El mareo de Iniesta
Tour¨¦, en Ghana, Edmilson en la enfermer¨ªa y M¨¢rquez en el banquillo. En el campo, de medio centro, Andr¨¦s Iniesta. Mareado de tanto viajar por el campo, Rijkaard minimiza su potencial como volante exigi¨¦ndole un alarde de compromiso en cada partido. El t¨¦cnico le utiliza donde le necesita por el bien del equipo y recupera el manual de la nueva posici¨®n con solvencia. "Sabemos que en algunas posiciones puede dar cien y en otras no, pero su rendimiento siempre es alt¨ªsimo", reconoce Eusebio Sacrist¨¢n, ayudante de Rijkaard. Al entrenador no le tiembla el pulso cuando se trata de moverle en el tablero, as¨ª que se ha tomado al pie de la letra eso de que Iniesta puede jugar donde haga falta. Lo ha alineado en todos los partidos de la Liga y s¨®lo en dos no lo ha incluido en el once titular.
Empez¨® por darle bola en la banda derecha, dando relevos al franc¨¦s Giuly, hace cuatro temporadas. Luego, le reclam¨® con id¨¦ntica naturalidad para jugar en su h¨¢bitat, de volante por la izquierda, de lateral o de extremo izquierda, donde ha jugado la mayor parte de los minutos acumulados este curso. Resignado a su suerte de comod¨ªn, Iniesta empez¨® de pivote frente al Racing, por delante de Puyol y de Milito, para terminar de volante en la derecha. Actuando de pivote, rob¨® el doble de pelotas que perdi¨®, mientras que cuando pas¨® a actuar de ocho le dio verticalidad a las transiciones, m¨¢s por su habilidad al poner la quinta velocidad cuando sale del regate que por las combinaciones. A Iniesta el equipo le marea pero le encuentra siempre con id¨¦ntico acierto. El p¨²blico, cruel ayer con Giovani, al que pit¨® con sa?a, siempre se lo ha sabido agradecer.
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