Cuerpo y alma
noble.
EN EL VALLE DE ELAH
Director: Paul Haggis.
Int¨¦rpretes: Tommy Lee Jones, Charlize Theron, Susan Saradon, Jason Patric, James Franco.
G¨¦nero: drama. EEUU, 2007.
Duraci¨®n: 124 minutos.
Veo a un militar jubilado, con cara rugosa y expresi¨®n introvertida, que alisa las s¨¢banas, lustra sus zapatos, economiza la expresi¨®n de sus sentimientos, sabe que los rituales cotidianos otorgan estabilidad al coraz¨®n, conf¨ªa ciegamente en la profesionalidad como principio vital e innegociable, sabe que la erguida bandera de Estados Unidos revela poder¨ªo y salud, se maneja fluidamente en Internet a pesar del anacronismo ante las nuevas tecnolog¨ªas que le puede imponer su vejez, al que comunican que su peque?o y militarizado cachorro (al mayor le ha perdido en un accidente de helic¨®ptero, tr¨¢gicas cosas del oficio), con la sagrada misi¨®n de exportar la democracia al tiranizado Irak, ha desaparecido del campamento militar en Estados Unidos en el que reposa el merecido descanso del concienciado guerrero de una causa noble.
Es el arranque de En el valle de Elah, la pel¨ªcula m¨¢s l¨²cida, estremecedora y compleja que se ha hecho sobre esa barbarie de complicado final conocida como la guerra de Irak. Paul Haggis, que le ofreci¨® un esplendido gui¨®n sobre la invencible derrota a Clint Eastwood en Million dollar baby y que nos cont¨® con autoridad y sentimiento en la compleja Crash que nada es lo que parece y que casi todos nos sentimos muy solos, narra de forma cl¨¢sica, con austeridad, con emoci¨®n contenida, lo que ocurre en el tembloroso cerebro, la torturada sensibilidad y la temible catarsis que provoca el atroz descubrimiento de que la guerra embrutece hasta el sadismo, de que todo pierde sentido en un legitimado y corrupto universo moral, de que el espanto puede contagiar y convertir en un caprichoso verdugo al que est¨¢ acorralado por el miedo, por el peligro, por la supervivencia.
No existe el subrayado, ni la manipulaci¨®n emocional, ni el ¨¦nfasis, ni el didactismo progresista en esta admirable pel¨ªcula. Es la cr¨®nica precisa y dolorosa de alguien que descubre que el infierno no son los otros, sino aquello que t¨² has engendrado y educado.
He visto tres veces En el valle de Elah. Y siempre me ahogo y siento que llegan las l¨¢grimas al ver en un impresionante plano fijo a un padre y una madre que se alejan por un pasillo, desolados, viejos, cojeando en las piernas y en el alma, sin consuelo, definitivamente rotos, abraz¨¢ndose resignadamente en su compartida desolaci¨®n.
No sobra ni falta nada en esta emotiva y dura pel¨ªcula. Irak s¨®lo aparece tres minutos a trav¨¦s de las grabaciones de un m¨®vil, pero es implacablemente sugerente y realista al retratarnos el horror interno de una invasi¨®n, en la que ni las degradadas legiones del Imperio encuentran sentido a su lucha, en la que la ignominia moral est¨¢ legitimada.
Y est¨¢ el dolorido, expectante e inmenso Tommy Lee Jones. Y una afeada y cre¨ªble Charlize Theron. Y esa maravillosa Susan Sarandon que s¨®lo necesita un par de secuencias intensas para construir un sufrimiento interminable.
Esta pel¨ªcula deja poso, sensaci¨®n de verdad, certidumbre de que las circunstancias y la vulnerabilidad pueden transformar al inocente en monstruo. Qu¨¦ perdido est¨¢ David en el valle de Elah. Goliath est¨¢ ganando. Como siempre.No sobra ni falta nada en esta emotiva y dura pel¨ªcula
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