Matem¨¢ticas: ?Que inventen ellos!
Hace 25 a?os los matem¨¢ticos espa?oles public¨¢bamos tres de cada mil art¨ªculos en las revistas de m¨¢s calidad, las que aparecen referenciadas en la base de datos de Web of Knowledge; hoy en d¨ªa son cinco de cada 100, tal y como puede verse en el gr¨¢fico adjunto.
En efecto, las matem¨¢ticas espa?olas han conseguido un crecimiento sin parang¨®n, convirti¨¦ndose en la tercera ciencia espa?ola en t¨¦rminos relativos. El a?o pasado, se celebr¨® en nuestro pa¨ªs un espectacular Congreso Internacional de Matem¨¢ticos que dejaba bien a las claras ese desarrollo. ?Cu¨¢les han sido las causas? Lo entenderemos si pensamos que la investigaci¨®n matem¨¢tica se ha hecho hasta hace muy poco fundamentalmente en los Departamentos de Matem¨¢ticas de nuestras universidades, en unas d¨¦cadas con necesidades docentes continuas por el aumento de estudiantes, que han llevado a la formaci¨®n de numerosos nuevos doctores, acompa?ado todo ello de una apertura internacional que facilit¨® el contacto con los buenos matem¨¢ticos y centros de investigaci¨®n de todo el mundo.
Este escenario casi id¨ªlico y optimista se vuelve preocupante cuando se examina el impacto de esta investigaci¨®n que se muestra tambi¨¦n en el gr¨¢fico.
El impacto relativo est¨¢ desde hace casi 15 a?os por debajo de la media internacional, pero, tras unos a?os de mejora, y cuando todos esper¨¢bamos ilusionados un impacto positivo, este ¨²ltimo quinquenio ha resultado en una bajada. Se impone por tanto una reflexi¨®n a fondo sobre las causas que impiden a nuestra disciplina dar ese salto cualitativo.
Tenemos un problema de escasa internacionalizaci¨®n, motivado por: la ausencia de centros de investigaci¨®n de referencia, falta de programas de formaci¨®n de car¨¢cter internacional y multidisciplinar, escasa relaci¨®n con los sectores tecnol¨®gicos, industriales y financieros, y un n¨²mero muy reducido de investigadores extranjeros afincados en nuestro pa¨ªs (programas como el Ram¨®n y Cajal, que proporciona una escasa decena de investigadores por a?o, no son suficientes para resolver este problema).
Hace falta un cambio de paradigma. La investigaci¨®n de un pa¨ªs no la hacen solo los investigadores nacionales; vivimos en un mundo globalizado donde tenemos que competir con los mejores centros del mundo; por tanto, tenemos que ser capaces de atraer a los buenos investigadores creando las condiciones adecuadas: centros de investigaci¨®n atractivos y con una gesti¨®n sin cors¨¦s burocr¨¢ticos, contratos competitivos y facilidades administrativas. La vieja consigna de Miguel de Unamuno s¨ª tiene validez en nuestros d¨ªas: ?S¨ª, que investiguen ellos!,... pero en nuestro pa¨ªs. Sin embargo, este nuevo paradigma choca con un establishment acostumbrado a colocar a sus estudiantes en las plazas universitarias; desgraciadamente, ahora ya no tenemos casi ni estudiantes, e ideas como recuperar los cerebros fugados son ya obsoletas. Creemos las condiciones adecuadas, con un n¨²mero abundante de contratos y cambiaremos la din¨¢mica; los cerebros, fugados o no, acudir¨¢n a la llamada y podremos alcanzar las cifras de investigadores de los pa¨ªses desarrollados.
Iniciativas auton¨®micas como ICREA, los IMDEA de Madrid, y la creaci¨®n del Instituto de Ciencias Matem¨¢ticas del CSIC en colaboraci¨®n con la UAM, UC3M y UCM, van en la buena direcci¨®n. El proyecto de Instituto Espa?ol de Matem¨¢ticas busca tambi¨¦n un nuevo impulso. Estas iniciativas, junto con el ambicioso proyecto Consolider Ingenio Mathematica i-math, pueden suponer una primera piedra en un camino que ser¨¢ largo, pero que supondr¨ªa una mejora sustancial de la investigaci¨®n matem¨¢tica espa?ola y, en consecuencia, del resto de las disciplinas cient¨ªficas.
Manuel de Le¨®n es Profesor de Investigaci¨®n del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y Acad¨¦mico correspondiente de la Real Academia de Ciencias.
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