El nuevo superior de los jesuitas apuesta por los pobres y marginados
Lorenzo apunta en la homil¨ªa que la orden debe replantearse sus objetivos
Adolfo Nicol¨¢s, nuevo superior general de los jesuitas, tuvo ayer su ba?o de masas en la iglesia del Ges¨², de Roma, donde San Ignacio vivi¨® los ¨²ltimos a?os de su vida. Fieles y curiosos llenaron a rebosar el majestuoso templo para escuchar las primeras palabras del hombre elegido el s¨¢bado para guiar a la mayor orden religiosa cat¨®lica en el siglo XXI. No les defraud¨®. En su homil¨ªa se?al¨® que la tarea de los jesuitas es anunciar la salvaci¨®n a las naciones, pero no entendidas como territorios geogr¨¢ficos, sino como grupos humanos. "Los pobres, los marginados, los excluidos y disminuidos, ¨¦stas son las naciones" a las que se dirige la atenci¨®n de la Compa?¨ªa. El nuevo superior reconoci¨® tambi¨¦n la necesidad de replantearse la misi¨®n de la orden en el mundo de hoy. "Lo que tenemos que preguntarnos es ?ad¨®nde debe ir nuestro servicio, nuestras energ¨ªas?"
La ceremonia comenz¨® con una procesi¨®n, en la que tomaron parte los 217 delegados de la Congregaci¨®n General que le ha elegido. Fue una exhibici¨®n del poder de la Compa?¨ªa, con rostros de todos los colores y rasgos. Cerraba la fila, envuelto en una casulla dorada, el nuevo superior, quien brome¨®: "Acabo de estar en la celda de San Ignacio, donde me han le¨ªdo las Constituciones, me han dicho lo que tengo que hacer. He tenido ganas de salir corriendo, pero no he podido porque las puertas estaban cerradas".
El llamado papa negro hizo en su homil¨ªa una menci¨®n al sobrenombre: "Esos clich¨¦s son superficiales, irreales, alimento para la pol¨ªtica, pero no para nosotros". Habl¨® de su trabajo con los emigrantes en Filipinas y en Jap¨®n, y en c¨®mo le impresion¨® la confianza de los pobres en que s¨®lo hay salvaci¨®n en Dios. "Los marginados, los excluidos, todos los disminuidos porque la sociedad s¨®lo apuesta por los grandes, son para nosotros las naciones que necesitan la ayuda de Dios", dijo. Tambi¨¦n cit¨® la enc¨ªclica del Papa Benedicto XVI, Dios es amor, en lo que pareci¨® obligada cortes¨ªa.
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