?Qui¨¦n quiere pertenecer?
No es necesario tener un blog de actualidad literaria, como es mi Moleskine Literario, para estar enterado de que las broncas literarias existen en todas partes y con igual intensidad -y necedad-. Basta leer cualquier biograf¨ªa de escritores, cualquier historia de una ¨¦poca, para enterarse de peleas y m¨¢s peleas. Cambian los actores, cambian los argumentos, cambia todo y lo que sea, cambia la calidad literaria y la calidad humana, pero no cambia el instinto de enfrentamiento y la necesidad de derrotar (con argumentos o sin ellos) al otro.
En Per¨², hace unos a?os se origin¨® una bronca de agitadas consecuencias cuyo germen fue, justamente, un encuentro literario de narradores peruanos en Madrid. La discusi¨®n tuvo sobre todo aristas intrascendentes pero tambi¨¦n cierto cuestionamiento interesante. En su parte m¨¢s fr¨ªvola, se discut¨ªa sobre el tama?o de la foto en los art¨ªculos en una revista de actualidad; las veces que aparec¨ªa el nombre de X o de Y en los peri¨®dicos; qui¨¦n vend¨ªa m¨¢s libros y qui¨¦n ten¨ªa m¨¢s homenajes en los colegios fiscales; qui¨¦n publicaba en las editoriales "imperialistas" y qui¨¦n se autopublicaba por decencia. Tambi¨¦n se rebaj¨® el nivel a ciertos chismes -no del todo faltos de inter¨¦s como souvenir literario- sobre la higiene de ciertos escritores o sacados al fresco por amarillentas rese?as escritas 25 a?os atr¨¢s y guardadas con celo, con la esperanza de disfrutar una cena fr¨ªa. Finalmente, la frivolidad dio paso a la paranoia y se habl¨® de "mafias literarias" organizadas con enorme c¨¢lculo y profesionalismo para evitar que ciertos escritores tuvieran ¨¦xito (aunque esas mafias no pudieron evitar ser bombardeadas con art¨ªculos de p¨¢gina entera en los mismos diarios acusados de "mafiosos").
En su parte m¨¢s sensible, sin embargo, la bronca literaria no carec¨ªa de inter¨¦s. Se discut¨ªa, en primer lugar, sobre la necesidad absolutamente justificable de ser "reconocido" por el otro. ?Reconocemos los escritores peruanos la existencia de los otros escritores? ?Qu¨¦ tan abarcador era aquel "punto ciego" que no nos permit¨ªa reconocernos unos a los otros? En ese sentido, se resumi¨® la cuesti¨®n como una pelea de criollos versus andinos (aunque la versi¨®n de un cr¨ªtico m¨¢s agudo fue hegem¨®nicos versus excluidos) y aunque se trat¨® de simplificar la complej¨ªsima historia de separaciones y violencia de Per¨² en acusaciones con nombres propios, es innegable que no es f¨¢cil para el mundo literario peruano, eminentemente lime?o, reconocer lo que sucede en ciertas regiones del pa¨ªs (no necesariamente andinas, por cierto).
Por otra parte, los argumentos de esta discusi¨®n que me parecieron m¨¢s atractivos fueron los vinculados a la representaci¨®n de la literatura peruana. El grupo de los que se consideraban a s¨ª mismos "excluidos" reclamaba que un grupo se hab¨ªa arrogado para s¨ª mismo, de manera injusta y arbitraria, la representaci¨®n de Per¨². Eran ellos los que se promocionaban en revistas y encuentros literarios como "escritores peruanos", solventados adem¨¢s por el marketing de sus editoriales transnacionales, y cab¨ªa preguntarse: ?Con qu¨¦ derecho? La propuesta de ellos, sin embargo, no era tan ingenua: lo que propon¨ªan era que la verdadera literatura peruana era la excluida. Es decir, la de ellos. Una literatura, de m¨¢s est¨¢ decir, vinculada a los conflictos sociales y a la descripci¨®n regionalista en contra de novelas "criollas", con sospechosa influencia norteamericana y que a veces, vade retro, ni siquiera suced¨ªan en Per¨².
La pelea por qui¨¦n era el justo representante de la literatura peruana (una discusi¨®n inexistente en la ¨¦poca de Jos¨¦ Mar¨ªa Arguedas, por ejemplo, en que nadie dudaba de que ¨¦l era obligatoriamente el escritor peruano y lo que se discut¨ªa era hasta qu¨¦ punto pod¨ªamos permitir influencias extranjeras para no perder la peruanidad. ?Dej¨¢bamos de ser escritores peruanos si introduc¨ªamos mon¨®logos interiores, si mencion¨¢bamos el jazz en vez del huayno o si divid¨ªamos la novela como Rayuela?) se ha convertido en un sinsentido actualmente. La noci¨®n misma de una literatura nacional me parece discutible, al igual que es discutible la idea de un canon ¨²nico y unidireccional.
Ya es bastante complejo tratar de entender qu¨¦ une a un pa¨ªs con una geograf¨ªa tan variada, una sociedad tan dividida e incluso multiling¨¹e como Per¨². ?C¨®mo podr¨ªa entonces alguien decir que tal autor representa inequ¨ªvocamente a la literatura peruana? La ambici¨®n por apoderarse de la totalidad de la representaci¨®n literaria del pa¨ªs (de cualquier pa¨ªs, pero sobre todo de uno como Per¨²) es anacr¨®nica no s¨®lo por darle la espalda al mundo que nos toc¨® vivir sino, sobre todo, por ir contracorriente de la noci¨®n de antitotalitarismo con la que hemos crecido. Porque querer representar al pa¨ªs y convertirse en la ¨²nica voz autorizada es de un absolutismo insufrible y manifiesta un deseo dictatorial s¨®lo justificable por las nociones pol¨ªticas mao¨ªstas con que se educaron algunos de esos escritores. En un mundo donde cada vez existen m¨¢s libertades individuales y m¨¢s minor¨ªas reconocidas, donde estamos aprendiendo a reconocer al otro por sus diferencias, y donde la literatura mundial muestra una pluralidad como nunca antes, ?por qu¨¦ alguien querr¨ªa escribir la gran novela peruana o latinoamericana y silenciar a los dem¨¢s?
Desterremos la palabra "tolerancia", muy del agrado de estos escritores dispuestos a tolerar con buen humor a los que consideran minor¨ªas hegem¨®nicas o excluidas, y propongamos a cambio "pluralidad". Y en vez de pelearnos por estar falsamente unidos en torno a una obligaci¨®n, hag¨¢moslo por defender la diferencia de los dem¨¢s. -
Iv¨¢n Thays (Lima, 1968) fue elegido uno de los escritores latinoamericanos m¨¢s importantes menores de 39 a?os por el Hay Festival/Bogot¨¢ Capital Mundial del Libro 2007. Es autor de las novelas El viaje interior y La disciplina de la vanidad, dirige el programa televisivo Vano oficio y es tambi¨¦n autor del blog http://notasmoleskine.blogspot.com
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