Piti, el amigo de Zapatero
De Paz, nuevo consejero de Telef¨®nica, entr¨® muy joven en las filas socialistas
Cuentan que cuando Javier de Paz Mancho era secretario general de las Juventudes Socialistas, exigi¨® a la direcci¨®n del PSOE que incorporara j¨®venes en sus listas a las elecciones generales y que, como consecuencia de aquella petici¨®n, un joven leon¨¦s llamado Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero lleg¨® a diputado.
Aseguran, tambi¨¦n, que De Paz y Zapatero, pese a ser de la misma regi¨®n, apenas se conoc¨ªan. La amistad llegar¨ªa luego; pero no es de extra?ar porque De Paz hab¨ªa dejado pronto Valladolid, la ciudad en la que naci¨® en 1958, para hacer en Madrid su carrera pol¨ªtica y empresarial.
De Paz, a su pesar, es m¨¢s conocido por su faceta pol¨ªtica que empresarial
Hombre de consenso con pedigr¨ª 'rojo', no le gusta asistir a actos sociales
Todav¨ªa eran tiempos de transici¨®n. Corr¨ªan los ochenta. Dif¨ªcilmente podr¨ªa imaginar aquel muchacho de pelo claro que dos d¨¦cadas despu¨¦s el joven leon¨¦s ser¨ªa presidente del Gobierno y que ¨¦l iba a ser protagonista directo de uno de los episodios empresariales m¨¢s sabrosos de este final de a?o: su nombramiento y el de Manuel Pizarro como consejeros de Telef¨®nica. Dos hombres de empresa, pero con una fuerte y enfrentada adscripci¨®n pol¨ªtica. En un plato de la balanza, Pizarro, el ¨ªnclito ex presidente de Endesa, enemigo ac¨¦rrimo del Gobierno durante meses. En el otro, ¨¦l, un socialista de toda la vida, una persona muy cercana al presidente.
Quedar¨¢ la inc¨®gnita de los movimientos que hizo Alierta para realizar los cambios. Lo que, a estas alturas, parece claro es que no hubo llamada de La Moncloa para que Javier de Paz entrara en el sanctasanctorum del primer grupo empresarial espa?ol. Eso s¨ª, Zapatero recibi¨® la llamada del propio De Paz para informarle de que hab¨ªa aceptado la oferta de Alierta. ?ste le conoci¨® hace unos a?os, avalado por otros consejeros como Gonzalo Hinojosa o Carlos Colomer, y desde hace tiempo estaba en su cartera de candidatos. Aunque De Paz fue consejero de Tabacalera, no coincidi¨® con Alierta de presidente.
Javier de Paz, muy a su pesar, es m¨¢s conocido por su faceta pol¨ªtica que empresarial. La mam¨®. Su padre, tornero de Agrom¨¢n que fue concejal socialista dos legislaturas, y su t¨ªo, el hist¨®rico l¨ªder ugetista Jes¨²s Mancho, le metieron desde peque?o la bicha en el cuerpo. Con 12 a?os le llevaron a alguna de las pocas manifestaciones clandestinas que se celebraban en la capital castellana. Pronto se afiliar¨ªa a UGT y a las Juventudes Socialistas (JJ SS) y participar¨ªa en tareas organizativas con su t¨ªo, descargador del mercado central de la ciudad. Por cosas del destino, el sobrino llegar¨ªa a presidir Mercasa, empresa que agrup¨® todos los mercados de Espa?a. La ascendencia de su t¨ªo fue total. Mancho muri¨® en 2002 dejando por hacer un ¨²ltimo tramo del Camino de Santiago. Iba en un grupo en que tambi¨¦n estaba C¨¢ndido M¨¦ndez, secretario general de UGT. De Paz complet¨®, por su t¨ªo, esa ¨²ltima etapa.
Los viejos conocidos de Valladolid ten¨ªan muy claro que este hombre, cuyo nombre de guerra era Piti y que no termin¨® Derecho por centrarse en las JJ SS, llegar¨ªa lejos. Aunque tiene pocos enemigos, hay opiniones encontradas, desde los que dicen que era un maniobrero a los que le reconocen una profunda inteligencia y afanes constructivos. Tonte¨® con opciones de extrema izquierda; pero seriamente s¨®lo le convenci¨® el partido de los suyos, y lleg¨® a ser secretario local de las Juventudes.
Emigr¨® a Madrid en 1978 para entrar un a?o despu¨¦s en la ejecutiva nacional, de la que asumir¨ªa la secretar¨ªa general en 1983. "Un cargo que le va a perseguir durante toda su vida, aunque tenga 70 a?os", seg¨²n un compa?ero. Y eso porque protagoniz¨® un hecho hist¨®rico. Se enfrent¨® al Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez al anunciar que las JJ SS har¨ªan campa?a en contra de la entrada a la OTAN, aunque luego se abstuvieron de hacerla. La raz¨®n fue que se estaba utilizando como una campa?a de desgaste al Gobierno.
Como secretario de las Juventudes fue muy activo y, adem¨¢s de la petici¨®n para que los j¨®venes accedieran a las listas, tambi¨¦n busc¨® el pacto entre PSOE y UGT cuando las relaciones entre ambos bandos se rompieron, y exigi¨® un plan de empleo juvenil a Gonz¨¢lez, con el que lleg¨® a tener una relaci¨®n muy fluida y cordial. Tanto como la que tiene ahora con Zapatero, con el que comparte la afici¨®n al f¨²tbol (es del Bar?a menos cuando juega con el Valladolid) y al baloncesto, deporte que ha practicado con el presidente. Devora novelas y series de televisi¨®n que ve mientras anda dos horas diarias en una cinta.
La verdad es que por su altura no pasar¨ªa de ser base de un equipo modesto de baloncesto, pero en otros campos ha demostrado ser un buen director de equipo. Incluso, entrenador. Esa habilidad se afianz¨® cuando Javier G¨®mez Navarro le confi¨®, siendo ministro de Comercio, el cargo de director general de Comercio Interior. Fue una apuesta arriesgada para alguien que hasta entonces s¨®lo hab¨ªa hecho pol¨ªtica. Pero no se arrepinti¨®. Para De Paz fue el comienzo de un cambio revolucionario. All¨ª cerr¨® la venta de Galer¨ªas a El Corte Ingl¨¦s y elabor¨® la Ley de Comercio Interior, que dej¨® abierta la pol¨¦mica sobre los horarios comerciales.
Le da pudor contar cosas de la vida privada. Le gusta el perfil bajo, refugiarse, quitarse de en medio. No asiste a actos sociales, pero cuenta con un amplio c¨ªrculo de amigos, como los citados M¨¦ndez, G¨®mez Navarro, Hinojosa, Colomer, y Pepe Blanco, Miguel Barroso, Miguel Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, Mario Armero, Alberto Costafreda..., amigos y contactos del ¨¢mbito pol¨ªtico, medi¨¢tico y empresarial que le reconocen una enorme capacidad para las relaciones humanas. Por algo, G¨®mez Navarro, su padre profesional, le coloc¨® entre los notables del Consejo Superior de C¨¢maras. Quiz¨¢ por todo ello, y por el peso de esas personas, su nombre aparece pr¨¢cticamente en todas las mesas en las que se cuecen acuerdos de alto rango, aunque en realidad ¨¦l no intervenga.
Y es que De Paz pasa por ser un negociador nato y de hacer honor a su apellido. Es un hombre de consenso con pedigr¨ª rojo al que ahora le toca aconsejar a Telef¨®nica y mostrar sus competencias. Lo hizo recomponiendo el accionariado de Panrico, empresa a la que lleg¨® tras la victoria del PP, y negociando los contratos de Mercasa con los ayuntamientos los ¨²ltimos cuatro a?os. En esta empresa p¨²blica, que ahora deja, se gan¨® la confianza de alcaldes de todo signo. Una gesti¨®n que rompe la simplificaci¨®n de derechas e izquierdas. Es posible que esta circunstancia explique que el PP no haya lanzado ninguna cr¨ªtica. ?O es que el nombramiento simult¨¢neo de Pizarro ha tapado la boca al partido de la oposici¨®n?
Las razones de Alierta
El primer consejo de Telef¨®nica en la nueva sede madrile?a de Las Tablas hizo honor a su nombre. Acab¨® en empate. Tablas pol¨ªticas. Dos consejeros nuevos, uno cercano al PP, Manuel Pizarro, y otro al PSOE, Javier de Paz. La decisi¨®n origin¨® mucho alboroto. ?Por qu¨¦ C¨¦sar Alierta no esper¨® hasta despu¨¦s de las elecciones? La realidad s¨®lo la sabe ¨¦l; el presidente de Telef¨®nica tiene medidos los tiempos. Va a pi?¨®n fijo. Hace los cambios en julio o diciembre y no iba a alterar la costumbre. En cualquier caso, es una reafirmaci¨®n de independencia del empresario aragon¨¦s.
"Adem¨¢s, ?para que ten¨ªa que esperar?", se pregunta un colaborador suyo. Los hechos han demostrado que Alierta ten¨ªa previsto abordar antes de 2008 una remodelaci¨®n de la c¨²pula del grupo para dedicarse ¨¦l m¨¢s a la expansi¨®n internacional. "Es verdad que ha nombrado dos adscripciones pol¨ªticas claras; pero ?y qu¨¦? No es la primera vez que se hace", a?ade la misma fuente.
El nombramiento del ex presidente de Endesa ya supuso por s¨ª solo un fuerte golpe medi¨¢tico. "Cuesta entender que el presidente Zapatero se haya tragado el sapo de Pizarro y se conforme con una compensaci¨®n por De Paz", dice una fuente empresarial. Por otra parte, Telef¨®nica tiene el privilegio de levantar pol¨¦mica en sus nombramientos. Sigue la inercia de la etapa de Juan Villalonga. De hecho, Maximino Carpio, uno de los sustituidos ahora, lleg¨® a consejero por ser profesor de Aznar. Y nadie dec¨ªa nada.
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