Tal vez eres un 'cibermaleducado'
La tecnolog¨ªa ha reventado las normas sociales - El uso de m¨®vil o Red distorsiona la convivencia - Y las nuevas reglas se imponen
Est¨¢ en un restaurante comiendo con un compa?ero de trabajo. A ¨¦l le suena el m¨®vil que previamente ha dejado sobre la mesa. No se lo piensa dos veces, contesta. Habla durante 10 minutos sin preocuparse de que su acompa?ante sigue comiendo solo. ?Har¨ªa usted lo mismo?, ?sabe comportarse en la nueva era? La tecnolog¨ªa ha irrumpido en la sociedad y ha quebrado normas que antes eran sagradas. El viejo concepto de buena educaci¨®n se ha revolucionado ante unas herramientas nuevas que facilitan la comunicaci¨®n pero que, tambi¨¦n, trastocan la convivencia. Pero el correo electr¨®nico y el tel¨¦fono m¨®vil tambi¨¦n tienen sus propias reglas de cortes¨ªa.
Internet tiene sus propias normas sociales: es la 'ciberetiqueta'
El di¨¢logo paralelo por el m¨®vil se ha impuesto en reuniones o actos
En Espa?a hay 48.720.461 l¨ªneas de tel¨¦fono m¨®vil. M¨¢s de un terminal por habitante, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Comisi¨®n del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) de agosto de 2007. Diecis¨¦is millones de personas han utilizado Internet en los ¨²ltimos tres meses, seg¨²n el INE. Hoy casi nadie puede vivir sin estas herramientas, que se han integrado en la sociedad y que tambi¨¦n propician su avance: m¨¢s comunicaci¨®n, m¨¢s productividad. Miles de negocios se cierran cada d¨ªa acelerados por el m¨®vil o el correo electr¨®nico. Y tambi¨¦n muchas relaciones se mantienen gracias a ellos. Pero, ?hasta qu¨¦ punto influyen en la convivencia y repercuten en la manera de comportarnos con los dem¨¢s?
La imagen de una persona que habla por el m¨®vil mientras se dirige al dependiente de la fruter¨ªa o compra el peri¨®dico no es inusual. Tampoco se hace extra?o ya escuchar las m¨²sicas m¨¢s insospechadas en momentos inadecuados que provienen de un m¨®vil que debi¨® haber sido silenciado o apagado. Pero no por comunes estos comportamientos son correctos. Seg¨²n los expertos, van en contra de las normas de protocolo.
Tambi¨¦n se considera incorrecto algo que para muchas personas es habitual, no contestar a un correo electr¨®nico o no especificar el asunto del mensaje. Por no hablar del colmo de los malos modales en la Red: escribir todo el texto en may¨²sculas. "Este tipo de letra da la impresi¨®n de que se est¨¢ gritando al interlocutor en el o¨ªdo", dice Fernando Fern¨¢ndez, experto en protocolo y ex asesor de Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, vicepresidenta del Gobierno.
Internet no es un mundo an¨¢rquico y libre donde se permite todo. La Red tambi¨¦n tiene sus normas de comportamiento, la ciberetiqueta o net-etiqueta. "Igual que desde ni?os sabemos que debemos ceder el paso a una persona mayor, tambi¨¦n existen normas para ser aceptados en Internet", dice Fern¨¢ndez. Para ¨¦l, todo usuario de la Red deber¨ªa conocer las tres reglas b¨¢sicas de la ciberetiqueta: no enviar correos con archivos adjuntos pesados, no remitir correo spam o no deseado y, por supuesto, no escribir en may¨²sculas. Incumplirlas es ser un maleducado, un cibermaleducado. Pero ?qui¨¦n fija estas normas? "Son reglas no escritas y no obligatorias que se han ido creando con el uso de la Red, del chat, del correo electr¨®nico", aclara.
Sin embargo, para los expertos, el instrumento que m¨¢s rompe las pautas b¨¢sicas de cortes¨ªa es el tel¨¦fono m¨®vil. "Estos aparatos empezaron siendo s¨®lo para comunicarse profesionalmente. Hoy todo el mundo los usa y se han convertido en elementos que inciden en la convivencia social y la perturban", opina ?ngel P¨¦rez, director de la Escuela de Protocolo de Arag¨®n. "No hay m¨¢s que hacer un viaje en AVE de Zaragoza a Madrid para conocer la vida y milagros de las personas que viajan en el vag¨®n. No se cortan en nada a la hora de contar por tel¨¦fono ni siquiera temas confidenciales", dice.
Por no hablar de m¨®viles que suenan en el cine o, lo que es peor, durante una boda o un funeral. "Hay gente que puede llevar de tono en el m¨®vil la canci¨®n de Paquito el chocolatero y que les suene en medio de una comida de trabajo o en una situaci¨®n de crisis. Muchas veces no son conscientes de la mala imagen que dan. No s¨®lo por no haber apagado o silenciado el m¨®vil, sino tambi¨¦n por el tipo de m¨²sica que llevan", dice P¨¦rez.
No s¨®lo la m¨²sica es molesta. Tambi¨¦n las horas de llamada. Parece que todo momento es bueno para telefonear a alguien al m¨®vil. No se respeta la hora de la comida ni mucho menos la de la siesta, e incluso se reciben llamadas a horas intempestivas. "El pasado fin de semana me llamaron al m¨®vil a las tres de la ma?ana. Eran mis amigas, que estaban de juerga y quer¨ªan contarme que hab¨ªan visto al camarero que me gusta. Yo estaba en casa, enferma y amargada. No me hizo mucha gracia", cuenta Cristina ?lvarez. Nunca apaga el m¨®vil, no tiene tel¨¦fono fijo y ¨¦sta no es la primera vez que una llamada tard¨ªa o un sms la han puesto al borde del infarto.
Para evitar situaciones como ¨¦sa, la clave es utilizar el sentido com¨²n. Sin embargo, parece que, aunque suene a t¨®pico, ¨¦ste no es demasiado frecuente. "Hay que ser muy prudente al usar el m¨®vil para localizar a una persona. Es mejor llamarle al fijo primero o enviarle un sms para que nos diga si est¨¢ disponible. Y sobre todo, preguntar si puede hablar en ese momento o si prefiere que le llamemos despu¨¦s", dice Gloria Campos, directora de formaci¨®n de la Escuela Internacional de Protocolo.
Javier Sanz trabaja en una multinacional de productos qu¨ªmicos. Utiliza el m¨®vil desde hace 10 a?os y reconoce que se ha convertido en un "ap¨¦ndice" de su persona. "No lo apago casi nunca, pero lo silencio", dice. Reconoce que cada vez es m¨¢s habitual que en las reuniones o incluso en las comidas de trabajo la gente mantenga una conversaci¨®n mientras contesta el correo electr¨®nico o responde llamadas. "Hace unos d¨ªas fui a comer con unos clientes. Uno de ellos se pas¨® la comida entera distra¨ªdo, contestando correos electr¨®nicos con la Blackberry. Fue muy molesto porque daba la impresi¨®n de que no estaba siguiendo la conversaci¨®n", dice.
Como Sanz o el ejecutivo con el que almorz¨®, cada vez m¨¢s personas pasan tiempo literalmente pegadas a su m¨®vil. Hablando, enviando mensajes o contestando al correo electr¨®nico. Ochenta y cuatro minutos de media al d¨ªa, 18 minutos m¨¢s que en 2006, seg¨²n un estudio elaborado por el fabricante de terminales Nokia. Uno de los usos m¨¢s comunes es el env¨ªo de mensajes de texto. Cada usuario de tel¨¦fono m¨®vil manda una media de 300 sms de media al a?o, seg¨²n los ¨²ltimos datos de la CMT. Hace un a?o eran un centenar. Sin embargo, muchas veces su uso no es m¨¢s discreto que una llamada breve.
Hace a?os era impensable ir a comer con una persona y que ¨¦sta pusiese su m¨®vil sobre la mesa. Ahora, seg¨²n Campos, "es imprescindible en el mundo de los negocios". "Muchas veces, un mensaje de texto del jefe, un correo electr¨®nico o una llamada para a?adir algo a la conversaci¨®n se convierte en un elemento m¨¢s de la negociaci¨®n. Sin embargo, hay que aprender a usar el m¨®vil con prudencia. Tambi¨¦n diferenciar el uso personal del profesional. No todos los correos y llamadas son urgentes. Muchas pueden esperar", dice esta experta en protocolo, que no cree necesario que haya que establecer normas de cortes¨ªa para el uso del m¨®vil. "Depende de los casos", dice.
Algunos aseguran que dentro de un tiempo este uso que hoy se considera en muchos ambientes maleducado se terminar¨¢ por aceptar. "Los j¨®venes usan el m¨®vil o la Red mientras hablan o interact¨²an con otros y no lo consideran incorrecto", asegura Enrique Dans, profesor de Sistemas de Informaci¨®n. "No entiendo por qu¨¦ est¨¢ mal visto contestar a los correos electr¨®nicos o enviar un sms mientras se habla con otra persona. Se da por hecho que somos monotarea y no podemos hacer dos cosas a la vez", sigue.
Tampoco Campos piensa que el uso del m¨®vil vuelva a la sociedad m¨¢s maleducada. Sin embargo, explica que es fundamental que no se convierta en protagonista y centro de todo. Pero qui¨¦n no ha estado en alg¨²n acto p¨²blico en el que a alguien le ha sonado el m¨®vil. El comportamiento habitual de los asistentes es volverse para ver qui¨¦n ha sido el descuidado.
Esa generalizaci¨®n en el uso del m¨®vil y el hecho de que cada vez m¨¢s gente utilice Internet -seis millones de hogares espa?oles tienen acceso a la Red, el 41,1% del total- ha hecho que la mayor¨ªa de las escuelas de protocolo hayan incluido en sus programas un m¨®dulo dedicado a las reglas de etiqueta en las nuevas tecnolog¨ªas. Es el caso de la Escuela de Protocolo de Arag¨®n que dirige P¨¦rez. En estos cursos se aprenden normas de cortes¨ªa como la que dicta que si se corta la comunicaci¨®n, quien ha telefoneado debe repetir la llamada; o una de las m¨¢s obvias pero tambi¨¦n de las m¨¢s incumplidas: apagar el m¨®vil en el cine, hospitales, reuniones... Tambi¨¦n que no se deben enviar por correo electr¨®nico cadenas de mensajes y que hay que tener cuidado con el uso de c¨®digos.
Cap¨ªtulo aparte merece el uso del manos libres. "Vas por la calle y ves a personas que hablan solas o gente que lo utiliza en el coche sin pensar en las personas que est¨¢n alrededor. Hace poco me contaron un caso. Un hombre llam¨® a su esposa que estaba conduciendo y con el manos libres activado y le dijo: 'Menos mal que se han ido los pesados de tus padres'. No sab¨ªa que esos 'pesados' estaban en el asiento de al lado", cuenta ?ngel P¨¦rez.
Para algunos, el colmo de la mala educaci¨®n es llamar con n¨²mero oculto. "Llaman a cualquier hora para venderte un seguro de una tarjeta de cr¨¦dito o una l¨ªnea ADSL. Te hacen aguantar el chaparr¨®n durante 10 minutos. Es una intromisi¨®n en la intimidad", dice Fern¨¢ndez.
Las normas de cortes¨ªa cambian y se adaptan a las nuevas tecnolog¨ªas. Pero para los expertos en protocolo los maleducados suelen serlo con m¨®vil o sin ¨¦l. En la Red y fuera de ella.
Cortes¨ªa telef¨®nica y cibern¨¦tica
- Disponibilidad. Al llamar al m¨®vil a alguien, preguntarle siempre si es buen momento para hablar.- M¨²sicas inoportunas. Los tonos de llamada del m¨®vil deben ser discretos. Adem¨¢s, el tel¨¦fono debe silenciarse o apagarse en lugares como los hospitales, el cine o comidas.- Llamadas urgentes. Si es imprescindible atender a una llamada de tel¨¦fono m¨®vil durante una reuni¨®n o un acto social, nunca se debe responder delante del resto de asistentes. Lo correcto es salir de la habitaci¨®n o alejarse un poco del grupo y bajar el tono de voz. - Correo electr¨®nico. Los correos deben contestarse siempre en las 24 horas siguientes a su recepci¨®n. Aunque sea con un escueto "vale". Adem¨¢s, deben incluir el tema del mensaje en el asunto del correo electr¨®nico.- No a las cadenas. Enviar correo no deseado o las t¨ªpicas cadenas de mensajes es de muy mal gusto.- Copia oculta. No se debe revelar el correo electr¨®nico de los otros destinatarios de un mensaje com¨²n. Lo correcto es incluir las direcciones en el apartado CCO (copia oculta)- May¨²sculas. Utilizar las letras min¨²sculas y may¨²sculas correctamente. El uso de estas ¨²ltimas significa en el lenguaje de la red que se est¨¢ gritando.- Firma. Los SMS y los correos electr¨®nicos siempre deben ir firmados. Estos ¨²ltimos deben incluir los datos de contacto del emisor.- Archivos. No enviar por correo electr¨®nico archivos muy pesados. No todo el mundo tiene buzones ilimitados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.