El creador de A Toxa Factory
El ex propietario de San Luis rescata la f¨¢brica para un gran centro comercial
No guarda un atisbo de melancol¨ªa por haber vendido hace unos meses la cadena de tiendas de electrodom¨¦sticos que fund¨® en la d¨¦cada de los 70 con el nombre de su calle en A Coru?a, San Luis, "antiguamente, la de los carteristas". Para Lorenzo L¨®pez (As Pontes, 1949), deshacerse de su negocio, comprado por un gigante europeo del sector, era incluso casi una necesidad: "Un mercado como ¨¦se no aporta ning¨²n valor a?adido a Galicia, ya no es interesante, y requiere, por culpa de la competencia con China, un gran volumen de ventas, como m¨ªnimo mil millones de euros".
El nuevo complejo comercial dar¨¢ empleo a m¨¢s de mil trabajadores
"No soy empresario del pelotazo; tengo ganas de hacer cosas por mi tierra"
Y lo mejor de todo es que le dio dinero suficiente para embarcarse en una nueva y ambiciosa aventura empresarial. L¨®pez, con su empresa de fondos de inversi¨®n Fuertepasadena, garantiza como m¨ªnimo dos a?os de dedicaci¨®n total a su nuevo "y muy ilusionante" proyecto, el de reconvertir una de las industrias de mayor tradici¨®n en la comarca coru?esa -la f¨¢brica de cosm¨¦ticos La Toja, en Culleredo, cerrada por no resultar rentable frente a pa¨ªses del Este- en un enorme centro comercial de outlet (mercanc¨ªa de marca muy rebajada de precio por estar descatalogada, fuera de temporada o defectuosa).
Con 100 millones de inversi¨®n y la promesa de m¨¢s de mil empleos, A Toxa Factory, a semejanza de los existentes en las periferias de Madrid, Barcelona u Oporto, tiene todos los ingredientes que estimulan a un empresario que declara amar el reto, a ilusionarse con "hacer algo por Galicia" y preocuparse "ante todo por la gente".
El valor filantr¨®pico est¨¢, para Lorenzo L¨®pez, intimamente relacionado con el inter¨¦s econ¨®mico y la rentabilidad. "Nunca he sido un empresario del pelotazo inmobiliario, por ejemplo, sino que tengo ganas de hacer cosas en mi tierra, sin miedo al fracaso, porque creo firmemente que en este negocio lo primero es pensar a lo grande, no ir a lo f¨¢cil, y aprender a compartir y trabajar con un buen equipo". Y el aspecto social es el que, asegura L¨®pez, m¨¢s le atrae del proyecto de La Toja en Culleredo, ese m¨¢s de un centenar de familias que se quedaron en el paro por la decisi¨®n de la multinacional Henkel de fabricar los famosos jabones negros en Eslovenia.
Ocupado desde su salida de San Luis en abrir, junto a su amigo y socio Jos¨¦ Mar¨ªa Castellano, el ex directivo de Inditex, una treintena de tiendas de Tous en Portugal, este empresario coru?¨¦s est¨¢ obsesionado con la imperiosa e imprescindible necesidad de formar a los trabajadores.
"Dentro de 20 a?os, la mitad de la gente tendr¨¢ m¨¢s de 50 a?os", alerta, y el futuro de toda empresa pasa irremediablemente por invertir en formaci¨®n. Por eso una de las primeras cosas que garantiza L¨®pez en el A Toxa Factory, que pretende abrir en diciembre de 2008, es impartir clases a su plantilla. Y la primera lecci¨®n consistir¨¢ en la expedici¨®n de dos autobuses que organiza para enero, con ex empleados de La Toja, al outlet de Vila do Conde en Portugal, para mostrarles todos los detalles de lo que quiere montar en los 72.000 metros cuadrados de Culleredo, a las puertas de A Coru?a.
Entusiasta del conselleiro de Industria, el nacionalista Fernando Blanco -"el mejor que tuvo Galicia en toda su historia", afirma, tajante-, Lorenzo L¨®pez considera que su iniciativa tiene el respaldo de la Xunta porque resuelve un problema social al crear m¨¢s de mil puestos de trabajo, "no s¨®lo de vendedores", advierte, y adem¨¢s sin los inconvenientes de los grandes centros comerciales tradicionales, "que destroza el tejido comercial de las ciudades".
"Esto va a ser totalmente diferente", promete. Y rentable para todos, sin caer, ni tirar de "la cultura de la subvenci¨®n" en la que el fundador de la cadena San Luis nunca crey¨® ni practic¨®. Pone como ejemplo "la locura" de lanzarse a galleguizar toda la publicidad de las tiendas de electrodom¨¦sticos hace m¨¢s de 30 a?os, cuando nadie lo hac¨ªa, ni exist¨ªa la TVG y tampoco la autonom¨ªa. "No soy un defensor a ultranza de poner a Galicia por encima de Espa?a, pero simplemente lo hice porque creo que es posible, y tambi¨¦n una obligaci¨®n para un gallego darle dignidad a su idioma, sin que suponga desplazar el castellano, ni minimizarlo".
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