Cr¨ªtico con el Vaticano
Ayer fue elegido Prep¨®sito General de la Compa?¨ªa de Jes¨²s el palentino Adolfo Nicol¨¢s. ?Contra todo pron¨®stico? Yo creo que no. En la Congregaci¨®n General de 1983, de la que era secretario general, fue uno de los nombres que m¨¢s son¨® para suceder a Arrupe, con el que mantiene no pocas similitudes: los dos son espa?oles; fueron destinados muy j¨®venes, a Jap¨®n (Arrupe en 1938; de Nicol¨¢s, en 1961), donde echaron ra¨ªces; se comprometieron con la renovaci¨®n de la Compa?¨ªa de Jes¨²s en una triple direcci¨®n: la inculturaci¨®n de la fe frente al imperialismo cultural-cristiano occidental, la lucha por la justicia como criterio de verificaci¨®n de la fe y el di¨¢logo con el mundo moderno, caracterizado por la secularizaci¨®n. Hubiera sido un excelente continuador de la l¨ªnea renovadora abierta por el padre Arrupe en sinton¨ªa con el concilio Vaticano II. Con la elecci¨®n de Nicol¨¢s entonces, la confrontaci¨®n Vaticano- Compa?¨ªa de Jes¨²s era m¨¢s que previsible. Al final se impuso la proverbial prudencia jesu¨ªtica y fue elegido el holand¨¦s Kolvenbach, persona m¨¢s d¨®cil que pod¨ªa recomponer las deterioradas relaciones con el Vaticano, sin por ello doblegarse servilmente a los vientos restauradores que corr¨ªan entonces. De hecho, durante el gobierno de Kolvenbach, numerosos jesuitas han seguido en la vanguardia de la liberaci¨®n en el Tercer Mundo y en la elaboraci¨®n de una teolog¨ªa cr¨ªtica.
Normalizadas las relaciones con el Vaticano, los delegados de la Congregaci¨®n General han optado por recuperar la l¨ªnea de Arrupe, adaptada eso s¨ª,a los nuevos desaf¨ªos. Nicol¨¢s es una persona que cuenta con un s¨®lido bagaje teol¨®gico, una presencia ininterrumpida durante casi cuarenta a?os en Extremo Oriente, donde se est¨¢ produciendo una revitalizaci¨®n del cristianismo, con una prolongada experiencia de gobierno y de talante abierto y moderadamente cr¨ªtico con el Vaticano, ante quien, bien seguro, seguro no va a doblegarse.
Nicol¨¢s es un te¨®logo profesional que ha dedicado buena parte de su vida a la docencia teol¨®gica. Defendi¨® su tesis doctoral en 1971 en la Universidad Gregoriana de Roma bajo la direcci¨®n de Juan Alfaro, asesor del concilio Varicano II y uno de los te¨®logos cat¨®licos "mayores" que, junto con Karl Rahner, Congar y Schillebeeckx, contribuy¨® decisivamente a la renovaci¨®n de la teolog¨ªa, reci¨¦n salida de la m¨¢s rancia escol¨¢stica. El t¨ªtulo y tema de la tesis reflejan bien a las claras su pensamiento: Teolog¨ªa del progreso. Se trata de un estudio riguroso de las teolog¨ªas surgidas tras la Segunda Guerra Mundial, con las que sintoniza: teolog¨ªa de las realidades terrestres, del trabajo, de la historia, antropolog¨ªa teol¨®gica, teolog¨ªa pol¨ªtica, teolog¨ªa del progreso humano. El libro de Nicol¨¢s fue un faro ideol¨®gico durante mis estudios de teolog¨ªa durante la primera mitad de los a?os setenta del siglo pasado. Es tan actual como en la ¨¦poca en que fue escrito.
El nuevo general es un comprometido con el di¨¢logo interreligioso en un mundo como el de Extremo Oriente caracterizado por el pluriverso religioso y la diversidad cultural. Una an¨¦cdota. En uno de sus viajes a Madrid compr¨® el libro de Hans K¨¹ng El cristianismo. Esencia e historia y mostr¨® su satisfacci¨®n ante unos compa?eros jesuitas por que el te¨®logo alem¨¢n defendiera un proyecto de ¨¦tica mundial y la convergencia de las religiones en la defensa de la vida, de una cultura de la no violencia, del trabajo por la paz, de la lucha por la justicia y del medio ambiente y de la superaci¨®n de todo tipo de discriminaciones. Eso facilitar¨¢ el di¨¢logo intercultural e interreligioso. ?Ojal¨¢ que tambi¨¦n con el Vaticano!
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