<i>Jugando con el terror</i>
En el comentario sobre el asesinato de Benazir Ali Bhutto, Llu¨ªs Bassets ha conseguido resumir, en su blog, sus terribles efectos de la forma m¨¢s sencilla: "?Pobre Pakist¨¢n! ?Pobres de nosotros!". Pobre Pakist¨¢n, porque como todos los comentaristas subrayan, la desaparici¨®n de Benazir supone el fin de las contadas expectativas de normalizaci¨®n pol¨ªtica para ese pa¨ªs.
Pobres de nosotros, porque la demostraci¨®n de la eficacia pol¨ªtica del terrorismo con el magnicidio de Rawalpindi enciende todas las se?ales de alarma a nivel mundial, a la vista del ascenso en apariencia imparable de la estrategia trazada hace diez a?os por los dirigentes de Al Qaeda. Y de modo indirecto, esa misma eficacia probada viene a refrendar la opci¨®n por el terror mantenida por algunas organizaciones pol¨ªticas en otras partes del globo. Por ejemplo, ETA.
Al Qaeda ha puesto en marcha frente a Occidente una estrategia terrorista que cabe definir como el inicio de una guerra mundial de nuevo tipo. No se trata de ej¨¦rcitos que conquistan territorios, sino de comandos que act¨²an a escala mundial con el prop¨®sito bien definido de minar una tras otra las bases de los "nuevos Cruzados", de Occidente, golpeando despu¨¦s de Irak en los eslabones d¨¦biles de la cadena, como Argelia o Pakist¨¢n. Con el aliciente en este caso del acceso al arsenal nuclear del pa¨ªs. Los enormes da?os que pueden producir los atentados suicidas con explosivos, sin reparar en n¨²mero de v¨ªctimas, son alcanzados con un m¨ªnimo de recursos: s¨®lo hacen falta creyentes dispuestos a sacrificarse, y al parecer hay exceso de oferta. Sigue el impacto positivo sobre la opini¨®n musulmana: 54% de los preguntados por Al Yazira aprobaban la matanza de Argel.
El riesgo no nos queda lejos, porque Al Zawahiri nos viene advirtiendo de que Al Andalus, y en concreto Ceuta y Melilla, son tierras sagradas a recuperar. Frente a ello, sobra la histeria del cowboy que reacciona disparando en todas las direcciones, matando al que no toca, caso de Bush y su guerra antiterrorista. Pero tambi¨¦n sobra la aproximaci¨®n idealista en la forma, miope y politiquera en el fondo, de una Alianza de Civilizaciones versi¨®n Zapatero-Moratinos que proponga resolver el problema con shows como el que aqu¨ª va a montarse en enero, en aras de la fraternidad de las religiones, con lo cual a fin de cuentas los culpables ser¨ªan la pobreza de unos y la islamofobia de otros. Es como pensar que sirve de algo una asociaci¨®n cultural franco-germana cuando los nazis est¨¢n entrando en Par¨ªs. Conviene reconocer que el problema no es el islam, pero s¨ª la amplia gama de islamismos radicales, partidarios o practicantes del terror, con su posible incidencia nefasta sobre la mentalidad religioso-pol¨ªtica de los colectivos musulmanes dentro y fuera de Occidente. Los que con la ayuda impagable de Bush est¨¢n en la base de ese 54% de defensores de la matanza de Argelia.
La experiencia del terrorismo isl¨¢mico no se agota, pues, en los planos militar-policial y pol¨ªtico. La intimidaci¨®n buscada por los terroristas act¨²a en los planos psicol¨®gico-social y de la opini¨®n p¨²blica, ambos estrechamente enlazados. Para ellos es muy importante que cobre fuerza un s¨ªndrome de culpa, como el que sugieren algunos de nuestros l¨ªderes de opini¨®n (y de instituciones), desplazando el tema del terror hacia la desigualdad econ¨®mica y confundiendo racismo maur¨®fobo y supuesta islamofobia. Resulta as¨ª bloqueada toda reflexi¨®n sobre el tema de la difusi¨®n de las ideas violentas en los colectivos musulmanes, en su mayor¨ªa ajenos del todo a esas doctrinas de la violencia, e incluso es evitada la condena tajante del terrorismo de ra¨ªz isl¨¢mica. Dada la gravedad del tema, hay que decir claramente que tales planteamientos suponen una cobertura para la dimensi¨®n pol¨ªtica del terrorismo.
La observaci¨®n resulta plenamente aplicable al caso vasco. ETA y su constelaci¨®n de organizaciones sat¨¦lites son los responsables del terror y de la violencia en Euskadi. Pero los efectos sociales y pol¨ªticos del terrorismo no ser¨ªan iguales de encontrarse ETA aislada o de recibir, como est¨¢ recibiendo, un apoyo ideol¨®gico, pol¨ªtico y moral de primer orden desde el nacionalismo democr¨¢tico. El Gobierno vasco, el PNV y EA est¨¢n actuando sin el menor reparo como agentes coadyuvantes de la estrategia de la violencia. Primero, mediante la ignorancia consciente del peso de ETA sobre la pol¨ªtica vasca: actuaremos como si no existiera (consulta). Falso, cuentan con ella. Segundo, al proclamar una equidistancia miserable en el plano moral, entre las v¨ªctimas del terror y los sinsabores de "los presos" (terroristas) y sus familias. Tercero, descalificando la acci¨®n de la justicia contra las ramas pol¨ªticas del ¨¢rbol terrorista: encubrimiento y complicidad pol¨ªticas. ?Hay quien d¨¦ m¨¢s? Habr¨¢ que reimprimir para su uso Los verdugos voluntarios de Goldhagen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.