?Puede acotarse la ca¨ªda de las Bolsas?
Las Bolsas europeas vivieron el d¨ªa de ayer en trance de convulsiones. Lo que hasta ahora era contemplado por los mercados como una lejana posibilidad, empieza a ser asumido ya como una evidencia: que la econom¨ªa de los EE UU est¨¢ a punto de entrar en recesi¨®n.
Durante las recesiones caen el consumo y la inversi¨®n, aumenta el ahorro y se reducen los beneficios empresariales. De ah¨ª que, cuando se las ve venir, las cotizaciones de las empresas en Bolsa suelan experimentar una fuerte ca¨ªda que ajusta la valoraci¨®n de esas empresas a las nuevas expectativas de menores beneficios. Tras las bajadas de ayer y de los dos meses anteriores, el Ibex 35 acumula ya m¨¢s de un 21% de p¨¦rdidas desde su nivel m¨¢ximo, por lo que toca preguntarse c¨®mo de profunda va a resultar la recesi¨®n norteamericana y hasta qu¨¦ punto podr¨ªan seguir cayendo sus Bolsas y las europeas. Para responder, no hay m¨¢s que echar un vistazo a los cien ¨²ltimos a?os.
Los primeros indicios claros de que una recesi¨®n de la econom¨ªa norteamericana asomaba en el horizonte se produjeron hace ahora justo dos a?os. Se trataba de una constelaci¨®n de indicadores econ¨®micos y financieros que pr¨¢cticamente siempre, desde la II Guerra Mundial, ha provocado una recesi¨®n: tipos de inter¨¦s de corto y largo plazo al alza; curva de tipos de inter¨¦s invertida (lo que significa que los tipos de inter¨¦s de corto plazo, como el Eur¨ªbor, son m¨¢s elevados que los que se pagan a 10 a?os) y precios del petr¨®leo en mete¨®rico ascenso: 400% de subida desde los 20 d¨®lares / barril de finales de 2001, cuando la econom¨ªa de los EE UU estaba saliendo de la ¨²ltima recesi¨®n.
Las dos ¨²ltimas recesiones en Estados Unidos han sido muy suaves, aunque no lo fuera tanto la ca¨ªda de la Bolsa que se produjo con motivo de la ¨²ltima, la que dur¨® de marzo a noviembre de 2001. Entonces, el ¨ªndice Standard&Poor's 500 sufri¨® una ca¨ªda del 50%.
A lo largo de la historia, cada vez que los principales ¨ªndices norteamericanos han experimentado ca¨ªdas del 40% o el 50%, seis o siete a?os m¨¢s tarde se ha producido otra ca¨ªda de magnitud parecida (?y ahora hace justo siete a?os desde que se inici¨® el anterior ciclo bajista!). Aunque decir eso no sea decir gran cosa, ya que la historia de tales ¨ªndices es muy corta (desde 1896 para el ¨ªndice Dow Jones) y esa situaci¨®n s¨®lo se ha producido dos veces, en 1900-1907 y en 1966-1973.
Poca base, por tanto, para una generalizaci¨®n (aunque tampoco se disponga de nada mucho mejor a la hora de hacer previsiones). En el primer caso la crisis fue esencialmente financiera, como ahora, y el papel de los bancos centrales lo interpret¨® en aquella ocasi¨®n el afamado banquero John Pierpont Morgan. En la segunda ocasi¨®n, la crisis fue fruto de la p¨¦rdida de competitividad de las empresas norteamericanas, a lo que se sum¨® la crisis del d¨®lar y la casi instant¨¢nea subida de los precios del petr¨®leo.
Esa perspectiva nada agradable para la Bolsa norteamericana tiene de bueno que es la peor que es razonable imaginar en la situaci¨®n actual. Una situaci¨®n que no es, en absoluto, comparable con la de la Gran Depresi¨®n norteamericana, ya que los bancos centrales han aprendido mucho desde entonces y su gesti¨®n hasta ahora, a diferencia de lo que fue entonces, est¨¢ resultando impecable. Las autoridades fiscales tambi¨¦n han aprendido y ya se aprestan a incentivar el consumo en los EE UU por lo que, si la recesi¨®n se produce, lo l¨®gico ser¨ªa esperar que no sea de duraci¨®n superior a nueve o doce meses.
Si ¨¦sas son las referencias para la Bolsa norteamericana, las europeas siempre tendr¨¢n la esperanza de que el euro comience a depreciarse y eso amortig¨¹e el impacto de lo que vaya a suceder aqu¨ª.
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