Defecci¨®n y di¨¢spora de los bailarines cubanos
La crisis en la isla caribe?a se refleja en la huida de artistas
Ayer Alicia Alonso cumpl¨ªa 90 a?os (naci¨® el 21 de diciembre de 1917 en el Cuartel de Columbia, en La Habana). Cuatro d¨ªas antes, recibi¨® el peor y m¨¢s doloroso regalo de su vida: tres primeros bailarines de su compa?¨ªa, el Ballet Nacional de Cuba (BNC), la abandonaban en el sur de Canad¨¢, cruzando a Estados Unidos hasta llegar a Buffalo, donde recibieron la protecci¨®n de las autoridades federales de Inmigraci¨®n. No es la primera vez ni ser¨¢ la ¨²ltima, pero en esta ocasi¨®n han sido tres muchachos muy j¨®venes, de entre 21 y 26 a?os, virtuosos, con categor¨ªa de artistas principales y abundantemente premiados en los m¨¢s rigurosos concursos de ballet cl¨¢sico: Hanya Guti¨¦rrez (1981); Taras Dimitro Su¨¢rez (1986) y Miguel ?ngel Blanco (1983), todos nacidos en La Habana y egresados de la escuela oficial del ballet cubano, ¨²nica permitida en la isla.
La espectacular defecci¨®n recordaba en su crudeza a la de 1966, cuando 11 bailarines del BNC saltaban desde las ventanas de un hotel en Par¨ªs para no volver a Cuba ante el temor de ser enviados a la UMAP (los campos para homosexuales, religiosos y disidentes fundados un a?o antes bajo la ¨¦gida y el ideario de Ra¨²l Castro y Ernesto Che Guevara).
La di¨¢spora de artistas de ballet cubanos toc¨® en la madrugada del domingo al lunes un techo dram¨¢tico y recuerda una vez m¨¢s a la rusa primero (producto de la revoluci¨®n bolchevique) y a la sovi¨¦tica despu¨¦s, con nombres que han hecho historia en lo pol¨ªtico y en lo art¨ªstico, como Rudolf Nureyev y Mija¨ªl Barishnikov entre otros. Precisamente a Taras Dimitro, de padre h¨²ngaro y madre cubana, se le considera ya por la cr¨ªtica como "el posible Barishnikov del siglo XXI".
En lo que va de mes, 13 artistas del Circo Nacional de Cuba se quedaron en M¨¦xico y pasaron a una especie de angustiosa clandestinidad; el principal presentador de la televisi¨®n cubana, Carlos Otero, tambi¨¦n cruz¨® la frontera canadiense con su mujer y sus dos hijos. Otros bailarines que estaban en Argentina y Colombia han pospuesto su regreso a Cuba. El dramma arrecia en la agrupaci¨®n cubana con la cancelaci¨®n de giras internacionales (como el pasado agosto, que deb¨ªan presentarse en Madrid).
La historia del ballet cubano no es otra cosa que el reflejo moral y literal de la ag¨®nica situaci¨®n del sistema, del empecinamiento de sus l¨ªderes y de la mano f¨¦rrea sobre cualquier manifestaci¨®n de la cultura. As¨ª, la lista de artistas cubanos de la danza que, desde hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas opta por el exilio, llega casi a los 200 nombres. Detr¨¢s de cada una, avatares de una vida y un drama.
"Bailar es un destino"
"Bailar es un destino", dijo Nijinski, otro que supo de di¨¢sporas, pero un destino a verificar en libertad. Hanya Guti¨¦rrez dice: "Yo hace mucho lo ven¨ªa pensando. Ten¨ªa que triunfar en libertad, decidir por m¨ª misma mi carrera y mi vida. Cuando se es firme en estas ideas, no se teme a nada".
Miguel ?ngel Blanco expresa a su vez: "La decisi¨®n la tom¨¦ en tres horas y sin pensar apenas en la proximidad de Alicia Alonso. El artista no puede tener fronteras, hay que bailar con libertad y llegar a nuevos estilos, otras cosas con otros aires". Y contin¨²a con ¨¦nfasis: "Somos j¨®venes, es nuestra oportunidad. En Cuba hay un estancamiento, un tiempo detenido. ?Para cu¨¢ndo lo ¨ªbamos a dejar?".
Taras Dimitro Su¨¢rez, hijo de Magaly Su¨¢rez, codirectora art¨ªstica junto a Pedro Pablo Pe?a del Cuban Classical ballet of Miami, la compa?¨ªa que los acoge, comenta: "Fue de improviso. Dejo atr¨¢s familia y amigos, pero aqu¨ª est¨¢ mi madre y mi carrera, lo m¨¢s importante". Por su parte, Pedro Pablo Pe?a concluye: "Estos artistas debutar¨¢n en Miami en febrero con El lago de los cisnes. Es una oportunidad que merecen por su arrojo y, si la legislaci¨®n lo permite, les llevar¨¦ a Espa?a en junio a nuestra primera gira europea con Giselle. All¨ª demostrar¨¢n otra vez su val¨ªa".
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