Las inmigrantes son las principales clientas de las tiendas de textil
En Barcelona apenas queda una veintena de establecimientos
Arhimou Halli, una marroqu¨ª de 49 a?os, compr¨® hace unos d¨ªas una pieza de 50 metros de tela en una tienda de venta a metros de Santa Coloma de Gramenet. Con esa tela se coser¨¢ ropa para ella y para la casa. Es, como otras mujeres inmigrantes, el nuevo tipo de cliente de las escasas tiendas de textil que subsisten en Barcelona.
"Nosotras tenemos costumbre de coser y llevamos telas a nuestras familias en Marruecos"
Arhimou Halli, una marroqu¨ª de 49 a?os, compr¨® hace unos d¨ªas una pieza de 50 metros de tela en una tienda de venta a metros de Santa Coloma de Gramenet. Con esa tela se coser¨¢ ropa para ella y para la casa. Es, como otras mujeres inmigrantes, el nuevo tipo de cliente de las escasas tiendas de textil que subsisten en Barcelona. Porque cada vez quedan menos, porque cada vez se impone m¨¢s la confecci¨®n y porque, sobre todo, ya no se cose. Y son las mujeres inmigrantes, especialmente las que proceden del Magreb y de India, las que todav¨ªa mantienen esa costumbre.
Algo que se percibe en los escaparates de las contadas tiendas de textil: piezas de tela de colores muy vivos y abundantes tules y pedrer¨ªa. Ropas que se utilizan para bodas y otras celebraciones. Que el sector est¨¢ tocado de muerte lo reconocen desde el gremio al dar un dato: si hace 15 a?os hab¨ªa unas 1.000 en toda Catalu?a, ahora quedan unas 200.
Arhimou muestra una preciosa t¨²nica -libsa, le llaman- enlazada por unos min¨²sculos botones bordados. Uno a uno. Le cost¨® m¨¢s de una semana coserla. ?sta la estren¨® para una boda. Muestra otra, de tono verde y pedrer¨ªa. Tambi¨¦n para otra celebraci¨®n. "La costumbre en Marruecos es cambiar de vestido en las bodas. Puede ser hasta siete vestidos distintos. Cada vez que la novia se cambia, las familiares m¨¢s cercanas, en general, la madre y las hermanas, tambi¨¦n se ponen otro. En las bodas que se celebran en Barcelona se suelen hacer dos cambios", explica esta marroqu¨ª establecida en la capital catalana desde 1990.
Con un corte de tres metros y uno y medio de ancho sale una de estas t¨²nicas. Por supuesto que las telas m¨¢s bonitas son las que se utilizan para las bodas. De todas formas, Arhimou se cose tambi¨¦n faldas y chaquetas. "Nosotras tenemos costumbre de coser y por eso tambi¨¦n llevamos telas a nuestras familias a Marruecos cuando vamos de vacaciones", a?ade.
"Antes en todas las casas hab¨ªa una m¨¢quina de coser. Ahora en casi ninguna. Las mujeres de aqu¨ª ya no cosen. En cambio,s¨ª lo hacen las extranjeras", apunta Luis Godayol, presidente de la coordinadora empresarial del textil. Por eso mismo indica que los cierres de las tiendas especializadas ha sido imparable en los ¨²ltimos 10 a?os: "Ahora quedar¨¢n unas 200 en toda Catalu?a y muchas, en realidad, son establecimientos de localidades m¨¢s bien peque?as que venden un poco de todo, no s¨®lo tela a piezas. Por ejemplo, en Barcelona quedan unas cuantas en el centro y algunas en las ciudades del ¨¢rea metropolitana, como Santa Coloma de Gramenet, donde hay una importante colonia magreb¨ª. "Yo acostumbro a comprar en Santa Coloma porque es m¨¢s barato que en las tiendas de Barcelona, a las que s¨®lo voy cuando veo que tienen saldos a buen precio", afirma Arhimou.
Con todo, la exclusiva no la tienen las mujeres. Cuenta Godayol que la inmigraci¨®n que procede de pa¨ªses eslavos son buenos con la aguja. "Pero en ese caso son los hombres", a?ade. En el textil est¨¢ empezando a ocurrir algo parecido a lo que ha sucedido con carnicer¨ªas: "Est¨¢n abriendo sus negocios para vender las telas en sus pa¨ªses de origen, sobre todo del Magreb", apunta el presidente del gremio.
Y lo que dice se corrobora en algunas de las tiendas que perviven en el centro de la ciudad. En Estil-Dona, por ejemplo, dos hombres marroqu¨ªes hacen un minucioso chequeo de las telas y las ropas. "Tienen una tienda en Marruecos y las telas que all¨ª no tienen las compran aqu¨ª", explica Juan Manuel, encargado de Estil-Dona. Que esa tienda tiene un buen n¨²mero de clientes ¨¢rabes es evidente en un detalle, el letrero de "No Tocar" est¨¢ en castellano, catal¨¢n, ingl¨¦s y tambi¨¦n en alfabeto ¨¢rabe.
Estil-Dona, junto con Ribes y Casals, Rosell y Gratac¨®s, son los establecimientos de venta de piezas al detalle que resisten el paso de los tiempos, de las costumbres y del mercado. Ribes y Casals, un establecimiento abierto en 1933, tambi¨¦n coloca en sus escaparates las telas vistosas y de pedrer¨ªas que se usan en las celebraciones m¨¢s t¨ªpicas de la comunidad musulmana. "Se ha notado, sobre todo, en los ¨²ltimos cinco a?os. Cuando vendemos m¨¢s de este tipo de piezas es en la primavera. Muchos tienen la costumbre de regalar un corte de tela", apunta Josep Muniesa, encargado de la tienda de la calle de Pau Claris.
La inmigraci¨®n, los carnavales y los vestuarios de representaciones art¨ªsticas se han convertido en los ¨²ltimos a?os en su mercado preferente de venta de telas. Antes ten¨ªan una clientela importante de modistas. Ahora ya no quedan.
"Hay que acoplarse a la demanda. Por ejemplo, nosotros nunca hab¨ªamos vendido ropa de casa, manteles o s¨¢banas. Y ahora las vendemos por piezas", a?ade casi al tiempo que dos ciudadanos de origen chino preguntan a otro empleado el precio de la pieza de una tela para hacer manteles. "Son los tiempos", sentencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.