La mayor¨ªa de los dirigentes lamenta que Rajoy dejara pudrir la crisis

Pocas veces se ponen de acuerdo los partidarios de Esperanza Aguirre y los de Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Son dos sectores irreconciliables, cuyos l¨ªderes, como ha quedado demostrado, est¨¢n dispuestos a morir con tal de llevarse consigo al otro a la tumba pol¨ªtica. Sin embargo, ayer hab¨ªa casi unanimidad entre ellos en criticar, o al menos lamentar profundamente, la gesti¨®n que ha hecho Mariano Rajoy de la crisis interna m¨¢s grave vivida por el PP desde la derrota en las generales de 2004.

La mayor¨ªa de ellos, consultados ayer y en la noche del martes, consideran inexplicable que su l¨ªder, que tiene fama de retrasar todas las decisiones hasta el ¨²ltimo minuto, haya dejado que la crisis "se pudra" hasta el punto de que le explote entre las manos, con amenazas de dimisiones cruzadas de dos de los m¨¢s conocidos dirigentes del PP, a s¨®lo siete semanas de las elecciones.

Lo que m¨¢s le reprochan al l¨ªder, a¨²n asumiendo que la papeleta era muy dif¨ªcil por el enfrentamiento a muerte que hay entre Aguirre y Gallard¨®n, es que no hablara en privado con el alcalde y la presidenta para tomar una decisi¨®n definitiva en junio, cuando estall¨® la crisis despu¨¦s de que el alcalde reclamara p¨²blicamente su inclusi¨®n en la lista, en un acto en el que, en presencia de Rajoy, solt¨® esa frase que ahora se torna m¨¢s hiriente: "Hay pocas cosas en pol¨ªtica que me haya propuesto y no haya conseguido". Nadie entiende por qu¨¦ Rajoy no cerr¨® una situaci¨®n que no pod¨ªa tener m¨¢s que un final sangriento, y por tanto era mejor solucionarla lejos del proceso electoral.

Pendientes de la reflexi¨®n

"No tiene ning¨²n sentido lo que ha pasado. Si Mariano no ten¨ªa pensado llevar a Alberto en las listas, se lo ten¨ªa que haber dicho en verano. Y si quer¨ªa, como nos ha hecho creer a todos con su silencio, ten¨ªa que haberlo gestionado de otra manera para convencer a Esperanza", sentencia un diputado, con una idea que resume una veintena de conversaciones con diputados y senadores de distintas tendencias.

El sector moderado est¨¢ desolado por la exclusi¨®n de Gallard¨®n de las listas y sobre todo por su amenaza de dimisi¨®n, aunque se ha quedado un poco m¨¢s tranquilo al comprobar que el alcalde rebajaba el tono y se limitaba a decir que tras el 9 de marzo har¨¢ "una reflexi¨®n" sobre su futuro.

En la gesti¨®n del resto de las listas del PP hay divisi¨®n de opiniones. Todos aplauden el efecto de fichar a Manuel Pizarro -aunque muchos critican tambi¨¦n que se hiciera tan a ¨²ltima hora, cuando el empresario ya hab¨ªa aceptado un puesto en el consejo de Telef¨®nica-. M¨¢s inexplicable parec¨ªa ayer entre quienes defend¨ªan a Gallard¨®n el hecho de que finalmente Rajoy haya autorizado la inclusi¨®n de seis alcaldes como cabeza de lista, entre ellos tres de capitales de provincia como C¨¢diz, Oviedo y Burgos. Ninguno es definitivo hasta que se aprueben hoy en el comit¨¦, aunque es dif¨ªcil que esos nombres se hayan propuesto sin consensuarlos antes con la direcci¨®n nacional. "Para argumentar lo de Gallard¨®n ser¨ªa mucho mejor que no fuera ning¨²n alcalde", advierte un diputado.

El an¨¢lisis final sobre el tortuoso proceso de las listas en el que coincid¨ªan la mayor¨ªa de los dirigentes es que Rajoy ha cedido mucho ante sus barones regionales: Francisco Camps ha vetado a Eduardo Zaplana, Aguirre a Gallard¨®n, y Mar¨ªa Dolores de Cospedal impidi¨® que le coloquen cuneros y puso en Cuenca a su jefa de gabinete, Mar¨ªa Jes¨²s Bonilla, desplazando a Jos¨¦ Madero.