La industria sube los decibelios
Las discogr¨¢ficas graban los ¨¢lbumes de pop y de rock a mayor volumen y sin matices para adaptarse a los nuevos modos de consumo en m¨®viles o MP3
"Escuchas discos modernos y te das cuenta de que son atroces. Est¨¢n llenos de sonido. Nada suena definido. No hay voces, no hay nada de nada". Cuando Bob Dylan declar¨® esto hace un par de a?os en una entrevista a la revista inglesa Mojo, no estaba interpretando el papel de viejo sabio gru?¨®n que tan bien le sienta desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Estaba haci¨¦ndose eco de la pen¨²ltima v¨ªctima art¨ªstica colateral de la crisis de la industria discogr¨¢fica.
Bob Dylan: "Oyes discos modernos y te das cuenta de que son atroces"
Al productor Paco Loco le dijo un artista: "Estamos matando la m¨²sica"
Los discos suenan cada vez m¨¢s alto y peor, en una guerra en pos del decibelio provocada por el brusco cambio de h¨¢bitos de escucha del p¨²blico y el advenimiento de formatos de reproducci¨®n poco serios y nada respetuosos con lo anteriormente conocido como m¨²sica.
As¨ª, discos de reciente edici¨®n, como el debut de Arctic Monkeys, At war with the mystics, de Flaming Lips, o incluso los Greatest hits, de Bee Gees llegan masterizados a unos niveles que llegan a estar cuatro decibelios por encima de lo recomendable.
"El otro d¨ªa estaba en Ikea y son¨® Wilco [banda de ra¨ªces norteamericanas, popular por la atenci¨®n al detalle y a la delicadeza de sus producciones], y casi ni me enter¨¦. Es un disco que no est¨¢ hecho para sonar en Ikea, pero otros s¨ª, y aun con ¨¦sas, suenan fatal", comenta el productor asturiano Paco Loco, propietario de un estudio de fama mundial, por donde han pasado artistas como la islandesa Bj?rk o los brit¨¢nicos Manic Street Preachers. "Recuerdo una vez que estaba en EE UU y le coment¨¦ al artista que el sello me ped¨ªa que el disco sonara m¨¢s fuerte. Y ¨¦l me dijo: 'Ya estamos, prefieren que suene alto a que suene bien... Estamos matando la m¨²sica".
Nigel Mong, de la revista norteamericana Stylus, es de esa misma opini¨®n: "El sonido es cada vez m¨¢s alto y m¨¢s sucio, con menos matices. Est¨¢ pensado para llamar la atenci¨®n en un centro comercial o para escucharse en un coche en pleno atasco, no para sentarse en casa con los cascos a apreciar los matices de la m¨²sica. Lo que han hecho con discos como el de Lily Allen o el ¨²ltimo de Springsteen es demencial".
"La m¨²sica ha perdido todo el misterio. La m¨²sica es hoy algo r¨¢pido y barato, sin ideas. Otro producto cuya evoluci¨®n viene marcada por las normas del mercado, no por la creatividad y las ideas", apunta Luigi Gino Castaldo, reputado cr¨ªtico musical del diario italiano La Repubblica. La conversi¨®n del rock en algo de perfil mercantilista no es nueva. Puede que se encuentre en su propia idiosincrasia. Lo que s¨ª es cierto es que jam¨¢s hasta hoy la industria hab¨ªa sufrido una crisis de identidad tan grande que afectara incluso al sonido de las obras.
"Hay que empezar a pensar en facturar canciones que ser¨¢n machacadas en formato MP3", recuerda Carlos Narea, productor cl¨¢sico del panorama patrio y que, como muchos, ha debido optar por montar su propio estudio ante la falta de presupuesto de los sellos para pagar producciones como las de antes. "No es muy distinto a lo que se hac¨ªa tiempo atr¨¢s. Grababas el disco en un casete y sal¨ªas al coche y lo pon¨ªas para ver c¨®mo se escuchaba entonces. Hoy, la mayor¨ªa de la m¨²sica se consume en un formato que elimina frecuencias y con ello calidad, un formato en el que la cantidad est¨¢ siempre por encima".
"Nosotros no hemos notado mucho de esto, la verdad", explican en la barcelonesa tienda de discos Rev¨®lver. "S¨ª, es cierto, muchos discos suenan m¨¢s potentes que otros, pero esto siempre ha sido as¨ª. Tambi¨¦n es verdad que hay remasterizaciones de viejos cl¨¢sicos hechas s¨®lo para subir el volumen, mientras que las que llegan de Jap¨®n s¨ª aumentan la calidad". "Pero, esta calidad, ?la va realmente a notar alguien con un MP3 en el que caben 30.000 canciones? ?Para qu¨¦ demonios quieres 30.000 canciones si en el fondo no te gusta tanto la m¨²sica?", reflexiona Nigel, de Stylus, entrando, claramente en otro tema.
Paco Loco, por su parte, hace un silencio entre tanto ruido y concluye. "Estaba pensando yo... Mira, no tengo ni iPod ni nada, y si quieres que te diga la verdad, por mucha tecnolog¨ªa y mucha tonter¨ªa que haya, al final, los discos que mejor suenan siguen siendo los de Dylan o Led Zeppelin en los setenta".
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