkowski destroz¨® una habitaci¨®n al enterarse de que ser¨ªa suplente de Fahrian. A?os m¨¢s tarde, Beckenbauer, el seleccionador en el Mundial de 1986, mand¨® a casa a Stein despu¨¦s de que ¨¦ste le llamara "t¨ªtere" por situar de titular a Schumacher. Stein escuch¨® el primer d¨ªa de la convocatoria una frase lapidaria de Beckenbauer: "Uli, ya s¨¦ que eres el mejor del mundo, pero no jugar¨¢s". Seg¨²n Stein, Schumacher deb¨ªa ser titular por contratos publicitarios.
- Lehmann-Almunia: "Ni me miraba a la cara".
"Lehmann se cree que esto es la ley de la jungla", resume Almunia, titular en el Arsenal, sobre su compa?ero de equipo, ahora suplente. "Antes ni me miraba a la cara. Hay que tener respeto por el que est¨¢ jugando. Cuando le quit¨¦ el puesto, llam¨® hasta a la federaci¨®n alemana. Eso me pareci¨® de muy sirveng¨¹enza", subraya el espa?ol. Lehmann, mientras tanto, amenaza con marcharse al Wolfsburgo. "No es necesario que semejante humillaci¨®n dure tanto", sentencia.
- Gatti-Fillol: "La excusa de la rodilla". Quienes tampoco hicieron muchas migas fueron Hugo Gatti y Ubaldo Fillol en los a?os setenta. Su relaci¨®n se abort¨® antes incluso de que empezara la convivencia en la selecci¨®n argentina. Meses antes del Mundial de 1978 en su pa¨ªs, una lesi¨®n de rodilla consum¨® el divorcio. El Loco Gatti, del Boca Juniors, era el titular. El Pato Fillol, del River, rechazaba ser suplente. "Le dije al seleccionador, Menotti, que si iba al equipo era para ser titular. Y, como jugaba Gatti, yo estuve fuera en la primera etapa de preparaci¨®n", recuerda Fillol. Hasta que el entrenador cambi¨® de opini¨®n. "Menotti me llam¨® y El Loco dijo que le dol¨ªa la rodilla y se fue. Fue una excusa. Se corri¨® a un costado. No aguantaba disputar el puesto", a?ade Fillol. "Mentira", replica Gatti. "La ¨²nica verdad es que me romp¨ª la rodilla. El Pato dice estupideces. El ¨²nico titular del 78 era yo. Si yo estaba bien, Fillol iba al banco seguro. Si yo hubiera estado bien, habr¨ªa jugado el Mundial del 78, el del 82 y el del 86 y a ¨¦l no lo conocer¨ªa nadie".
"El ego es fuerte", reconoce Gatti, "pero, cuando fui titular, a veces me hac¨ªa el lesionado para que jugara mi compa?ero".
- Barthez-Coupet: demasiados privilegios. Despu¨¦s de toda una vida de suplente en la selecci¨®n francesa, Gregory Coupet explot¨® cuando el seleccionador, Raymond Dom¨¦nech, anunci¨® que el eterno Barthez seguir¨ªa en la porter¨ªa en el pasado Mundial. Cansado de los privilegios de Barthez, como no entrenarse, Coupet se march¨® de una concentraci¨®n en los Alpes, aunque regres¨® obligado por Dom¨¦nech. "Le obedezco, pero no le respeto", dijo Coupet, mejor portero de 2006 en Francia con el Lyon. Poco importaba. Barthez siempre vest¨ªa el n¨²mero 1. Ambos se entrenaban en porter¨ªas diferentes y se evitaban en la comida y en el vestuario. "En los cuatro ¨²ltimos partidos del Mundial, Barthez no ha hecho ni una parada", le critic¨® Coupet.
- Garc¨ªa Rem¨®n-Miguel ?ngel: 13 a?os juntos. ?Y si existiera la convivencia perfecta? Mariano Garc¨ªa Rem¨®n y Miguel ?ngel se acercaron a ella durante 13 temporadas (1971-1984) en el Madrid sin que ninguno de ellos se convirtiera en eterno titular. Garc¨ªa Rem¨®n jug¨® 177 partidos de Liga por 247 Miguel ?ngel. "Hubo un respeto mutuo. El que juega es el que m¨¢s tiene que ayudar al otro. Hay que tener respeto y no sentirse mejor que ¨¦l", recuerda Garc¨ªa Rem¨®n. "Influyeron mucho las lesiones, y a m¨ª me respetaron menos. Ninguno era mejor que el otro", afirma.
?Es posible hoy un caso as¨ª? "Dif¨ªcilmente. Ahora hay mucho m¨¢s ego¨ªsmo en el f¨²tbol", concluye Garc¨ªa Rem¨®n.
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