El eje de la pol¨ªtica social para el siglo XXI

El informe PISA 2006 ha suscitado voces cr¨ªticas con el sistema educativo espa?ol, pero es de justicia destacar aquello en lo que se ha avanzado en los ¨²ltimos tiempos. Particularmente, el estudio internacional confirma la equidad de nuestro sistema educativo, que ocupa los primeros puestos en el escalaf¨®n junto a pa¨ªses como Finlandia, Noruega y Suecia, y arroja resultados muy superiores a los de la media de la OCDE. En un per¨ªodo enormemente transformador del Estado y modernizador de la sociedad y la econom¨ªa, nuestro pa¨ªs ha sabido construir y armonizar un sistema educativo competitivo y capaz de corregir desigualdades.

Dentro del sistema espa?ol, hay un gran n¨²mero de comunidades aut¨®nomas que destacan en el estudio por encima de la media nacional. Galicia ocupa el segundo lugar tras Finlandia, donde las familias tienen la misma garant¨ªa de ¨¦xito para sus hijos independientemente del centro en el que estudien. A nuestra autonom¨ªa le siguen la mayor parte de las comunidades, que se sit¨²an todas ellas por delante de pa¨ªses como Suecia y Noruega.

En consecuencia, el estudio de la OCDE refleja la diversidad y la pluralidad que caracteriza al sistema educativo espa?ol y muestra lo que parecen diferentes ritmos de evoluci¨®n de las comunidades aut¨®nomas sin detrimento de la equidad.

El informe PISA pone de manifiesto cu¨¢l es el gran reto del sistema educativo para los pr¨®ximos a?os: la excelencia. Sobre la base de la equidad alcanzada y la confluencia de la diversidad educativa, deberemos incidir en los tres factores determinantes que coinciden con los objetivos educativos europeos y con el recientemente publicado informe McKinsey: el incremento de alumnos que cursen ramas cient¨ªficas, la mejora en la competencia profesional de los docentes, y la apuesta por la educaci¨®n postobligatoria.

La ciencia es el pilar b¨¢sico para construir la sociedad del conocimiento. As¨ª lo entiende Europa, que ha fijado la promoci¨®n cient¨ªfica entre el alumnado como objetivo prioritario para el 2010. Recientemente, el presidente del CSIC, Carlos Mart¨ªnez, concretaba que, en el mismo horizonte temporal, Espa?a necesita incorporar al sistema unos 50.000 cient¨ªficos y tecn¨®logos. Precisamente, es en las primeras etapas educativas donde se forjan los cient¨ªficos del ma?ana.

Por otro lado, el estudio de la OCDE apuesta por mejorar la competencia profesional del docente desde el mismo momento en que se plantea dedicarse a la ense?anza. Pa¨ªses con resultados satisfactorios tienen modelos selectivos que dan lugar a un profesor vocacional y comprometido con la educaci¨®n desde todos los ¨¢ngulos. En Espa?a, la adaptaci¨®n al EEES nos ofrece la oportunidad de incidir en este aspecto, ya que implica una nueva estructuraci¨®n de los estudios precisos para ejercer la funci¨®n docente.

Pero el gran reto de la educaci¨®n en el momento actual es la apuesta por la etapa postobligatoria, ligada al objetivo europeo de incrementar hasta el 85% en 2010 el n¨²mero de ciudadanos de 22 a?os que hayan concluido la ense?anza secundaria superior.

Dos fortalezas del sistema educativo espa?ol son la escolarizaci¨®n entre 3 y 6 a?os, pr¨®xima al 100%, y la etapa de 18 a 24 a?os con estudios universitarios, en la que alcanzamos un 40%, ¨ªndice tambi¨¦n superior al europeo. Debemos, pues, concentrar esfuerzos fundamentalmente en la promoci¨®n y ¨¦xito de la formaci¨®n profesional y el bachillerato. Para ello ser¨¢ necesario un compromiso firme para establecer pol¨ªticas compartidas entre las comunidades y el Estado.

El fin ¨²ltimo es seguir avanzando en el afianzamiento de una educaci¨®n equitativa, vanguardista y de calidad. Debemos aprovechar las sinergias auton¨®micas para, desde la diversidad y la cooperaci¨®n, contribuir a dotar el sistema educativo de mayores cotas de excelencia. "No existe una mejor prueba del progreso de una civilizaci¨®n que la del progreso de la cooperaci¨®n", defend¨ªa John Stuart Mill, fil¨®sofo y economista ingl¨¦s. Hoy m¨¢s que nunca, la suma de las partes debe dar como resultado el total y no s¨®lo para avanzar en informes internacionales y conseguir los objetivos europeos, sino para poner la educaci¨®n en el eje de la pol¨ªtica social del siglo XXI. Ese es el verdadero desaf¨ªo de la democracia.

Laura S¨¢nchez Pi?¨®n es conselleira de Educaci¨®n y Ordenaci¨®n Universitaria