Hasta siempre
Durante muchas d¨¦cadas, Miriam Makeba ha sido la voz del ?frica negra. Esa voz pre?ada de ritmo que, incitando al baile y a la diversi¨®n, clamaba en favor de la libertad y los derechos humanos. En todo el continente africano se le conoce como Mam¨¢ ?frica y el nombre no es casual ni producto de ning¨²n tipo de mercadotecnia, sino algo natural. No podr¨ªa imaginarse un nombre mejor. Pero el tiempo no pasa en balde y ahora, a sus 75 a?os, Mam¨¢ ?frica ha decidido dejar los escenarios y, desde hace poco m¨¢s de un a?o, se ha embarcado en una larga gira de despedida que anteanoche la llev¨®, de la mano del Festival del Milenio, al Palau de la M¨²sica de Barcelona en el que ha sido su concierto de despedida de Espa?a.
Una despedida emotiva y rodeada de cari?o. Un concierto caluroso e intenso que concluy¨®, no pod¨ªa ser de otra manera, con el eterno Pata Pata, que algunos espectadores bailaron por los pasillos del auditorio modernista. Ovaci¨®n de gala y un bis a capella de corte profundamente surafricano que significaba el adi¨®s definitivo. Una magn¨ªfica despedida, pero el p¨²blico barcelon¨¦s no estaba dispuesto a dejar marchar as¨ª como as¨ª a Mam¨¢ ?frica.
Pocas veces se ha visto a todo el Palau de la M¨²sica en pie aplaudiendo con ganas durante varios minutos mientras las luces del escenario permanec¨ªan apagadas, las de la sala estaban ya encendidas y las puertas abiertas de par en par invitando a la salida. Tal fue la insistencia que la diva surafricana tuvo que regresar al escenario vestida ya de calle para recoger el cari?o del p¨²blico y regalarle una versi¨®n sin ning¨²n acompa?amiento de uno de sus caballos de batalla, Oh, so alone, que puso la carne de gallina a m¨¢s de uno. Estremecedor. Y despu¨¦s todav¨ªa hizo salir a sus m¨²sicos para seguir la fiesta durante unos minutos m¨¢s.
Todo el concierto hab¨ªa emanado esa cercan¨ªa, mejor, esa complicidad entre cantante y p¨²blico. Un concierto en el que se codearon grandes temas cl¨¢sicos como Amampondo o Mbube (Wimowew) con otros m¨¢s recientes (In time o Africa is where my heart lies) y en el que dej¨® que sus m¨²sicos y coristas se lucieran a placer. Especialmente su nieta, quien cant¨® dos canciones en solitario mostrando la sangre que corre por sus venas. Zenzi Lee, se llama. Un nombre a recordar.
Una banda potente secund¨® a Makeba que mostr¨®, pese a la edad, una voz penetrante, todav¨ªa muy amplia, bella y cargada de emoci¨®n. El concierto no decay¨® en ning¨²n momento porque la cantante sabe hasta c¨®mo convertir un azucarado tema pop en un potente ca?onazo y r¨¢pidamente dejarse envolver por electrizantes y contagiosos ritmos surafricanos.
Miriam Makeba contagi¨® a cada asistente ese ritmo y esas ganas de vivir que brotan por todos los poros de su piel. A la salida, todos sonre¨ªan. No hab¨ªa sido un adi¨®s, fue un hasta siempre.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.