Cuando Ch¨¦jov se pasea por tu sal¨®n
Una compa?¨ªa madrile?a monta obras de teatro a domicilio
No hay tel¨®n, ni escenario propiamente dicho, ni mucho menos patio de butacas. Y sin embargo, lo que aqu¨ª se cocina es teatro. Sin camerinos, sin los caracter¨ªsticos carteles luminosos, sin colas en la entrada. Tan s¨®lo un sal¨®n con un sof¨¢ y unas sillas y, como atrezzo, una botella de vino tinto y otra de JB en un piso espacioso de La Navata, a 30 kil¨®metros de Madrid.
Los propietarios y una docena de amigos son el p¨²blico de una comedia negra con suspense, sorprendente, mal¨¦vola, con un punto divertido. Un actor, una actriz, y hasta tres piezas de Ant¨®n Ch¨¦jov en el men¨². Se trata de un proyecto de teatro a domicilio, emboscado en el sal¨®n de cualquier casa. Dos madrile?os y un barcelon¨¦s est¨¢n tras esta propuesta, que podr¨ªa calificarse como alternativa si ese calificativo no estuviera tan devaluado. En realidad es una idea fresca que viene de Latinoam¨¦rica, que ha arraigado en Catalu?a y que busca despertar un poco m¨¢s el apetito teatral de Madrid. El nombre de la compa?¨ªa es expl¨ªcito: Teatro en el Living.
La idea viene de Latinoam¨¦rica y ha arraigado tambi¨¦n en Catalu?a "Es extra?o ver a los actores sentados en el sof¨¢ de casa, a un metro"
La leyenda dice que Buenos Aires mantiene m¨¢s de un millar de teatros en activo. En Madrid hay apenas unas decenas. Estrenar no es f¨¢cil. A la propuesta puramente teatral hay que sumarle ciertas dosis de industria: escenograf¨ªa, decorados, vestuario, producci¨®n, promoci¨®n, publicidad. Huelga decir etc¨¦tera, y transformar todo eso en dinero. Procedente del cine, el director Max Lemcke se dio de bruces con un texto que le gustaba -al que luego ha ido a?adiendo m¨¢s repertorio- y decidi¨® meter la tijera en todo lo dem¨¢s. "La idea era contar una historia, ir a lo sencillo y despreocuparse de los obst¨¢culos. Ahorrar energ¨ªas y sacar el proyecto adelante", resume el director. Es su primera incursi¨®n en el teatro: tras un largo camino por los cortometrajes y su paso por numerosos festivales en todo el mundo, dirigi¨® su primera pel¨ªcula en 2003, Mundo fant¨¢stico, y ha estrenado en el Festival de San Sebasti¨¢n su segundo largometraje, Casual day. "Empezamos a ensayar en junio y fuimos cumpliendo plazos. Estrenamos en octubre en una casa cercana a la puerta de Alcal¨¢, y desde entonces representamos cada vez que nos sale un bolo", resume Lemcke, que tiene planes para ampliar repertorio.
El director y los dos actores, Helena Alonso y Pere Bras¨®, suelen visitar el piso donde van a representar unos d¨ªas antes de la funci¨®n. Se adaptan al espacio. El p¨²blico se saluda antes del tel¨®n (aunque en realidad no hay tel¨®n). Para todos es su primera vez con el teatro a domicilio, y eso puede comprobarse a lo largo de la hora escasa de duraci¨®n de la obra, en las que se rompen las tradicionales barreras p¨²blico-actor, o platea-escenario. "La experiencia de tener al p¨²blico cerca es extra?a, para empezar. Y puede ser un obst¨¢culo, una dificultad a?adida. Pero despu¨¦s es emocionante. Como un h¨ªbrido entre el cine y el teatro. No hay que proyectar la voz como en una sala, se puede ir m¨¢s al detalle, sacar provecho de la proximidad", sostiene Bras¨®. "El p¨²blico est¨¢ poco acostumbrado a tanta cercan¨ªa y a participar m¨¢s que de costumbre, casi en una situaci¨®n de peligro, sin saber lo que puede pasar", a?ade Alonso.
Las reacciones del p¨²blico no son las mismas que en un teatro convencional. Las motivaciones, tampoco. "Primero, es una excusa para convocar a los amigos. Y el formato es original", describe Juanjo Ganuza, el propietario de una de las casas por las que ha pasado ya Teatro en el Living. "Es extra?o ver a los actores jugando con los muebles, los vasos, los libros, sentados en el sof¨¢ de casa, a un metro de distancia. No tiene nada que ver con lo que toda la vida ha sido ir al teatro. Es otra cosa", a?ade.
Actores y director funcionan como una cooperativa. Max Lemcke hace ciertas labores de producci¨®n. Cada uno aporta algo al vestuario. Con la web de la compa?¨ªa (www.teatroeneliving.com) y el boca a boca programan una funci¨®n "cada dos o tres semanas". La tarifa es de unos 10 euros por persona, pero todo es adaptable. "Incluso el final", explica Helena. "Hay p¨²blicos fr¨ªos, voyeurs, y otros m¨¢s c¨¢lidos y generosos. Y en funci¨®n de lo que va pasando, hay cierta libertad para elegir el final: optar por uno m¨¢s esperanzador o por otro m¨¢s desastroso". En febrero tienen previsto saltar al escenario en el Festival Alternativas. Hoy act¨²an en el centro de Madrid, en un piso de Malasa?a. "A falta de tel¨®n, cortinas", se r¨ªe Pere Bras¨®. Pero teatro al cabo.
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