Familias
Con la triple aprobaci¨®n de los Presupuestos, el canon digital y la ley antibofet¨®n finaliza una de las legislaturas m¨¢s crispadas de nuestra reciente democracia, que promet¨ªa morir antes de tiempo cuando naci¨®, pero que finalmente ha logrado resistir hasta el final con una relativa facilidad. El PP no ha logrado abortarla ni bloquearla a pesar de su doble oposici¨®n parlamentaria y extraparlamentaria, que adem¨¢s de obstruir desde el Congreso la pol¨ªtica territorial y antiterrorista no ha dudado en recurrir tambi¨¦n al sabotaje medi¨¢tico, clerical y judicial. Y ha fracasado porque, a pesar de su exigua mayor¨ªa simple, el Gobierno ha sabido nadar y guardar la ropa navegando entre las dos aguas de los extremismos opuestos (la Escila del independentismo radical y el Caribdis del PP neoconservador), sin perder el rumbo hacia la ?taca electoral donde le aguarda la Pen¨¦lope ciudadana.
Hasta Ulises vuelve a casa por Navidad, y la odisea de Zapatero tambi¨¦n ha buscado el calor familiar al acabar la legislatura. En efecto, la cr¨®nica pol¨ªtica de la semana pasada ha estado trufada de temas que afectan directa o indirectamente a las familias espa?olas. As¨ª ocurre con los Presupuestos, un hermoso ¨¢rbol navide?o adornado por una guirnalda de guindas electorales como el cheque natal, la educaci¨®n infantil, la subvenci¨®n a la dependencia o la subida de las pensiones. Pero se da la coincidencia de que tambi¨¦n han cobrado un protagonismo actual¨ªsimo dos cuestiones que afectan directamente a la vida familiar: la pol¨¦mica del aborto, donde Zapatero se ha contradicho dos veces a s¨ª mismo alarmado por la cruzada integrista contra las cl¨ªnicas abortistas, y la ley antibofet¨®n, que ha modificado el C¨®digo Civil para desautorizar la correcci¨®n progenitora que atente contra la integridad f¨ªsica o moral de los menores.
Son dos cuestiones ciertamente preocupantes, con las que no se puede frivolizar. No s¨®lo el aborto est¨¢ creciendo hasta l¨ªmites inadmisibles, especialmente entre las adolescentes, sino que adem¨¢s se produce en el 90% de los casos alegando un tercer supuesto hip¨®critamente falaz (la salud ps¨ªquica de la madre) que no est¨¢ limitado por ning¨²n plazo de vida fetal. Y desde un punto de vista ¨¦tico, a esto no hay derecho. Hay que acabar con semejante inseguridad jur¨ªdica. Hay que cambiar la ley del aborto, sustituyendo los motivos por los plazos. Y hay que informar y adiestrar sexualmente a las adolescentes para que no sean tan irresponsables como hasta ahora: ni ellas ni sus parejas.
Respecto al bofet¨®n, es muy oportuno que su leg¨ªtima desautorizaci¨®n se haya incluido en una ley de adopci¨®n, pues en efecto, la incidencia del maltrato infantil se da en mucha mayor medida entre los progenitores no biol¨®gicos: padrastros, madrastras, adoptantes, tutores... Y conviene recordar que el volumen oculto del maltrato infantil es muy superior al que emerge al conocimiento p¨²blico, constituyendo junto al maltrato a los mayores una de las peores muestras de violencia familiar clandestina. Vaya contradicci¨®n la de un pa¨ªs tan familista como Espa?a, que ostenta el r¨¦cord de adopciones internacionales a la vez que exhibe una tasa de abortos elevad¨ªsima y la m¨¢s baja fecundidad de Europa. Y siendo hoy Nochebuena cabe plantearse esta paradoja: ?queremos a nuestros hijos o los rechazamos?
Todas estas cuestiones deber¨ªan preocupar e interesar a nuestra clase pol¨ªtica mucho m¨¢s de lo que nos viene demostrando hasta ahora, entretenida como est¨¢ con la crispaci¨®n oficial mientras se olvida de los problemas reales de la gente, todos ellos relacionados con la familia. Pues como nos demuestran con sus cifras comparadas todos los expertos (Llu¨ªs Flaquer, Vicen? Navarro, Rodr¨ªguez Cabrero), en Espa?a no existe pol¨ªtica familiar digna de este nombre, a juzgar por los datos de gastos p¨²blicos y servicios sociales, que son con gran diferencia los peores de Europa. Verg¨¹enza deber¨ªa de darle a la derecha espa?ola, que se llena la boca con buenas palabras en defensa de la familia pero que no hace nada real por ella cuando dispone de competencias para ello (si es que no se inhibe como han hecho las autonom¨ªas del PP para sabotear al Gobierno). Y algo parecido puede decirse de la izquierda en el poder, pues mucho hablar de pol¨ªtica social y leyes de igualdad, vivienda o dependencia, pero v¨¦anse las partidas presupuestarias y m¨ªdase su efecto real sobre la vida familiar: cero zapatero, pues seguimos con el derecho a formar familia (o a deshacerla cuando no funciona) bloqueado por necesidad.
Acabar¨¦ esta columna con una alegor¨ªa navide?a. Es un t¨®pico admitido que en estas fiestas las familias ri?en y las parejas se separan mucho m¨¢s de lo habitual. Esperemos que la clase pol¨ªtica no tome ejemplo crispando su fraternal confrontaci¨®n todav¨ªa m¨¢s.
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