"Re¨ªrte de lo que no puedes es lo m¨¢s divertido"
Este bilba¨ªno de 42 a?os es una fuerza de la Naturaleza. Vibra y zumba a tu lado como una pila at¨®mica. Como el coraz¨®n de un reactor nuclear. Pero debe de ser un reactor mal sellado, porque suelta chisporroteos por todas partes. Tiene un ingenio cegador, una cabeza llena de talento y tan acelerada que va dejando atr¨¢s un reguero de pensamientos, un rastro de ideas brillantes que van siendo sepultadas por las siguientes ideas. Es abundante en todo, incluso en carnes, pero posee ese nerviosismo, esa velocidad que suele asociarse a los muy delgados. Y cuando r¨ªe, y r¨ªe muy a menudo, se produce un aut¨¦ntico prodigio: Alex de la Iglesia, uno de los directores de cine m¨¢s s¨®lidos e interesantes del panorama espa?ol, se convierte en un chico de diez a?os. Un chico de verdad, salvaje en su alegr¨ªa de vivir, contagiosamente divertido, tan sabio como s¨®lo puede serlo un ni?o -"no soy lo suficientemente joven para saberlo todo", dec¨ªa Barrie, el creador de Peter Pan, experto en estas cosas-. Entonces De la Iglesia empieza a imitar voces, pone gestos absurdos, se burla del mundo y de s¨ª mismo; las cejas se le levantan, picudas como las de un diablillo de opereta, los ojos se le encienden de malicia y todo su cuerpo empieza a trepidar con el golpeteo de las carcajadas. Pocos segundos despu¨¦s est¨¢ llorando de risa y t¨² con ¨¦l.
Su ¨²ltimo trabajo es Los cr¨ªmenes de Oxford, un thriller magn¨ªfico, inquietante y conmovedor, que est¨¢ basado en la novela del argentino Guillermo Mart¨ªnez y que tiene la peculiaridad de ser la primera pel¨ªcula de De la Iglesia que no es una comedia. Y es que este hombre inteligente, sentimental y culto tambi¨¦n sabe hablar muy seriamente. Pero su seriedad, y ¨¦sta es la genial singularidad de Alex de la Iglesia, es constantemente dinamitada por el ni?o interior, por esa especie de terrorista del humor que lleva agazapado dentro y que de repente le asoma a los ojos, dispuesto a salir y hacerle cosquillas, para derrotar a golpe de bufonadas el horror de la vida.
Dice usted que se siente m¨¢s libre al trabajar con el material de otro. ?Por eso ha podido hacer por primera vez una pel¨ªcula que no es una comedia? O sea: si habla de temas que le son m¨¢s propios, ?necesita hacer como que se los toma a risa? S¨ª, totalmente. Para hablar de ti mismo necesitas buscar unos mecanismos que lo hagan soportable.
Usted suele decir que el humor es una huida. Por ejemplo ha dicho: "Mis pel¨ªculas son fundamentalmente cobardes, de un t¨ªo que no se atreve a afrontar la realidad directamente y utiliza la comedia o la broma como los bufones de la Edad Media". La verdad, yo no lo veo as¨ª. Al contrario, creo que el humor permite profundizar en las cosas. Bueno, s¨ª, por lo menos huyes atacando. Y adem¨¢s el humor acaba con los soberbios. Mira, en Los cr¨ªmenes de Oxford lo que les pasa a los personajes es que son castigados por su soberbia. Lo interesante de la pel¨ªcula es que te hace ver que las cosas son como son porque t¨² de alguna manera las provocas, t¨² tambi¨¦n formas parte del juego, y no puedes echarle la culpa del dolor de la Humanidad al sistema o a la Historia. En realidad t¨² tambi¨¦n est¨¢s trabajando todos los d¨ªas para que exista ese dolor. Con tu propia alegr¨ªa, por ejemplo. Porque la alegr¨ªa supone una cierta inconsciencia.
Cielos, s¨ª, ya le he escuchado esta teor¨ªa otras veces, esa idea de la alegr¨ªa como algo ego¨ªsta? A m¨ª me parece, por el contrario, que es el motor de la vida, la compensaci¨®n necesaria del dolor. S¨ª, tienes raz¨®n, pero por otra parte el hecho mismo de decirte: "Vamos a divertirnos ahora", supone poner entre par¨¦ntesis un mont¨®n de cosas terribles que est¨¢n ocurriendo en ese momento y que tienes que olvidar para poder ser feliz. Y a m¨ª me parece que eso es de alguna manera injusto.
Se dir¨ªa que tiene usted un complejo de culpa inmenso? Probablemente s¨ª?Claro que ser consciente de mi complejo de culpa me redime un poco.
Lo que usted est¨¢ diciendo es: yo la alegr¨ªa no la vivo del todo porque siento que con eso estoy traicionando al dolor del mundo, pero gracias a que con esos pensamientos me fastidio un poco la alegr¨ªa, puedo perdonarme en parte? Exacto. Por otro lado, en mi pel¨ªcula 800 balas Sancho Gracia dec¨ªa: no ser feliz cuando uno puede serlo es el mayor pecado del mundo, porque supone perder una oportunidad que otros no tienen. ?Encima de privilegiado este t¨ªo va de llor¨®n? No, hombre, ¨¦sa es la cosa m¨¢s espantosa del mundo. Yo tengo el privilegio de dedicarme a una profesi¨®n absolutamente maravillosa. Si hago cine es porque pienso que es lo m¨¢s maravilloso que se puede hacer en la vida. En fin, no s¨¦ de d¨®nde me viene lo de la culpa, de los jesuitas, de la educaci¨®n cat¨®lica o no s¨¦ de d¨®nde, pero de alg¨²n sitio me tiene que venir.
Del conocimiento del dolor, supongo? Usted es muy divertido, sus pel¨ªculas son desternillantes, pero siempre hay en el fondo como un sustrato terrible? S¨ª, y adem¨¢s lo que sucede es que el conocimiento del dolor genera una capacidad para disfrutar la diversi¨®n mucho mayor. El que ha estado en un funeral sin duda sabe lo que es una fiesta. En ese sentido, el humor que interesa es el prohibido?. Re¨ªrte de lo que no te puedes re¨ªr, eso es lo m¨¢s divertido del mundo. Recuerdo que una vez estaba en misa de peque?o con un amigo, en primera fila. Y al cura le pasaba algo, y mi amigo y yo nos empezamos a re¨ªr a carcajadas. Y al principio era algo simplemente gracioso, pero cuando nos dimos cuenta de que el cura nos estaba viendo pero no pod¨ªa decir nada porque estaba en el serm¨®n, entonces la carcajada se convirti¨® en algo enorme, incontrolable, algo casi doloroso. ?sa es la clave, re¨ªrte de lo que no te puedes re¨ªr.
?Era usted de esos que hacen bromas de peque?os para ser queridos? S¨ª, sin duda. Yo recuerdo haber sido muy pelota y muy servil de peque?o para intentar caer bien a los profesores, y tambi¨¦n disfrutar mucho al ver que los mayores se re¨ªan de las bobadas que yo hac¨ªa.
?Y los compa?eros de su edad? No, ¨¦sos no se re¨ªan, porque los compa?eros jugaban al f¨²tbol y yo odiaba el f¨²tbol.
Pero s¨ª ten¨ªa amigos? S¨ª, los outsiders de la clase. Pero a ¨¦sos no ten¨ªa que hacerlos re¨ªr. Disfrut¨¢bamos juntos hablando de temas absurdos, como por ejemplo? ehhhhhh?. C¨®mo torturar pulgas, o debatir qu¨¦ producir¨ªa m¨¢s da?o en una tortura. Esa escena la inclu¨ª en la novela que escrib¨ª, Payasos en la lavadora. Nos plante¨¢bamos cosas como, por ejemplo, si t¨² coges y pones tus genitales en una mesa, y alguien los aplasta violentamente con un martillo, ?¨¦se ser¨ªa el m¨¢ximo dolor posible que uno puede sentir? Recuerdo que esa discusi¨®n nos llevaba horas cuando ¨¦ramos peque?os. Y especul¨¢bamos: si se le quitan los dientes a un t¨ªo y se le colocan alfileres y se le obliga a masticar? As¨ª pas¨¢bamos el recreo.
Y d¨ªgame, ?sus amigos han terminado de asesinos en serie? Ese con el que especulaba de torturas ha terminado de abogado. No nos vemos demasiado.
?Es cierto que iba usted al colegio vestido con pantaloncitos tiroleses? Pues s¨ª. El colegio al que yo iba se llamaba Divino Infante y llev¨¢bamos un uniforme que eran unos pantaloncitos tiroleses? Pero yo me encontraba muy elegante, como siempre ocurre en la vida no te das cuenta de que haces el rid¨ªculo hasta mucho m¨¢s tarde.
Mucho tiempo despu¨¦s de eso, hace ahora diez a?os, se cas¨® usted en Las Vegas con su mujer? Y lo hizo vestido de Elvis Presley. No parece que mejorara demasiado desde el terno tirol¨¦s. No, la verdad, no mejor¨¦. Es que ¨¦se es otro de los temas que dan vueltas en mi cabeza, y es que pienso que el rid¨ªculo redime. De hecho estaba pensando en hacer un gui¨®n sobre un tipo que disfruta haciendo el rid¨ªculo, que no puede evitarlo? Por otra parte, hacer cine o escribir novelas tiene un componente de riesgo a hacer el rid¨ªculo, de abrirte y mostrarte? Y en el fondo, en realidad, lo que buscas es cari?o. Yo ten¨ªa otro proyecto de pel¨ªcula en la cabeza titulada Quiero tener un mill¨®n de amigos? Ver¨¢s, hacer una pel¨ªcula es como hacer una fiesta. T¨² lo que quieres es que la gente se divierta, y pinchas m¨²sica como en una fiesta? Yo he perdido esa sensaci¨®n de rid¨ªculo por el hecho mismo de hacer cine. Porque todo el mundo sabe qui¨¦n soy.
?Usted cree? Viendo mis pel¨ªculas se puede saber exactamente qui¨¦n soy, cu¨¢les son mis problemas, mis obsesiones, d¨®nde flaqueo, qu¨¦ intento esconder. Yo veo una pel¨ªcula de alguien y s¨¦ exactamente qui¨¦n es, qu¨¦ hace y por qu¨¦ lo hace.
Es verdad, las obras revelan al artista, pero no todo el mundo sabe leer esas obras, o m¨¢s bien cada uno pone lo suyo y ve una pel¨ªcula distinta. Y luego est¨¢ el personaje p¨²blico, que suele tener muy poco que ver con uno. Por ejemplo, le¨ª una entrevista con usted en la que el periodista parec¨ªa obligarle a ser constantemente gracioso. Si usted quer¨ªa hablar en serio, no le dejaba. El personaje p¨²blico es un estereotipo. S¨ª, s¨ª, eso es as¨ª. El agobio de este negocio en el que estamos metidos es que la gente quiere tener las cosas claras, quiere saber qui¨¦n eres. Y entonces te etiquetan: ¨¦ste es ese se?or que hace pel¨ªculas graciosas. Y hay un momento en el que dices, oiga, perdone, hago pel¨ªculas graciosas, o no. Billy Wilder quiz¨¢ sea el director que ha hecho las mejores comedias del mundo, pero tambi¨¦n, pel¨ªculas dram¨¢ticas brutales.
Y sus comedias son terror¨ªficas? ?Y sus comedias son a¨²n m¨¢s terror¨ªficas que sus dramas! Por ejemplo, a m¨ª El apartamento me da terror, probablemente sea una de las mejores pel¨ªculas que he visto en mi vida, pero no me atrever¨ªa a decir que es una de las mejores comedias, porque a m¨ª me da miedo. Me siento tan identificado con la cobard¨ªa y la angustia del protagonista? Ese tipo que para agradar a los mayores hace fiestas en su propia casa y todo el mundo piensa que es un cachondo y no lo es?
Y por dentro est¨¢ llorando. Y eso se parece tanto a lo que me puede ocurrir a m¨ª, a lo que nos sucede a todos, que esa pel¨ªcula me aterroriza. Pero lo maravilloso de Wilder es que nos hace pasar un buen rato cont¨¢ndonos la verdad.
Eso es lo que usted hace en sus comedias negr¨ªsimas. Azcona, que yo creo que es una de las personas m¨¢s importantes de la cultura espa?ola de las ¨²ltimas d¨¦cadas, dec¨ªa que ¨¦l no hac¨ªa comedias, que ¨¦l hac¨ªa tragedias grotescas. Y es algo que yo tambi¨¦n suscribir¨ªa.
Usted estudi¨® filosof¨ªa pura en la universidad? ?Qu¨¦ quer¨ªa ser de peque?o? Yo quer¨ªa ser paleont¨®logo. Me encantaban los dinosaurios en una ¨¦poca en la que no estaban de moda como ahora. S¨®lo hab¨ªa una enciclopedia estudiantil en donde aparec¨ªa un dibujo precioso de un tiranosaurio mordiendo a un iguanodonte con un volc¨¢n detr¨¢s. Y recuerdo haber pasado horas, d¨ªas, viendo ese dibujo? La filosof¨ªa pura siempre me hab¨ªa gustado. As¨ª es que me met¨ª en filosof¨ªa y me pas¨¦ cinco a?os en el bar hablando de cosas de las que no ten¨ªa ni idea. Lo peor es que mucho despu¨¦s te dices, caramba, esto estaba realmente bien, deber¨ªa haberme le¨ªdo los libros que me recomendaron?
Tengo entendido que se los est¨¢ leyendo ahora. S¨ª, pero poco a poco y con mucha paciencia, porque me cuesta mucho.
Lo que hac¨ªa de joven era dibujar c¨®mics. S¨ª, me gustaba mucho dibujar. Y al mismo tiempo que dibujaba y estaba en el bar de Filosof¨ªa me met¨ª en el cineclub de la universidad. Y entonces un amigo, Enrique Urbizu, empez¨® a rodar una pel¨ªcula. Yo siempre digo que me met¨ª en el cine por envidia. En aquel momento la gente que hac¨ªa cine era toda gente seria, Pilar Mir¨®, Mario Camus, no eran chavales. Yo pensaba que para hacer cine ten¨ªas que ser as¨ª, alguien serio y con un documento oficial que te autorizara a ser director? Pero el valor y la audacia de Urbizu me demostraron que alguien como yo tambi¨¦n pod¨ªa hacer una pel¨ªcula. Y ah¨ª se me rompi¨® el mundo. Estuve una semana sin dormir dici¨¦ndome: si no hago cine, nada tiene sentido. Si no hago cine, me muero.
E hizo su primer corto, 'Mirindas asesinas'.S¨ª, todo lo ten¨ªamos que aprender sobre la marcha? Ten¨ªa exactamente el dinero para pagar la pel¨ªcula, no ten¨ªa m¨¢s. No pod¨ªa pagar a los actores y se me iban. Era un corto de cuatro d¨ªas y ni siquiera eso aguantaban. El protagonista se fue al segundo d¨ªa y me quedaban como un mill¨®n de planos que tuve que hacer yo, de espaldas. De ah¨ª que el corto tenga esa planificaci¨®n tan extra?a.
Pero todo le sali¨® bien muy r¨¢pidamente. Despu¨¦s de eso hizo usted un gui¨®n con su coguionista de siempre, Jorge Guericoechevarr¨ªa, y Almod¨®var produjo la pel¨ªcula. Pues s¨ª, le dimos el gui¨®n a una amiga, Paz Sufrategui, que trabaja con Almod¨®var, y Paz nos dijo que Pedro quer¨ªa hablar con nosotros... Uf, el impacto fue tremendo. Pedro fue quien nos propuso hacer la pel¨ªcula. Porque si nos llega a decir: no, os quiero para barrer?
Hubieran contestado: s¨ªs¨ªs¨ªs¨ª? S¨ª, s¨ª, Pedro, lo que usted diga. Os quiero para que hag¨¢is un documental sobre ballenas? Pues nada, venga, se hace. Pero no, nos produjo el gui¨®n e hicimos Acci¨®n mutante, una pel¨ªcula incre¨ªblemente mal dirigida.
No, qu¨¦ va, est¨¢ muy bien. A m¨ª me gust¨® mucho. Era original¨ªsima. Todo lo hicimos sobre la marcha. ?Qui¨¦n va a dirigir la peli? Dije: yo. Y pens¨¦: alguien me va a abofetear ahora mismo? Yo creo que ahora no me atrever¨ªa a rodar Acci¨®n mutante, porque s¨¦ las consecuencias de las cosas. El motor de la acci¨®n es la ignorancia. Si alguien me hubiera dicho: no, mira, esto te va a acarrear toda esta serie de problemas, vas a leer en un peri¨®dico que eres idiota? entonces probablemente no me hubiera atrevido.
Precisamente usted, que lo hac¨ªa para ser querido? Exactamente, el mayor impacto que recibes cuando haces cine es descubrir que cualquiera puede decir lo que quiera sobre ti. Eso te sorprende much¨ªsimo, que tu madre diga: ayer le¨ª en el peri¨®dico que la segunda parte de tu pel¨ªcula pierde ritmo? Y t¨²: pero, mam¨¢, el que est¨¦ escrito por un se?or no quiere decir que sea verdad?. [a estas alturas ya est¨¢ llorando de risa].
?A qui¨¦n vas a hacer m¨¢s caso, mam¨¢, a tu hijo o a ese imb¨¦cil?. De todas formas mi madre es muy dura conmigo a la hora de criticarme. Recuerdo que cuando vio Mirindas asesinas dijo: es una pel¨ªcula honesta. Y yo: ?qu¨¦ habr¨¢ querido decir? ?Por qu¨¦ no dice que le ha gustado?
Su segunda pel¨ªcula, 'El d¨ªa de la Bestia', fue un ¨¦xito enorme? Era una idea que ten¨ªamos desde hace mucho, desde la universidad. Jorge y yo no nos atrevimos a hacerla en primer lugar porque nos parec¨ªa dif¨ªcil. En el proyecto inicial la historia hablaba de un cura de la Universidad de Deusto, que es donde estudi¨¦, que viaja a los altos hornos de Sestao a buscar al Anticristo. Y adem¨¢s al principio El d¨ªa de la Bestia no era una comedia en absoluto. Se titulaba El beso negro, y la pel¨ªcula acababa en las Torres Kio, y hab¨ªa 5.000 curas de todo el mundo en lo alto de una de las torres, y a trav¨¦s de una cuerda iban andando en el abismo hasta el otro edificio, y en la otra torre estaba Sat¨¢n, que med¨ªa quince metros de altura, sentado en un trono. Entonces todos los curas daban la vuelta y le daban un beso en el trasero a Sat¨¢n, y en el trasero ve¨ªan su propia cara? En los cuentos medievales que hablan del demonio es as¨ª? ?se era el primer gui¨®n que escribimos. Pero cuando lo le¨ªmos nos dimos cuenta de que eso era imposible.
?Y no se puso usted un poquito tonto, un poquito engre¨ªdo, despu¨¦s del enorme triunfo de 'El d¨ªa de la Bestia'? Con todos esos 'goyas' y los premios internacionales que gan¨®? No, porque no tuve sensaci¨®n de ¨¦xito, los premios vinieron despu¨¦s, pero cuando la estren¨¦? Lo que vale es lo que dicen las cr¨ªticas al d¨ªa siguiente del estreno y las cr¨ªticas fueron muy malas, terribles. Y de todas formas cuando vinieron los premios tampoco los disfrut¨¦ mucho. Me arrepiento ahora de no haber disfrutado m¨¢s de eso.
Tal vez forme parte de lo culposo. No s¨¦, es que? Mira, yo creo que hacer cine es como follar. El hecho mismo de hacerlo es tan satisfactorio que encima querer que te aplaudan, pues? T¨² ah¨ª desnudo y la gente alrededor aplaudiendo y t¨² levantando la cabeza y diciendo, ?lo estoy haciendo bien, eh, chicos? S¨ª, s¨ª, sigue? No, es que hacer cine es tan satisfactorio que en cuanto terminas quieres ponerte a hacer otra pel¨ªcula. El ¨¦xito de El d¨ªa de la Bestia lo que me permiti¨® fue decirme: qu¨¦ bien, voy a poder hacer otra pel¨ªcula ma?ana mismo. Porque conseguir producir El d¨ªa de la Bestia nos hab¨ªa llevado much¨ªsimo tiempo? No la quer¨ªa hacer nadie. Recuerdo muchas caras de gente que me dijo que no a esa pel¨ªcula y no las olvidar¨¦ nunca. Recuerdo a uno que me dijo: "Mira, esta pel¨ªcula es absurda, no funciona ni de principio ni de final, est¨¢ mal escrita, no tiene gracia y adem¨¢s el terror y la comedia no van bien juntos. Y sin embargo, para que veas que no hay mal rollo, toma una entrada para una pel¨ªcula que acabamos de producir. Toma, vete al cine".
Much¨ªsimas gracias, le dije. Yo no s¨¦ si la gente de la calle sabe hasta qu¨¦ punto eres machacado en el proceso de realizaci¨®n de una pel¨ªcula. Incluso cuando ya tienes la pel¨ªcula acabada hay cantidad de gente que te dice, esto es una mierda, esto no funciona, esto c¨¢mbialo.
Hace usted mil cosas a la vez, participa en festivales de cortos, dibuja c¨®mics, escribe narrativa, prepara mil guiones para cine y televisi¨®n, lleva un 'blog'? No para. Parece usted Ob¨¦lix, se ha ca¨ªdo en la marmita. Tambi¨¦n me parezco en el volumen? Uno de los grandes misterios de la Humanidad a¨²n no resueltos es si es mejor llevar el pantal¨®n por encima o por debajo de la barriga. Y yo estoy con Ob¨¦lix, creo que es mucho mejor por arriba.
Yo lo dec¨ªa por el 'acelere' constante. Es como si se hubiera tragado de ni?o una marmita m¨¢gica de energ¨ªa? S¨ª, la verdad es que desde que empec¨¦ a hacer cine estoy como? Me siento como en una ca¨ªda libre, es como si me estuviera cayendo todo el rato a un abismo sin fondo, ahhhhhhhhhhhhhhh? Pero, claro, como es una ca¨ªda libre muy larga pues ya me he acostumbrado, y de vez en cuando, mientras caigo, leo el peri¨®dico, y tengo sof¨¢s que caen conmigo, estoy c¨®modo en la ca¨ªda.
Desde luego parece que le es imposible relajarse? Todo el rato est¨¢ moviendo la pierna y haciendo saltar la rodilla, por ejemplo. S¨ª, s¨ª. Es una ansiedad brutal. ?Y qu¨¦ se puede hacer? ?C¨®mo podr¨ªa arreglar eso? ?Cu¨¢ndo y c¨®mo se relaja uno? Me gustar¨ªa saber hacerlo. Nunca descanso. Adem¨¢s es que el cine, como trabajo, es una ocupaci¨®n muy ansiosa. En cuanto que terminas una pel¨ªcula quieres empezar otra para hacer bien lo que en ¨¦sta te sali¨® mal? Ahora s¨ª que lo voy a bordar, te dices. Es como un intento constante de arreglarlo todo.
De arreglar el mundo? Exacto.
Debe de ver usted el mundo muy roto para tener esa necesidad de arreglarlo tan aguda? Es como si el mundo estuviera en llamas y usted fuera un bombero. S¨ª? Y yo todo el rato estoy intentando apagar las llamas, pero no se apagan nunca. Por eso no hay nunca una sensaci¨®n de descanso. Bueno, los domingos s¨ª que parece que se para el mundo? Pero no me gusta nada la manera en que el mundo se para los domingos. Me agobio. ?Por qu¨¦ ser¨¢?
Qui¨¦n sabe. Tal vez los domingos se est¨¦ usted viendo la cara en el trasero del diablo. S¨ª, debe de ser eso. Para ver las cosas de verdad, hay que pararlas. Y yo no quiero ver las cosas de verdad, por eso no quiero que paren.
?Es usted de los que tienden a angustiarse por las noches antes de dormir? Yo creo que el mundo se puede dividir entre aquellos a los que no les gusta irse a dormir y aquellos a los que s¨ª? Bueno, yo soy de los primeros. Y cuando se hace de d¨ªa y puedes abandonar la pesadilla de la noche, ves que el problema que te estaba angustiando era una bobada. Y te dices: pero, por Dios, ?c¨®mo pod¨ªa yo estar agobiado por esta estupidez? Pero unas horas antes, por la noche, en tu cama, aquello te parec¨ªa irresoluble, era lo peor de lo peor. Rodando tengo pesadillas continuas y adem¨¢s se repiten. Sue?o que me ruedan. Sue?o que estoy en la cama y me giro mal, y entonces me dicen: otra. Y vuelvo a girar mal. Otra. Y me giro y me giro, y est¨¢ todo el equipo mir¨¢ndome con c¨¢mara y todo.
Haber tenido dos hijas, ?no le ha dado cierta calma? Me ha cambiado la vida. Ahora por fin le encuentro un sentido a la existencia. Gracias a mis hijas, y tambi¨¦n a mi mujer. Siempre tuve la sensaci¨®n de que la vida es una obra de teatro de Ionesco, pero ahora ya no. Es que el gui¨®n de la vida est¨¢ muy bien pensado, porque cuando llega ese baj¨®n del segundo acto, de repente aparecen dos cositas peque?as que dependen de ti y te das cuenta de que hay cosas m¨¢s importantes que t¨². Todos pensamos que somos el protagonista de nuestra pel¨ªcula, y a lo mejor no, puede que seamos un mero secundario. Y eso consuela mucho. En fin, tengo que aprender a disfrutar de lo bueno. ?C¨®mo se consigue eso?
Pues no s¨¦. Tal vez deteni¨¦ndose un poco. Pero dec¨ªa usted antes que no se quiere parar. ?De qu¨¦ huye? ?Qu¨¦ incendios personales tiene a las espaldas? S¨¦ que ha pasado por circunstancias dif¨ªciles? Su padre muri¨® cuando usted era ni?o? Mi padre muri¨® cuando yo ten¨ªa doce a?os. Y mi hermana muri¨® de c¨¢ncer con treinta, y tampoco supe afrontarlo en absoluto. Sal¨ª corriendo. Y tengo un hermano con problemas ps¨ªquicos desde que tengo uso de raz¨®n, y eso tambi¨¦n es muy dif¨ªcil. En ocasiones sientes como que las cosas no tienen soluci¨®n, y eso es lo que muchas veces te hace volverte loco, ?no?.... Pero, ay, no me gusta nada todo esto de lo que estamos hablando. Estamos pecando de excesiva autoconsciencia. Si yo leyera esta entrevista, este personaje no me caer¨ªa nada bien. ?Pero qu¨¦ llorica, teniendo como tiene una vida impresionante, una suerte impresionante! Y es verdad, la tengo. Soy un privilegiado, soy feliz haciendo cine. Yo lo que m¨¢s admiro en el mundo es al humorista. A la persona que se dedica a hacer re¨ªr. Y sobre todo al humorista que no tiene ning¨²n tipo de pretensi¨®n. Por eso muchas veces he dicho que me gustar¨ªa hacer una pel¨ªcula qu¨ªmicamente pura, exclusivamente de diversi¨®n. Sin ning¨²n dolor detr¨¢s.
Una pel¨ªcula que festeje la alegr¨ªa de la vida. Porque la alegr¨ªa existe. S¨ª? Hay momentos felices. Est¨¢s en una sobremesa, has comido bien, est¨¢s con alguien con quien est¨¢s bien, est¨¢s tomando un caf¨¦, est¨¢s tranquilo, las ni?as corretean, y te dices, esto es la vida. Y es perfecta. S¨ª, es verdad. Eso existe? [Pero el ni?o interior vuelve a asomar a sus ojos para contrarrestar el tono serio y la peque?a burla le tiembla en los labios hasta que estalla y sale:] Un amigo m¨ªo lo llama el momento nescaf¨¦?
Antes muerto que llor¨®n
Alex de la Iglesia (Bilbao, 1965) se mueve por la vida con complejo de culpa y necesidad de cari?o aunque es de los de antes muerto que llor¨®n. Destr¨¢s de su cuerpo inmenso se esconde un hombre tierno y bueno con un ingenio a prueba de bombas.
Su primer corto, Mirindas asesinas (1991), acapar¨® premios y llam¨® la atenci¨®n de Almod¨®var, quien apadrin¨® su primer largometraje, Acci¨®n mutante (1993).Y a partir de ah¨ª meti¨® la directa en su carrera con El d¨ªa de la Bestia, Perdita Durango, La comunidad, 800 balas -"un marmitako-western"- o Crimen ferpecto, todas singulares comedias negras. Con Los cr¨ªmenes de Oxford, su ¨²ltima obra, entra de lleno en el drama.
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