Aves estrelladas en el cemento

A la presentaci¨®n del macroproyecto del complejo de ocio Gran Scala, en Los Monegros (Arag¨®n), no fueron invitados ni los ecologistas ni algunos de los seres vivos que se ver¨¢n afectados por su construcci¨®n. La comunidad de aves, la m¨¢s importante de Europa occidental, se ve tambi¨¦n seriamente afectada por el avance urbanizador.

Se estrellan de noche, desorientadas, contra los luminosos bloques de apartamentos y hoteles de la costa; sus ¨¢reas de alimentaci¨®n y campeo se parcelan y desmenuzan con carreteras y otras infraestructuras; los nidos caen abatidos junto a los ¨¢rboles que los alojan para construir chal¨¦s y campos de golf, y pierden sus lugares de refugio con la construcci¨®n y ampliaci¨®n de pistas de esqu¨ª y urbanizaciones anejas en prados y bosques de monta?a.

65.000 aves mueren en choques contra los vallados de las autov¨ªas

El ¨¢guila imperial ib¨¦rica es la rapaz m¨¢s amenazada por el hormig¨®n

Las aves forman parte de la biodiversidad que sufre los da?os directos y colaterales de la fiebre urbanizadora y, aunque no es la ¨²nica causa de su disminuci¨®n general, contribuye a un avicidio creciente. 80.000 parejas de cern¨ªcalo primilla, 15.000 machos de sis¨®n com¨²n, 14.000 ejemplares de gangas ib¨¦ricas y 4.000 de gangas ortega, 2.000 parejas de milano real y 500 cantaderos de urogallo del Cant¨¢brico y 100 machos de la subespecie del Pirineo son cifras que ilustran la reducci¨®n de poblaciones de algunas aves en los ¨²ltimos a?os, que en algunos casos afectan al 80% de sus contingentes. La Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO/BirdLife) aporta datos de 65.000 aves muertas en Espa?a en choques contra los vallados de las autov¨ªas.

Entre las especies m¨¢s vulnerables destacan las aves esteparias, con concentraciones ¨²nicas, dentro del continente europeo. Precisamente a ellas, el emporio de Gran Scala puede no sentarles nada bien. En el n¨²mero de diciembre de la revista Quercus, t¨¦cnicos de la Sociedad de Desarrollo Ambiental de Arag¨®n aseguran que las poblaciones de aves esteparias son estrat¨¦gicas para su conservaci¨®n global, y citan lugares como Los Monegros, como ¨¢reas de inter¨¦s para dichas especies.

El departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Arag¨®n no se quiere pronunciar a¨²n sobre los posibles efectos de Gran Scala a esta comunidad de aves, m¨¢xime sin conocer su ubicaci¨®n definitiva, pero s¨ª ha informado a los promotores de los Lugares de Importancia Comunitarios (LIC), las Zonas de Especial Protecci¨®n para las Aves (ZEPA) y las ¨¢reas a incluir en un futuro parque natural, aunque en ning¨²n caso ha recomendado que no se deba construir.

A los grupos ecologistas tambi¨¦n les intranquilizan declaraciones como las de Manuel Conte, presidente de la comarca de Los Monegros, que en plena euforia durante la presentaci¨®n de Gran Scala, el pasado 12 de diciembre, afirm¨® que "si al final se consigue llevar adelante todo el proyecto se va a conseguir transformar este territorio". El gabinete de prensa de la comarca emit¨ªa una nota al d¨ªa siguiente en la que aseguraba que "el complejo dispondr¨¢ de magn¨ªficas comunicaciones a¨¦reas, ferroviarias y por carretera y permitir¨¢ que esta comarca se recupere de su tradicional situaci¨®n de depresi¨®n econ¨®mica".

Todo esto, adem¨¢s de otras infraestructuras para el suministro de energ¨ªa y agua, har¨¢n que Gran Scala ampl¨ªe su radio de impacto m¨¢s all¨¢ de las 2.000 hect¨¢reas edificables.

La urbanizaci¨®n atomizada e ilegal presente en muchas zonas rurales de Espa?a tambi¨¦n desplaza y reduce las trascendentales poblaciones de aves esteparias, entre las que se encuentran avutardas, sisones, gangas o aguiluchos. Seg¨²n Juan Carlos Atienza, director de Conservaci¨®n de SEO/BirdLife, "s¨®lo en la comarca de Llanos de C¨¢ceres, en Extremadura, hay denunciadas por nosotros y la administraci¨®n m¨¢s de 100 casas y chal¨¦s ilegales que, entre otras consecuencias, han ocasionado la desaparici¨®n de varias zonas de reproducci¨®n de avutarda".

En la costa, donde patos, ¨¢nades, gaviotas y flamencos sobreviven entre las escasas dunas, deltas y marismas que no han quedado sepultadas por el cemento, el ansia urbanizadora escala por las sierras litorales y prelitorales, agotadas las posibilidades en la l¨ªnea de playa. El entorno del Parque Natural de las Dunas de Liencres en Cantabria, las sierras de Almenara (Murcia) y de Escalona (Alicante) y la serran¨ªa de Ronda (M¨¢laga) son ejemplos de la b¨²squeda desesperada de ambientes naturales y buena comunicaci¨®n hasta el litoral en donde proyectar el paquete de chal¨¦s, apartamentos, hoteles y campos de golf.

En la serran¨ªa de Ronda y sus alrededores habita la mayor colonia de ¨¢guila perdicera de Europa, justo donde est¨¢ planificado construir Los Merinos Norte, complejo residencial que sigue adelante a pesar de la oposici¨®n vecinal, de la denegaci¨®n por parte de la Cuenca Mediterr¨¢nea Andaluza de la concesi¨®n de aguas al proyecto y de que la delegaci¨®n provincial de Medio Ambiente de la Junta alegue que incumple "las determinaciones ambientales establecidas en la declaraci¨®n de impacto". El Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa desestim¨®, sin embargo, en julio pasado, un recurso interpuesto por la Junta que ped¨ªa la suspensi¨®n cautelar.

El hormig¨®n no respeta a otra rapaz considerada como la m¨¢s amenazada: el ¨¢guila imperial ib¨¦rica. Urbanizaciones en la vertiente madrile?a de la sierra de Guadarrama y en ?vila (Las Navas del Marqu¨¦s y Villanueva de G¨®mez) comen terreno al h¨¢bitat de la imperial y de otras dos grandes de la avifauna espa?ola, el buitre negro y la cig¨¹e?a negra. En relaci¨®n al proyecto urban¨ªstico de Villanueva de G¨®mez, uno de los promotores dej¨® escapar el siguiente comentario: "Aunque el campo de golf est¨¢ planeado alrededor del pino donde nidifica el ¨¢guila imperial, lo salvaremos y no ser¨¢ talado". Queda por saber si los golfistas tendr¨¢n el mismo cuidado o si el incremento de 150 a 20.000 habitantes en los alrededores ser¨¢ del agrado de las polladas de esta rapaz, sumamente sensible a la alteraci¨®n del h¨¢bitat.