Elizabeth Hardwick, editora y cr¨ªtica
Fue una de las firmas m¨¢s afiladas de 'The New York Review of Books'
Elizabeth Hardwick fue una de esas mujeres que se adelant¨® a su tiempo y con cuya muerte, ocurrida el pasado 2 de diciembre, se pierde a una de las intelectuales m¨¢s destacadas de la vida cultural neoyorquina.
Co-fundadora de la revista The New York Review of Books, cr¨ªtica literaria agudo, celebrada ensayista y novelista respetada, Hardwick fue tambi¨¦n una mujer vital que trat¨® de exprimir la vida al m¨¢ximo y a quien la muerte la atrap¨® a los 91 a?os.
Nacida en 1916 en el seno de una familia de once hermanos en Kentucky, desde muy peque?a so?¨® con vivir en Nueva York. "Y estando en la Universidad sent¨ªa que estaba destinada, aunque suene un poco rid¨ªculo, a ser parte del mundo intelectual jud¨ªo neoyorquino", dijo a?os m¨¢s tarde. En 1939 finalmente consegu¨ªa hacer realidad su sue?o e ingresaba en la Universidad de Columbia para hacer un doctorado en literatura inglesa. Pero pronto la vida bohemia neoyorquina la enredar¨ªa en noches "de amor, alcohol y ropa por el suelo", de las que hablar¨ªa despu¨¦s en su libro semiautobiogr¨¢fico Sleepless Nights.
Tras dos a?os de estudios decidi¨® abandonar su doctorado ya que en aquella ¨¦poca, 1941, los puestos de ense?anza para las mujeres eran una rareza y ella aspiraba a algo m¨¢s. Por eso decidi¨® lanzarse de lleno a la literatura y escribir The Gostly Lover. Ella misma reconocer¨ªa a?os despu¨¦s que no era un libro particularmente bueno pero s¨ª lo suficientemente interesante para llamar la atenci¨®n del director de la revista The Partisan Review, para la que empezar¨ªa a escribir en 1945. Su trabajo se centr¨® en la cr¨ªtica literaria tanto de novelas como de ensayos y pronto su voz "fluida, sagaz, inteligente y libre" , como la record¨® a?os despu¨¦s Philip Rav, responsable de aquella revista, la convertir¨ªa en una de las voces m¨¢s veneradas y a la vez temidas de Nueva York.
En 1962, durante una cena junto a su marido, el poeta Robert Lowell, y sus amigos Jason y Barbara Epstein, coincidiendo con una larga huelga de peri¨®dicos que hab¨ªa eliminado de la circulaci¨®n el suplemento literario del diario The New York Times, se abord¨® la posiblidad de crear una revista dedicada a la cr¨ªtica de libros. A los pocos d¨ªas The New York Review of Books ve¨ªa la luz, con Barbara Epstein y Bob Silver como directores y Hardwick como consejera editorial y como brillante y afilada cr¨ªtica. "Nunca fue exactamente una consejera si no m¨¢s bien una sensibilidad que presid¨ªa la publicaci¨®n y a la que todos trat¨¢bamos de agradar" dijo a?os m¨¢s tarde Barbara Epstein, fallecida el pasado a?o. En poco tiempo la revista se convirti¨® en un espacio de referencia dedicado no s¨®lo a la literatura si no a la gran cultura en general y a¨²n hoy sigue siendo una de las publicaciones m¨¢s valoradas a escala internacional.
Paralelamente a la de la revista, la reputaci¨®n de Hardwick fue acrecent¨¢ndose y pront¨® comenz¨® a ocupar espacios tambi¨¦n en jurados literarios, inclu¨ªdo el del premio Pulitzer. Recordada como una mujer coqueta y extremadamente agradable, pod¨ªa ser la mayor defensora de los autores a los que admiraba. "Pero si alguien no le gustaba ten¨ªa la capacidad de hacerle sentir muy mal", coment¨® un amigo suyo.
Su vida privada tampoco estuvo exenta de intensidad. Se cas¨® en 1949 con el poeta Robert Lowell, pero la relaci¨®n nunca fue precisamente relajada. Viajaron juntos por Estados Unidos durante casi una d¨¦cada, para volver a instalarse a finales de los a?os cincuenta en Nueva York. Lowell sufri¨® siempre de cap¨ªtulos man¨ªaco-depresivos, que sol¨ªan culminar con el abandono de su esposa por otra mujer. Se separaban y volv¨ªan a reencontrarse, hasta que en 1970 Lowell se enamor¨® de Lady Caroline Blackwood en Oxford y Hardwick decidi¨® divorciarse.
El poeta expuso publicamente el enfrentamiento subsiguiente entre ¨¦l y su ex esposa en el libro de sonetos The Dolphin, definido por el poeta Adrienne Rich como "uno de los mayores actos de venganza de la historia de la literatura". Ella, mientras tanto, se sumergi¨® en la escritura de ensayos sobre escritoras atormentadas como Sylvia Plath, Dorothy Worsthword o Charlotte Bronte. No obstante, siete a?os m¨¢s tarde Lowell y ella decid¨ªan volver juntos, aunque su reencuentro apenas dur¨® unos meses ya que el poeta fallecer¨ªa de un infarto al poco tiempo de esta ya ¨²ltima reconciliaci¨®n.
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