Un soleado Chinatown
La Costa del Sol cuenta con la quinta mayor colonia de residentes chinos
China ha puesto sus ojos en la Costa del Sol. Y viceversa. El gigante asi¨¢tico se est¨¢ desplegando en M¨¢laga, donde ya se exploran nuevas v¨ªas de negocio tanto en el sector tur¨ªstico como en el tecnol¨®gico.
M¨¢laga se ha convertido en la quinta provincia espa?ola en concentraci¨®n de inmigrantes chinos. Los ¨²ltimos datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales revelan que la comunidad china en Espa?a se ha multiplicado por diez en los ¨²ltimos 10 a?os, pasando de las 10.816 personas hasta alcanzar las 113.922 en 2007. En la Costa del Sol, de apenas un millar de residentes chinos se ha pasado a 4.329, el 3,8% del total nacional. Del resto de provincias andaluzas, s¨®lo Sevilla, con un 2%, supera el millar de inmigrantes de este pa¨ªs asi¨¢tico.
Este incremento de trabajadores chinos que escogen la Costa del Sol para prosperar -uno de cada tres trabaja por cuenta propia-tiene una sencilla explicaci¨®n, seg¨²n cuenta Ku Wei Chung, una taiwanesa de 45 a?os que reside en Espa?a desde 1986 y que result¨® elegida concejal por el PSOE en el Ayuntamiento de Torremolinos en las pasadas elecciones municipales. "Si te fijas, la mayor¨ªa de las comunidades chinas se dan en la costa. A los chinos nos atrae el buen tiempo, pero sobre todo escogen estas provincias por ser m¨¢s abiertas y cosmopolitas", explica Ku Wei. "Esto influye de dos formas: por un lado la llegada no resulta tan dura, porque entre tanto extranjero [en Torremolinos hay residentes de 111 nacionalidades y su poblaci¨®n extranjera censada (15.682) supone el 26% del total] no se sienten extra?os y, por otro, porque son zonas eminentemente tur¨ªsticas muy propicias para sus negocios", a?ade Ku Wei. Otro factor es el boca a boca. As¨ª lo explica Ku Wei. "De los cerca de 4.500 chinos residentes en la Costa del Sol, el 80% procede de la regi¨®n de Zhejiang y m¨¢s concretamente de Chintien, una ciudad media de esta provincia que casi se ha quedado sin gente joven porque el que ha vuelto ha contado lo bien que le iba en Espa?a y ha tirado de otros", cuenta Ku Wei.
Y es que la edad media con la que llega el inmigrante chino a Espa?a roza los 30 a?os. La mayor¨ªa regenta sus propios negocios, principalmente restaurantes, bazares y negocios de importaci¨®n de textil o alimentaci¨®n y en ellos emplean a los compatriotas reci¨¦n llegados o sin negocio. "Est¨¢ claro que la cultura del trabajo es diferente a la espa?ola, por eso prefieren emplear a chinos", dice Ku Wei, que r¨ªe al recordar lo mucho que extra?a a sus compatriotas el abultado calendario festivo espa?ol.
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