Siempre la carne
Cuentan en un reportaje de Cuatro que el irresistible anzuelo de Internet para pillar clientela masiva es el sexo. La inmensa mayor¨ªa del personal que navega por ese mundo intangible ("navegar es preciso, vivir no es preciso", afirmaba un poeta que ni ciego de copas hubiera imaginado jam¨¢s que el mar pudiera concentrarse en una pantalla) busca en su soledad erecciones y humedades, onanismo y orgasmo. O sea, lo de siempre, como intentaba demostrar aquel l¨²cido obseso llamado Freud.
Si lo anterior alcanza verdad cient¨ªfica, tambi¨¦n hay esp¨ªritus doctos convencidos de que todo es pol¨ªtica. Y m¨¢s si viven de ella. A?¨¢dasele la incontestable estad¨ªstica de que todo es futbol y podremos entender la exclusiva dedicaci¨®n de la televisi¨®n, de esa ventana a trav¨¦s de la cual observa e interpreta la vida la mayor¨ªa de la gente, a los tres supremos motores de la existencia.
Como ofrecer el car¨ªsimo opio del futbol es un negocio muy duro, entiendes que haya guerras feroces por su posesi¨®n. Y los que no han podido meter el dedito en la ansiada tarta, dedican a ¨¦ste la mitad de sus informativos sobre las noticias del mundo. Con el sexo lo tienen m¨¢s f¨¢cil, ya que sirve cualquier pretexto sociol¨®gico o l¨²dico para sacar im¨¢genes er¨®ticas que disparen los aud¨ªmetros. Incluso basta con sugerir los placeres de la carne en el t¨ªtulo de las ofertas, como evidencia el morbo que ha despertado una cochambrosa serie con el dada¨ªsta enunciado de Sin tetas no hay para¨ªso.
?Y la pol¨ªtica? Puede alternarse con los vertederos del cotilleo hep¨¢tico y gozar del mismo ¨¦xito de audiencia. Apaguen el sonido y comprobar¨¢n que la f¨®rmula y el tono son id¨¦nticos en los debates sobre las cloacas del famoseo que en los cansinos foros sobre si Espa?a vive en el infierno o en el cielo. Ni siquiera precisan cambiar de moderador. Que grima el tal Jordi Gonz¨¢lez.
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