Ag¨¹ero saca los colores a Koeman
El Atl¨¦tico derrota de modo ag¨®nico a un Valencia cuyo t¨¦cnico decidi¨® jugar sin delanteros
Cuesta creer que Koeman tuviera intenci¨®n de perder el partido. Pero lo pareci¨®. Tan absurdo pensamiento nace del empe?o del t¨¦cnico holand¨¦s en presentar una alineaci¨®n surrealista, en la que el ¨²nico futbolista con pinta y maneras de delantero juega de lateral derecho; en la que el jugador que act¨²a en punta es el extremo derecho; en el que el mando del equipo lo llevan un fornido central reciclado, Marchena, de limitada imaginaci¨®n, y un chaval reci¨¦n salido de la escuela, Montoro. Ya en el ¨²ltimo partido de Copa, ante el Betis, Koeman apost¨® por semejante dislate. Le sali¨® bien, cierto. Y Joaqu¨ªn cumpli¨® su cometido como delantero, firmando dos goles. Pero lo de ayer era otra historia, en la que se demostr¨® que jugar sin delanteros es, sencillamente, una majader¨ªa. Porque quien estaba ayer enfrente era el Atl¨¦tico, un equipo que ha limado sus carencias defensivas y que en ataque es una m¨¢quina. Y que tiene a un futbolista enorme, obsesivo en la tarea, constante en el empe?o, r¨¢pido, vibrante, imparable, espectacular. Sergio Leonel Ag¨¹ero. Le llaman el Kun.
ATL?TICO 1 VALENCIA 0
Atl¨¦tico: Abbiati; Perea, Pablo, Eller, Antonio L¨®pez; Maxi Rodr¨ªguez (Luis Garc¨ªa, M. 90), Cleber, Ra¨²l Garc¨ªa, Simao; Ag¨¹ero y Forl¨¢n (Reyes, m. 71). No utilizados: Falc¨®n; Valera, Miguel, Pern¨ªa y Mista.
Valencia: Hildebrand; Arizmendi, Albiol, Helguera, Moretti; Marchena, Montoro (Banega, m. 46); Mata (Zigic, m. 46), Baraja (Vicente, m. 79), Silva; y Joaqu¨ªn. No utilizados: Mora; Caneira, Edu y Sunny.
Goles: 1-0. M. 28. Hildebrand choca con Helguera cuando sal¨ªa a por un bal¨®n colgado y Ag¨¹ero empuja.
?rbitro: ?lvarez Izquierdo. Amonest¨® a Albiol, Marchena, Cleber, Simao, Eller y Antonio L¨®pez.
Uno 50.000 espectadores en el Calder¨®n.
El gol del 'Kun' premi¨® el espectacular arranque rojiblanco, que debi¨® sentenciar
Zigic, que vivi¨® medio partido en el banquillo, mand¨® dos balones a los palos
A los 35 minutos Koeman, vistos los hechos, decidi¨® cambiar el ins¨ªpido discurso de su equipo. Zigic, el serbio que cada vez que juega de titular mete goles a pares (lo que para cualquiera menos para Koeman deber¨ªa tener m¨¦rito) sali¨® a calentar. El Valencia estaba siendo arrollado por un Atl¨¦tico salvaje. Que mord¨ªa, que mov¨ªa el bal¨®n a la velocidad de la luz, que jugaba desatado. Se encontr¨® con una falta al borde del ¨¢rea que Antonio L¨®pez coloc¨® con su pierna izquierda en la escuadra. Hildebrand vol¨®, toc¨® el bal¨®n con los dedos y logr¨® mandarlo al poste. Al instante, Ag¨¹ero solt¨® un zapatazo y el portero del Valencia volvi¨® a llegar donde era imposible llegar para enviar la pelota al larguero. El Atl¨¦tico se estrellaba contra la madera y contra Hildebrand. Pero ocurri¨® que al portero por el que Koeman ha mandado a Ca?izares al sof¨¢ de su casa se le ocurri¨® medir mal su salida al ¨¢rea grande, en un bal¨®n colgado desde la derecha. Ah¨ª se fue Hildebrand, a atrapar el centro aqu¨¦l, sin percatarse de que en su camino estaba Helguera. Chocaron ambos, el bal¨®n se le escap¨® de las manos al portero y cay¨® en los pies de Ag¨¹ero, que empuj¨®. El gol premi¨® el espectacular inicio del Atl¨¦tico, que siempre tuvo el bal¨®n en su poder y que s¨®lo ech¨® de menos a sus extremos, pues Maxi no apareci¨® y Simao fue demasiado intermitente.
En el descanso, por fin, Koeman rectific¨®. Hizo debutar al argentino Banega para que cocinara el f¨²tbol del equipo y coloc¨® en escena a un delantero, a Zigic, una decisi¨®n dictada por algo tan com¨²n como el sentido com¨²n. Todav¨ªa tard¨® un rato el Valencia en despertar, lo que pudo aprovechar el Atl¨¦tico. Lo evit¨® Hildebrand, que le sac¨® un mano a mano a un desesperado Forl¨¢n.
Y de repente, el Valencia se hizo presente. Banega, que al menos demostr¨® que sabe ofrecerse, tocar y volverse a ofrecer, cogi¨® el mando y, ya s¨ª, con Joaqu¨ªn en el sitio de Joaqu¨ªn y Zigic en el de Zigic, no en el banquillo, el Valencia se desmelen¨®. Bareja remat¨® con la u?a, la pelota bot¨® en un pedazo de hierba y se fue fuera. Al instante, Zigic lanz¨® con todo y estrell¨® el bal¨®n en el larguero. Y al rato, el inacabable delantero remat¨® de cabeza un c¨®rner y la pelota se fue hac¨ªa el poste no sin antes golpear en el codo de Antonio L¨®pez.
El Atl¨¦tico se ech¨® atr¨¢s (a lo que ayud¨® que su t¨¦cnico optara por prescindir de Forl¨¢n) y vivi¨® aterrorizado el resto de minutos. Hu¨¦rfano de socios, Ag¨¹ero se empeque?eci¨®. Y el Valencia, lanzado. Helguera cabecea fuera, Abbiati saca de milagro el disparo del propio Helguera, y Eller, bajo palos, el de Moretti, y Hildebrand que sube a rematar un c¨®rner, y el Valencia golpeando, y el Calder¨®n tiritando, y el empate, y la vida, que se le van al Valencia, con Koeman, quiz¨¢, pregunt¨¢ndose por qu¨¦ decidi¨® tirar a la basura medio tiempo, medio partido, el que disput¨® el Valencia con una alineaci¨®n de juzgado de guardia.
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