El retablo de Oia recupera el alma
La humedad hab¨ªa ablandado como una esponja la pieza renacentista
Hoy por la tarde toca funeral en Santa Mar¨ªa de Oia y, por primera vez en mucho tiempo, don Avelino, el p¨¢rroco, podr¨¢ oficiar sin echar de menos el casco. ?ltimamente, el retablo mayor, dedicado desde el siglo XVII a la patrona (que seg¨²n la leyenda lleg¨® con las olas, una noche tempestuosa, a lomos de un can marinero), viv¨ªa un oto?o que se hab¨ªa vuelto perpetuo, y a veces, en misa, se ven¨ªa abajo alguna moldura, alg¨²n adorno en forma de hoja de acanto, la nariz de un santo, pongamos por caso, ante el estupor de los feligreses.
Hace tiempo que los vecinos clamaban por una restauraci¨®n. En esto estuvieron siempre capitaneados tanto por Avelino Vaquero, el sacerdote, como por Esther Est¨¦vez y Jesusa Dom¨ªnguez, las dos mujeres que atienden la iglesia sin cobrar, y que "hasta 20 veces al d¨ªa" van con la llave a abrir el templo a las visitas ("hasta 500 turistas por jornada" en fin de semana). Cada vez que ven¨ªa un pol¨ªtico, los parroquianos le presentaban sus respetos y su ristra de reclamaciones. El retablo mayor, y los otros retablos, cada d¨ªa m¨¢s hundidos en s¨ª mismos, m¨¢s cerca del suelo. Y las goteras, y las humedades que han pintado de verde los sillares. Y el campanario, que tambi¨¦n amenaza con deshojarse, como el retablo.
Al tocarla, la madera de casta?o se hunde y recupera su forma al retirar el dedo
Durante la misa, los feligreses ve¨ªan con estupor c¨®mo se ca¨ªan los adornos
"El a?o pasado les ense?¨¦ la iglesia a tres ministros. Nada menos", cuenta Esther Est¨¦vez. "Se quedaron impresionados, pero ?ustedes creen que alguno ha hecho algo? Ahora, la Xunta dice que va a meter dinero, pero aqu¨ª hemos aprendido a no creernos nada hasta que lo vemos".
El retablo mayor de Oia, renacentista pero cuajado de a?adidos barrocos, ha empezado a ser restaurado por la empresa Acanto Conservaci¨®n y Restauraci¨®n hace diez d¨ªas. Los 33.000 euros de la encomienda ser¨¢n costeados por la Xunta (54%), el Ayuntamiento de Oia (40%) y el cepillo parroquial (6%), y de paso que especifica esto, la Conseller¨ªa de Cultura aprovecha para anunciar que, tambi¨¦n en 2008, el Gobierno gallego invertir¨¢ 150.000 euros en la recuperaci¨®n del campanario y 30.000 en unas obras que intentar¨¢n solucionar los problemas de "estanqueidad y ventilaci¨®n" que sufre este templo al borde del mar. Los causantes de los peores males de esta iglesia.
La humedad salina ha hecho estragos en el casta?o. Cuando se toca el retablo a la altura de la predela (un friso que alterna bajorrelieves y pinturas y que se apoya en el banco o base de piedra), el dedo se hunde, y cuando se retira, la madera recobra su forma como si se tratara de una esponja. Este acorchamiento, que se repara con resinas, y los anclajes, ya podridos, no fueron tratados hace 15 a?os, cuando la Xunta pag¨® una restauraci¨®n de urgencia, m¨¢s est¨¦tica que otra cosa. Entonces, la intervenci¨®n m¨¢s honda fue una desparasitaci¨®n que, seguramente, era innecesaria. La restauradora Marta Tosete explica que las maderas tan viejas "no interesan a los xil¨®fagos". A las termitas, como a los humanos, "les gusta lo tierno".
La mayor¨ªa de las im¨¢genes y las decoraciones del retablo estaban unidas a la estructura ¨²nicamente con puntas. En cuatro siglos, de tanta herrumbre, estos clavos se han hinchado y han rajado las maderas. Adem¨¢s, desde el barroco, se han perdido algunas tallas y se han a?adido nuevas piezas: un templete, un relicario, el perrazo labrador de la Virgen, im¨¢genes de santos guerreros, y, ya a principios del XX, una escalinata dorada para cuya instalaci¨®n fueron sacrificados dos relieves y dos pinturas al temple que ahora, al retirarla, han sido descubiertos. Este grader¨ªo barroco, que vino de otro retablo, ser¨¢ recortado para que queden a la vista esos santos que llevaban 100 a?os emparedados.
El equipo de restauradores y carpinteros de Acanto tiene en Oia para tres meses. Mientras trabajan a diario en el retablo entre tres y siete personas, otros compa?eros se han propuesto sumergirse en los archivos de la di¨®cesis, en Tui, para descubrir qui¨¦nes fueron los autores del conjunto. En abril, chocar¨¢ ver un retablo lustroso junto a un edificio, el monasterio, que se desploma sin que nadie mueva un dedo.
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