El tiempo pasa
Hace tan s¨®lo una semana que se han convocado las elecciones y parece como si hubiera sido hace meses. Quiz¨¢s sea porque llevamos de precampa?a desde despu¨¦s del verano, aunque el PP comenz¨® la suya el 15 de marzo de 2004, justo despu¨¦s de perder las elecciones, cuando decidi¨® tres a?os de ofuscaci¨®n y un a?o de propuestas. La estrategia ha sido llevada a cabo m¨¢s o menos por los suyos si exceptuamos a los obispos m¨¢s radicales, la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, la Cope y El Mundo, que no paran porque tienen que vender su producto a diario. Esta semana ha resultado de una intensidad propia de la campa?a, con Pizarro y Ruiz-Gallard¨®n bajo los focos. En pol¨ªtica el uso de los tiempos es fundamental y parece que Rajoy no ha manejado muy bien los suyos. Dejar para el ¨²ltimo momento la decisi¨®n sobre temas importantes no siempre resulta aconsejable. Y todav¨ªa no han terminado las sorpresas, aunque cabe esperar que sean menores. El PP no ha resuelto todas sus listas, con lo que tiene con el vientre suelto a unos cuantos de sus cargos p¨²blicos que no saben si van a seguir. Es curioso que el s¨¢bado coincidieron en C¨¢diz los dos grandes partidos en la presentaci¨®n de candidatos: el PSOE en San Fernando y el PP en la capital. Pero el acto del PP, por mucho fervor¨ªn y muchas l¨¢grimas de Te¨®fila Mart¨ªnez, fue incompleto porque no estaban todos los candidatos. No entiendo muy bien esa obsesi¨®n por dejarlo todo para ¨²ltima hora, el no hagas hoy lo que puedas dejar para ma?ana. Es cierto que una decisi¨®n de listas prematura conduce a la molicie a quienes no van a repetir. Pero dejarlo todo para el final es de malos estudiantes. Y si algo puede salir mal, saldr¨¢ mal. Dicen que el PP siempre lo ha hecho as¨ª, aunque no creo que otras veces le haya salido igual. Por ejemplo, todav¨ªa no se sabe por d¨®nde va a ir el ex ministro Miguel Arias, portavoz de econom¨ªa del PP y diputado saliente por C¨¢diz. Un dirigente pol¨ªtico de su nivel hubiera necesitado un poco m¨¢s de cari?o. Todo han sido rumores: que si C¨®rdoba, que si Ja¨¦n, que si Ciudad Real. Ahora se dice que en la lista de Madrid. Todo para que Te¨®fila Mart¨ªnez vaya de n¨²mero uno al Congreso porque en su partido piensan que puede aportar los votos suficientes para darles un esca?o que por muy pocos votos fue al PSOE en 2004. Pero tambi¨¦n porque la pol¨ªtica nacional es lo que siempre ha interesado a la alcaldesa de C¨¢diz, que lleg¨® a este puesto contra su voluntad pero que ha sabido rentabilizarlo mejor que Alberto Ruiz-Gallard¨®n.
Lo que est¨¢ claro es que ver a los cabezas de lista del PP no produce un irrefrenable deseo de cambio. Parecen parte una foto antigua, de antes de Internet, con Gabino Puche, Celia Villalobos, Soledad Becerril y el propio Arenas cogidos de la mano como si estuvieran bailando una sardana (?cielos!). Y no conviene olvidar que el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos, como dice la canci¨®n. Esta foto con las mismas caras de 20 a?os atr¨¢s no provocan la ilusi¨®n de algo nuevo que represente un cambio para Andaluc¨ªa. M¨¢s bien lo contrario, la de un elenco de veteranos dispuestos a seguir contra viento y marea. No es que el PSOE se haya renovado, m¨¢s bien al contrario, pero son los que claman alternancia los que tienen el deber de demostrarla.
Los primeros rifirrafes han tenido que ver con la publicidad institucional. La legislaci¨®n es restrictiva con las campa?as de las administraciones, incluso con los actos que pueden hacerse desde la convocatoria de unas elecciones. El PP denunci¨® que la Junta ten¨ªa algunas campa?as en marcha en contra de lo establecido por la ley. Lo hizo con tanto ah¨ªnco que cuando han pillado a Te¨®fila Mart¨ªnez con la ciudad llena de publicidad en los que se ve a ella misma en tierno contacto con los ni?os suena a lo del alguacil alguacilado. Creo que la ley sobre la publicidad institucional deber¨ªa ser m¨¢s restrictiva a¨²n con lo que se evitar¨ªan los abusos y que se usara la inversi¨®n publicitaria para intentar orientar el sentido de los medios de comunicaci¨®n, como por cierto hace el Ayuntamiento de C¨¢diz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.