La costa m¨¢s virgen, la m¨¢s amenazada
La fiebre del ladrillo invade la costa gallega, donde hay previstas 680.000 nuevas viviendas
Al final del puente, un guardia jurado y una barrera impiden el acceso al islote de Toralla, junto a una de las mayores playas de Vigo. S¨®lo los residentes y sus invitados pueden entrar en ese vestigio del desarrollismo de los a?os sesenta, constituido por una torre de 70 metros cimentada en la misma r¨ªa y 30 selectos chal¨¦s que llegan hasta donde rompen las olas.
En Toralla no hay dominio p¨²blico, servidumbre de paso ni zarandajas, sino una comunidad de propietarios y una sociedad, Toralla, S.A., con una concesi¨®n sobre la isla hasta 2064. Hasta finales de los a?os noventa, el guardia y su barrera custodiaban esta franja de tierra de no m¨¢s de cinco hect¨¢reas, pero una sentencia del Tribunal Supremo oblig¨® a retrasar el puesto de control y a permitir el acceso p¨²blico a las dos peque?as playas de la isla.
La Xunta cree que a¨²n est¨¢ "a tiempo" de parar la 'marbellizaci¨®n'
Una torre de 70 metros en una isla privada arruina el paisaje de Las C¨ªes
Es la segunda autonom¨ªa con m¨¢s casos de corrupci¨®n urban¨ªstica
La presi¨®n de las inmobiliarias sobre los consistorios vale 84.000 millones
Se trata en realidad de un ¨²nico arenal dividido por el propio puente, un ejemplo m¨¢s del da?o que el urbanismo ha infligido a uno de los lugares de mayor belleza natural del litoral. Con las islas C¨ªes como tel¨®n de fondo, la brutal torre de 21 plantas ti?e el paisaje de hormig¨®n.
Toralla era un caso asilado en Galicia, que tiene casi la tercera parte de la costa peninsular espa?ola, y que hab¨ªa permanecido intacta a la fiebre de urbanizaciones tur¨ªsticas. Hasta ahora. En los 86 municipios de la costa gallega se han construido, en toda la historia, 816.000 viviendas. Los ayuntamientos est¨¢n ahora recalificando hasta la tierra de las macetas para poder edificar 680.000 en s¨®lo 13 a?os; m¨¢s que las previstas, por ejemplo, en la Costa del Sol.
La tramitaci¨®n de macrourbanizaciones (de entre 1.000 y 5.000 viviendas) costeras trasladan a las r¨ªas gallegas el modelo mediterr¨¢neo: apartamentos, adosados, campos de golf y marinas en primera l¨ªnea de playa, zonas en las que hasta ahora s¨®lo se pod¨ªa construir vivienda aislada. Incluso est¨¢n siendo tramitadas por inmobiliarias levantinas, como L¨¢baro o Pedro J. Pedrajas.
El mejor ejemplo de la importaci¨®n del m¨¦todo Mediterr¨¢neo es Mi?o, un bello municipio en la r¨ªa de Betanzos en el que se est¨¢n construyendo 1.300 viviendas con campo de golf y hotel, sin depuradora ni red propia de abastecimiento de aguas. El Ayuntamiento expropi¨® m¨¢s de un mill¨®n de metros cuadrados de suelo forestal para darle la concesi¨®n a la inmobiliaria Fadesa. Es la primera expropiaci¨®n que se realiza en Galicia para acometer una urbanizaci¨®n privada con venta obligatoria del suelo a seis euros el metro cuadrado. Fadesa los vende ahora entre 2.000 y 6.000.
"Es una presi¨®n inmobiliaria que nos deshace el pa¨ªs de arriba abajo y por eso queremos parar el golpe", asegura el presidente socialista de la Xunta de Galicia, Emilio P¨¦rez Touri?o. El 16 de mayo de 2007, el Gobierno gallego public¨® la denominada Ley de los 500 metros, un documento de medidas urgentes para suspender todas las edificaciones a menos de 500 metros del mar. "A¨²n estamos a tiempo", opinan en la Conseller¨ªa de Pol¨ªtica Territorial, indicando que su objetivo es tratar de evitar la marbellizaci¨®n de la costa gallega.
"El problema de la costa gallega es que est¨¢ sin ordenar. A nosotros nos da igual edificar a 500 que a 3.000 metros de la costa, lo que pedimos es que se nos diga d¨®nde, con transparencia y con planes urban¨ªsticos aprobados", subraya el presidente de la Federaci¨®n de Promotores Inmobiliarios de Galicia, Javier Garrido Valenzuela.
La peculiaridad del litoral gallego, y lo que ha generado mayor contestaci¨®n social al urbanismo que en otras zonas de Espa?a, es que nunca ha vivido del turismo. La econom¨ªa costera gallega sigue bas¨¢ndose en la pesca, el marisqueo y la industria asociada al mar (astilleros, conserveras, cet¨¢reas, frigor¨ªficos, piscifactor¨ªas), y no en pelotazos inmobiliarios.
La otra peculiaridad es que la costa gallega tiene una elavada densidad de poblaci¨®n, pero la mayor¨ªa del litoral est¨¢ exento de macrourbanizaciones. Eso no quiere decir que la costa est¨¦ desocupada, si no que predomina la vivienda aislada (legal o ilegal). Seg¨²n los datos del Ministerio de Medio Ambiente, el 15% del primer kil¨®metro de costa gallego ya est¨¢ artificialmente ocupado. Es una ocupaci¨®n mayor a la de Baleares o Canarias, que tienen una longitud de costa similar a Galicia pero una explotaci¨®n tur¨ªstica much¨ªsimo mayor. En la franja mar¨ªtima gallega hay unos 300 n¨²cleos de poblaci¨®n, todos con puerto marinero y casco urbano hist¨®ricamente construido ante el mar. "Hasta ahora la costa gallega s¨®lo dispon¨ªa de demanda de edificaci¨®n local, para el veraneo de la Galicia urbana, y ahora hay una fuerte demanda nacional e internacional", dice el presidente de los promotores.
Debido a su malas comunicaciones y a la maldici¨®n clim¨¢tica, Galicia sali¨® casi intacta de la fiebre inmobiliaria de los a?os 80 y 90 que destroz¨® otras zonas del litoral. Pero en 2001 se detectaron los primeros desembarcos inmobiliarios a gran escala. Las grandes inmobiliarias (Metrovacesa, Vallehermoso, ACS, OHL, Urbis...) que hasta entonces no operaban en Galicia iniciaron la compra de grandes extensiones de suelo r¨²stico en la costa. Fuentes del sector calculan que los grandes jugadores han comprado unos 30 millones de metros cuadrados de litoral con la intenci¨®n de lograr su recalificaci¨®n y construir. La oleada de convenios urban¨ªsticos con ayuntamientos fue tan voluminosa que incluso empezaron a publicarse anuncios en los peri¨®dicos gallegos demandando abogados expertos en urbanismo.
En 2002, la Xunta (entonces gobernada por el PP) aprob¨® la Ley del Suelo de Galicia y oblig¨® a todos los municipios a adaptar su urbanismo en un plazo m¨¢ximo de tres a?os. La norma era m¨¢s restrictiva, aunque abr¨ªa la puerta a recalificar suelo mediante convenios espec¨ªficos.
Dos a?os despu¨¦s, los ayuntamientos informaron de que ten¨ªan sobre la mesa 45 convenios para edificar 35.000 apartamentos y 17 campos de golf en zonas en donde no estaba autorizado construir. Ninguno adapt¨® su planeamiento a la nueva ley, pero aprovecharon el plazo de tres a?os que ten¨ªan para adaptarse a la ley para seguir dando licencias, muchas de dudosa legalidad. En los mejores lugares de la costa (R¨ªas Bajas, Costa da Morte, Mari?a de Lugo) afloraron urbanizaciones de cu?o mediterr¨¢neo. La situaci¨®n revent¨® a finales de 2006. La Xunta empez¨® a suspender las normas urban¨ªsticas en varios ayuntamientos o a rechazar los nuevos planes con inflaci¨®n recalificadora.
Al mismo tiempo, el presidente gallego anunci¨® la redacci¨®n de una ley urgente para proteger la costa, que establece una moratoria de dos a?os para construir a menos de 500 metros del mar en los municipios sin planeamientro adaptado a la ley. Hoy est¨¢n suspendidos los planes de urbanismo de cinco municipios costeros (Tui, Sada, Viveiro, Barreiros y O Grove) y la Xunta orden¨® reelaborar planes tan importantes como el de Vigo.
S¨®lo uno de los 86 alcaldes de la costa ha adaptado su urbanismo a la Ley de Suelo de 2002 y por ello queda eximido de la suspensi¨®n de construir a menos de 500 metros del mar. Se trata de Isaac Maceiras (PP) regidor de A Pobra do Carami?al en la r¨ªa de Arousa. Su nuevo plan aumenta la edificabilidad en un 297%, una constataci¨®n de lo que est¨¢ por llegar a la costa gallega. "A Pobra es un pueblo que naci¨® bonito, es bonito y mientras yo sea alcalde seguir¨¢ siendo bonito", asegura Maceiras.
La suerte que ha tenido el nuevo Gobierno gallego (PSOE- BNG) es que urban¨ªsticamente a¨²n estaba todo por hacer, con lo que ha podido parar el golpe. A excepci¨®n de A Pobra do Carami?al, el resto del litoral gallego (85 ayuntamientos) est¨¢n en situaci¨®n urban¨ªstica de alegalidad, al no haber adaptado antes de 2006 sus planes a la nueva Ley del Suelo de Galicia. Esto es lo que ha permitido a la Xunta aplicar la suspensi¨®n de edificaciones a 500 metros del mar a toda la fachada mar¨ªtima, desde Ribadeo hasta A Guarda.
La medida cautelar afecta a una franja de 60.000 hect¨¢reas, que representa el 13% del suelo de los municipios costeros, la banda m¨¢s deseada por las constructoras. La Ley de los 500 metros ya ha bloqueado, de hecho, un total de 30 millones de metros cuadrados que, estando a menos de medio kil¨®metro del mar, ya hab¨ªan sido recalificados como urbanizables.
Adem¨¢s, los fiscales iniciaron en 2006 la imputaci¨®n de alcaldes, concejales, arquitectos y promotores por supuesta corrupci¨®n urban¨ªstica. Galicia es, tras Andaluc¨ªa, la autonom¨ªa con m¨¢s casos de corrupci¨®n abiertos por las nuevas Unidades de Delitos Urban¨ªsticos de la Guardia Civil en los ¨²ltimos seis meses. Hay en marcha 14 operaciones por prevaricaci¨®n, malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, cohecho o incumplimiento manifiesto de la legalidad urban¨ªstica. A ellos se a?aden otros diez casos en curso abiertos antes de marzo de este a?o.
El pelotazo est¨¢ en el tejado. La mayor¨ªa de los ayuntamientos costeros han contratado consultoras urban¨ªsticas privadas y tienen casi elaborados planes para duplicar su edificabilidad. El caso m¨¢s inminente es Vigo (del PP pas¨® en mayo al PSOE y BNG) donde se mantiene una edificabilidad un 101% superior a la actual, con m¨¢s de 110.000 viviendas nuevas.
La presi¨®n que est¨¢ ejerciendo sobre la Xunta y los ayuntamientos el sector inmobiliario y buena parte del mundo empresarial gallego, es enorme. Hablan de inversiones de m¨¢s de 84.000 millones de euros, casi diez veces el presupuesto de la Xunta. Las hect¨¢reas que han comprado en Galicia son la mayor amenaza para la m¨¢s extensa de las costas de la Espa?a peninsular.
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