La insoportable levedad del ser cient¨ªfico vasco
Los resultados del informe PISA han provocado una catarata de opiniones, a la que no escapa este art¨ªculo, que permite albergar alguna esperanza sobre los efectos ben¨¦ficos de tal debate en el inter¨¦s de la sociedad y en el tino de los gobernantes sobre la educaci¨®n.
No repetir¨¦ pues los asuntos que han sido objeto de controversia, aunque la reacci¨®n de alg¨²n representante de la Administraci¨®n haya sido desabrida e irrespetuosa. Una pena, porque creo que hay que situar los resultados en su contexto para evitar derrotismos que no vienen al caso y analizar las causas del resultado para no conformarse y tratar de mejorar. Como dec¨ªa hace unos d¨ªas el rector de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, el profesor ?ngel Gabilondo, al trabajo hay que venir llorado de casa. Es decir, que debi¨¦ramos afrontar los resultados PISA con el ¨¢nimo de averiguar las causas y actuar, sin pararnos en la desolaci¨®n.
Somos la primera comunidad en gasto por alumno, pero no en resultados
En la ESO un alumno podr¨¢ recibir 105 horas menos de ciencias que en otra comunidad
Convendr¨ªa que record¨¢ramos que en 1975 m¨¢s de dos millones de espa?oles mayores de 16 a?os eran analfabetos y, sin embargo, hoy, s¨®lo 32 a?os despu¨¦s, la escolarizaci¨®n es obligatoria para los menores de 16 a?os. Un camino que han recorrido los pa¨ªses de nuestro entorno mucho antes.
Y en Euskadi, la verdad, los resultados no son malos en general: nos movemos en el entorno de la media de la OCDE y siempre por encima de la media espa?ola. Pero las pruebas PISA, al bucear en los conocimientos de nuestros adolescentes han encontrado la insoportable levedad del conocimiento cient¨ªfico de una generaci¨®n que habr¨¢ de responsabilizarse de este pa¨ªs en un futuro no lejano. Y sin son pocos y adem¨¢s no saben...
El caso es que en ciencias tenemos por delante a La Rioja, Arag¨®n, Navarra y Cantabria, entre otras. Todas ellas con un PIB y un gasto por alumno muy inferior al nuestro. ?C¨®mo es posible que si somos la comunidad aut¨®noma con mayor gasto por alumno -en 2004 ya gast¨¢bamos en cada estudiante casi el doble de la media estatal- no seamos los primeros en ninguno de los casos y s¨®lo los octavos en Ciencias?
Es cierto que el aumento de la financiaci¨®n para la educaci¨®n no produce un incremento en la misma proporci¨®n en el nivel de ¨¦xito escolar, pero s¨ª deber¨ªa marcar aproximadamente la posici¨®n relativa respecto a otras comunidades, tanto m¨¢s si se considera que los anteriores estudios PISA han constatado que "el rendimiento educativo de los alumnos est¨¢ relacionado de manera muy directa e intensa con el estatus social, econ¨®mico y cultural de las familias".
En este ¨²ltimo aspecto, Euskadi es la comunidad aut¨®noma con un valor m¨¢s alto, por delante incluso de Francia. Sin embargo, el resultado en ciencias matizado por el nivel de ese estatus se sit¨²a por debajo del nivel que le hubiera correspondido, mientras que las siete comunidades que nos adelantan en ciencias presentaron unos resultados matizados por encima del promedio que les correspond¨ªa.
?ste es un problema important¨ªsimo que entorpece el desarrollo del pa¨ªs. Actualmente, y m¨¢s en el futuro, un ciudadano con una alfabetizaci¨®n cient¨ªfica escasa dif¨ªcilmente podr¨¢ decidir con buen criterio en temas como el uso de conservantes o insecticidas en la industria alimentaria, o sobre el uso de la energ¨ªa nuclear por poner dos ejemplos. Muy probablemente tampoco le resultar¨¢n atractivos los estudios superiores del ¨¢mbito cient¨ªfico. Si la situaci¨®n no mejora, dificultaremos en el futuro que Euskadi participe plenamente del objetivo de convertir a Europa en la econom¨ªa del conocimiento m¨¢s competitiva del mundo. Recordemos que los participantes en la cumbre de Lisboa de 2000 reconocieron que Europa no puede competir con recursos naturales ni con mano de obra barata, por lo que el valor a?adido de sus productos ha de basarse en la producci¨®n de conocimiento a trav¨¦s de la investigaci¨®n.
Para avanzar en ese sentido necesitamos mejorar los resultados en Ciencias de los estudiantes vascos. Parece que hay consenso en la necesidad de mejorar la formaci¨®n del profesorado y en estimular el inter¨¦s de los alumnos acerc¨¢ndolos a aspectos cient¨ªficos de la vida cotidiana. Pero nos olvidamos de que en las ciencias es fundamental el tiempo dedicado a su aprendizaje.
Un art¨ªculo reciente de la revista Science muestra que existe una relaci¨®n determinante entre la formaci¨®n en ciencias en Secundaria y los resultados en esas materias en la Universidad. Es l¨®gico, la Lengua y las Matem¨¢ticas son asignaturas instrumentales, de forma que su dominio influye en el ¨¦xito de otras, pero en F¨ªsica, Qu¨ªmica o Biolog¨ªa s¨®lo se mejora trabajando m¨¢s tiempo esas materias.
Sin embargo el Departamento de Educaci¨®n ha elaborado un decreto para el curriculum que fija un m¨ªnimo y un m¨¢ximo de horas para cada asignatura, de forma que cada centro decide entre esos l¨ªmites las horas que dedicar¨¢ a cada materia.
El alumno del centro que aplique el m¨ªnimo definido para Ciencias de la Naturaleza recibir¨¢ al final de los tres primeros cursos de la ESO, 105 horas menos que un alumno de cualquier otra Comunidad Aut¨®noma. Y si optara por el m¨¢ximo, recibir¨ªa 35 horas menos. Es decir, los estudiantes vascos van a trabajar entre un 10% y un 30% de horas menos de ciencias en su horario escolar. Lo mismo le ocurrir¨¢ a un alumno que curse las optativas de ciencias de 4? de la ESO, es de suponer que con la intenci¨®n de seguir estudios cient¨ªficos o tecnol¨®gicos, pues perder¨¢ en el conjunto de la ESO entre un 6% y un 31% de las horas.
El consejero de Educaci¨®n debe abordar este problema. Un decreto de desarrollo curricular no puede hacerse como una suma de concesiones y llamar a eso consenso de toda la Comunidad educativa. La Administraci¨®n no debe eludir su responsabilidad. Conviene que recabe la opini¨®n de expertos y de la comunidad educativa para definir las l¨ªneas estrat¨¦gicas, pero a partir de ah¨ª le corresponde establecer claramente los aspectos nucleares en funci¨®n de esos objetivos estrat¨¦gicos y pactar sus concreciones. Aunque para eso hay que saber claramente hacia d¨®nde se va, que no parece el caso.
Vicente Reyes es secretario de Educaci¨®n de la Ejecutiva de Vizcaya del PSE-EE
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