Ana Frank canta y baila en espa?ol
Los herederos permiten por primera vez que el testimonio de la ni?a se convierta en un musical - ?Puede ser el Holocausto material para el entretenimiento?
Resulta dif¨ªcil imaginar que la luminosidad y el ritmo asociados a los musicales encaje en una historia tr¨¢gica como la de Ana Frank. "Esa es la licencia del g¨¦nero. Que no desentone el humor, la alegr¨ªa o contar un chiste, porque los Frank y sus amigos escondidos se los contaban, incluso en ese entorno", afirma Alberto V¨¢zquez, que interpreta a Otto Frank, padre de Ana, en un musical que se estrena en Madrid en febrero. Ser¨¢ la primera vez que los herederos de la ni?a jud¨ªa cedan el testimonio de la barbarie nazi para un espect¨¢culo de este tipo.
"Es una licencia del g¨¦nero permitir el humor hasta en ese tema", dice un actor
Traducido a 60 lenguas y con m¨¢s de 40 millones de ejemplares vendidos, el Diario de Ana Frank es la voz m¨¢s reconocible del Holocausto. Despu¨¦s de una obra de teatro y dos pel¨ªculas estrenadas en 1959 y 2001, la historia de la ni?a que levant¨® acta en sus diarios del genocidio jud¨ªo visto desde su escondite no hab¨ªa vuelto a asomarse a un escenario profesional. Pero su regreso promete ser sonado.
Un montaje espa?ol (titulado El Diario de Ana Frank, un Canto a la Vida) ser¨¢ el que cuente finalmente con un material dram¨¢tico universal que muchos han pretendido antes. Una historia que es tambi¨¦n la de la mitad de los 30.000 jud¨ªos holandeses que se ocultaron de los nazis durante la II Guerra Mundial y fueron delatados y deportados a campos de concentraci¨®n. Ana Frank, su hermana Margot y su madre Edith engrosaron esa macabra lista. S¨®lo el padre, Otto, logr¨® sobrevivir a Auschwitz y vio el relato de su hija convertido en un ¨¦xito internacional.
Pese a ser el primero en alentar su legado como ejemplo contra la intolerancia, el odio racial y la guerra, siempre le afectaron las adaptaciones de unos escritos que recreaban su tragedia ¨ªntima. En 1959, incluso, decidi¨® no ceder m¨¢s derechos de autor para ello. Desde su muerte, en 1980, tampoco la Fundaci¨®n que lleva el nombre de la ni?a hab¨ªa respaldado proyectos similares. Ni siquiera a los requerimientos de Steven Spielberg, que curs¨® su petici¨®n a finales de los ochenta.
"Este montaje respeta el mensaje de tolerancia, dentro de la tragedia, que nos gustar¨ªa mantener vivo. Al ser en espa?ol, adem¨¢s, puede contribuir a acercar la figura y el mensaje de Ana Frank al mundo latinoamericano. Una comunidad que siente gran inter¨¦s por todo lo relacionado con ella", dec¨ªa ayer Jan Eric Dubbelman, jefe del departamento Internacional de la Fundaci¨®n.
Minutos antes, hab¨ªa escuchado un par de fragmentos de la obra interpretados por los actores y cantantes que ensayan estos d¨ªas sus papeles con vistas al estreno del pr¨®ximo 28 de febrero en el teatro H?agen Dazs-Calder¨®n de Madrid. "Para m¨ª ha sido una labor de diez a?os en los que he ido gan¨¢ndome la confianza de los holandeses. Ha sido tambi¨¦n la culminaci¨®n de una promesa callada hecha a mi hijo de mantener vivo el icono contra la xenofobia y por los derechos del ni?o que es Ana Frank", se?ala Rafael Alvero, director general de la Federaci¨®n de Cines de Espa?a y director ejecutivo de la obra.
Una vez ganado el apoyo de la Fundaci¨®n, era preciso escribir un libreto digno del desaf¨ªo impuesto por una guerra, que s¨®lo en Holanda, vio desaparecer a 110.000 jud¨ªos camino de la deportaci¨®n. Seg¨²n los c¨¢lculos oficiales, sobrevivi¨® un 4%. Libreto y m¨²sica originales son de Jos¨¦ Luis Tierno. Adaptado y dramatizado por Jaime Azpilicueta, la parte interpretada ayer en la casa sobre los canales del centro de ?msterdam, son¨® "muy espa?ola", seg¨²n Dubbelman, quien pudo poner cara por fin a la estrella desconocida que encarnar¨¢ a Ana. Se llama Isabela Castillo. Es cubana, tiene 13 a?os y huy¨® con su familia a Belice, y despu¨¦s a Miami, donde resid¨ªa hasta que la eligieron en una criba multitudinaria de actores (se presentaron 800 candidatos) organizada por Internet.
Spielberg, no, gracias
Ana Frank sab¨ªa que ten¨ªa el don de la escritura y retoc¨® su diario mientras estaba escondida con la idea de publicarlo al final de la guerra. Ella no pudo ver su deseo realizado, ni tampoco la versi¨®n teatral de su vida, recreada en 1955 por el dramaturgo estadounidense Alfred Hackett. Cuatro a?os despu¨¦s, ser¨ªa un compatriota de Hackett, George Stevens, quien utilizar¨ªa esa pieza para filmar la pel¨ªcula El diario de Ana Frank, que se llev¨® tres Oscar, uno de ellos para la actriz Shelley Winters en el papel de la se?ora Van Daan. Ese premio se exhibe hoy en la casa museo de ?msterdam.
En los a?os ochenta, un ya famos¨ªsimo Steven Spielberg quiso llevar de nuevo al cine la historia de la ni?a jud¨ªa. Persigui¨® los derechos, pero no los obtuvo, ni siquiera esgrimiendo su condici¨®n de jud¨ªo y descendiente de v¨ªctimas del Holocausto. Su incursi¨®n en la historia de la tragedia de su pueblo vino finalmente a trav¨¦s de otro relato estremecedor, la tambi¨¦n multipremiada La lista de Schindler.
En el caso de la adaptaci¨®n espa?ola, su director, Daniel Garc¨ªa Ch¨¢vez, aseguraba ayer que lo que el p¨²blico busca en los musicales es sentarse "listo para excitarse con la m¨²sica y las canciones". Esta vez habr¨¢ una sorpresa adicional. El diario de tela, al que Ana Frank llam¨® Kitty, cobra vida. En concreto, la de la actriz Patricia Arizmendi, que se convierte alter ego de la ni?a en un recurso esc¨¦nico que al productor ejecutivo Carlos Itui?o le parece "arrojado y feliz" a la vez.
Aunque la verdadera protagonista de la historia es la ni?a Isabela Castillo, de origen cubano e hija de la cantante Delia D¨ªaz de Villegas. Ambas viven exiliadas en Miami.
Babelia
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