Estados Unidos y China: miedo rec¨ªproco
Los sondeos de opini¨®n indican que la tercera parte de los estadounidenses creen que China "pronto dominar¨¢ el mundo", y casi la mitad piensa que la ascensi¨®n china es "una amenaza para la paz mundial". A su vez, muchos chinos tienen miedo de que Estados Unidos no acepte su "ascensi¨®n pac¨ªfica". Tanto estadounidenses como chinos deben evitar unos temores tan exagerados. La existencia de buenas relaciones entre los dos pa¨ªses ser¨¢ un factor clave para la estabilidad mundial en este siglo.
Quiz¨¢ la mayor amenaza contra la relaci¨®n bilateral es la convicci¨®n de que el conflicto es inevitable. A lo largo de la historia, cada vez que una potencia en ascenso inspira miedo a sus vecinos y otras grandes potencias, ese miedo se convierte en causa de conflicto. En circunstancias as¨ª, hechos aparentemente menores pueden desencadenar una reacci¨®n en cadena imprevista y desastrosa.
Taiwan puede ser el catalizador de un conflicto entre las potencias del siglo XXI
Los chinos sospechan que EE UU usa Taiwan como portaaviones
En la actualidad, la mayor posibilidad de que se produzca un incidente desestabilizador est¨¢ en las complejas relaciones entre una y otra orilla del Estrecho de Taiwan. China, que considera que Taiwan es parte integrante de su territorio y que se esconde tras la marina estadounidense desde la ¨¦poca de la guerra civil en el pa¨ªs oriental, ha prometido responder por la fuerza a cualquier declaraci¨®n de independencia por parte de la isla.
Estados Unidos no pone en tela de juicio la soberan¨ªa china, pero quiere un acuerdo pac¨ªfico que mantenga las instituciones democr¨¢ticas de Taiwan. En el propio Taiwan est¨¢ cada vez m¨¢s extendido el sentimiento de identidad nacional, pero hay una clara divisi¨®n entre los pragm¨¢ticos de la "alianza pan-azul", que comprenden que la geograf¨ªa les exige llegar a alg¨²n acuerdo con la China continental, y la "alianza pan-verde" que gobierna en la actualidad y que aspira, en distintos grados, a lograr la independencia.
Los dos sectores se enfrentar¨¢n en las elecciones presidenciales de Taiwan el 22 de marzo. Los ¨²ltimos sondeos indican que el ex alcalde de Taipei, Ma Ying-jeou, del Kuomintang (KMT), va por delante de Frank Hsieh, del Partido Progresista Democr¨¢tico (PPD), hoy en el Gobierno. Pero algunos observadores temen que el presidente saliente, Chen Shui-bian, del PPD, busque un pretexto para impedir la derrota del bando partidario de la soberan¨ªa. Chen ha propuesto un refer¨¦ndum para decidir si Taiwan debe entrar en la ONU, un paso que China considera provocador. Pero ¨¦l responde que es China "la que est¨¢ actuando de forma provocadora".
Estados Unidos est¨¢ claramente preocupado. Hace poco, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo en una rueda de prensa que "creemos que elrefer¨¦ndum para decidir si se solicita la entrada en la ONU con el nombre de 'Taiwan' es una medida provocadora. Suscita tensiones innecesarias en el Estrecho de Taiwan y no aporta ventajas reales a la poblaci¨®n taiwanesa en el ¨¢mbito internacional". Asimismo Rice repiti¨® que su Gobierno mantiene una pol¨ªtica de oposici¨®n a "la amenaza unilateral de alterar el statu quo por parte de cualquiera de los dos bandos".
Ese mismo d¨ªa, el secretario de Defensa, Robert Gates, critic¨® a China por haber interrumpido inesperadamente las visitas de buques estadounidenses a puertos chinos debido a las ventas de armas de Estados Unidos a Taiwan. Seg¨²n Gates, hab¨ªa explicado a las autoridades chinas que las ventas de armas eran coherentes con anteriores pol¨ªticas y que "mientras siguieran acumulando fuerzas en su orilla del Estrecho de Taiwan, seguir¨ªamos proporcionando a Taiwan los recursos necesarios para defenderse". Sin embargo, Gates a?adi¨® que, pese al incremento del presupuesto de defensa chino, "no considero que China sea un enemigo, y creo que existen oportunidades de cooperaci¨®n permanente en varias ¨¢reas".
En principio, la cuesti¨®n de Taiwan no tiene por qu¨¦ desembocar en conflicto. Teniendo en cuenta los cambios cada vez mayores que est¨¢n produci¨¦ndose en China y el aumento de los contactos econ¨®micos y sociales entre ambas orillas del Estrecho, debe ser posible encontrar una f¨®rmula que permita a los taiwaneses conservar su econom¨ªa de mercado y su sistema democr¨¢tico sin tener un letrero en la ONU.
Hasta ahora, Estados Unidos ha intentado hacer posible este camino mediante la insistencia en dos l¨ªmites muy claros: nada de independencia para Taiwan y nada de uso de la fuerza para China. Pero, con el peligro de que haya incidentes derivados de la rivalidad pol¨ªtica en Taiwan y la impaciencia creciente del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n del Pueblo en el continente, Estados Unidos deber¨ªa promover negociaciones y contactos m¨¢s activos entre las dos partes.
Estados Unidos tiene un inter¨¦s nacional de tipo general en mantener buenas relaciones con China y un inter¨¦s espec¨ªfico, desde el punto de vista de los derechos humanos, en proteger la democracia de Taiwan. A Estados Unidos no le interesa ayudar a que Taiwan se convierta en un pa¨ªs soberano con un esca?o permanente en la ONU, y los intentos actuales de algunos taiwaneses en ese sentido representan un grave error de c¨¢lculo y el mayor peligro de que se cree la enemistad entre Estados Unidos y China.
Ya hay algunos chinos que sospechan que los estadounidenses aspiran a tener un Taiwan independiente que constituya "un portaaviones imposible de hundir" y susceptible de ser utilizado contra un futuro enemigo chino. Se equivocan, pero tales sospechas pueden alimentar un clima de enemistad.
Si Estados Unidos trata hoy a China como enemigo, se asegurar¨¢ un futuro de enemistad. Aunque no podemos saber con exactitud c¨®mo va a evolucionar China, no tiene sentido hacer imposible la perspectiva de un futuro mejor. La pol¨ªtica estadounidense actual combina la integraci¨®n econ¨®mica con una salvaguarda contra la futura incertidumbre. La alianza de seguridad Estados Unidos-Jap¨®n hace que China no pueda jugar con "la carta de Jap¨®n". Pero, aunque utilizar ese tipo de protecciones es natural en la pol¨ªtica mundial, la modestia es importante para ambos bandos. Si el clima general es de desconfianza, lo que a un lado le parece una salvaguarda al otro puede parecerle una amenaza.
No hay ninguna necesidad de que Estados Unidos y China entablen una guerra en este siglo. Ambas partes deben cuidar de que un incidente a prop¨®sito de Taiwan no acabe llev¨¢ndoles en esa direcci¨®n. Los estadounidenses y los chinos tienen que evitar que unos temores exagerados acaben engendrando una profec¨ªa autocumplida.
Joseph S. Nye, catedr¨¢tico en la Universidad de Harvard, es autor del libro The Powers To Lead, en prensa. ? Project Syndicate, 2008. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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