Los palestinos desaf¨ªan el cierre de la frontera de Gaza ordenada por Egipto
El presidente egipcio invita a Ham¨¢s y Al Fatah a negociar en El Cairo
Ham¨¢s ha lanzado un ¨®rdago a Egipto. Dos d¨ªas despu¨¦s de que milicianos islamistas reventaran la frontera sur de Gaza, miles de palestinos continuaron ayer cruzando desesperados hacia la mitad egipcia de la ciudad de Rafah para comprar todo lo imaginable.
Manifestantes egipcios piden que se permita el paso de los palestinos
Desde la ma?ana, los guardias de fronteras egipcios se desplegaron con veh¨ªculos blindados y material antidisturbios junto a las enormes brechas provocadas a bombazos y con sopletes en el muro met¨¢lico y de hormig¨®n. Pretend¨ªan impedir el paso de la multitud. Pero la muchedumbre de Gaza, ansiosa por aliviar el brutal bloqueo econ¨®mico al que es sometida por el Ej¨¦rcito israel¨ª, desafi¨® imparable el inicio del anunciado cierre fronterizo. Ya de noche, los guardias egipcios abandonaron sus posiciones.
El embrollo que se plantea a las autoridades de El Cairo es de calado, y la salida del atolladero, complicada. Tal vez por ello, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, invit¨® por la noche a Ham¨¢s y Al Fatah, encarnizado rival de los fundamentalistas, a negociar en la capital egipcia. Jaled Meshal, l¨ªder de Ham¨¢s en el exilio, no perdi¨® un segundo en aceptar la propuesta.
Ser¨ªa la primera vez que ambos partidos se re¨²nen desde que Ham¨¢s se apoder¨® de Gaza en junio del a?o pasado. Tambi¨¦n supondr¨ªa un tremendo varapalo al proceso de paz iniciado en Annapolis, dado que Israel exige al presidente palestino, Mahmud Abbas, que eluda todo contacto con Ham¨¢s para seguir adelante. Y, por ¨²ltimo, representar¨ªa otro bofet¨®n al mandatario palestino, que ha prometido no citarse con dirigentes de Ham¨¢s salvo que permitan el restablecimiento de su autoridad en Gaza.
Presionado por EE UU e Israel para que retome el control de la raya fronteriza, Mubarak afronta tambi¨¦n una gran presi¨®n en las calles. Ayer se celebraron manifestaciones en ciudades egipcias para que se permita el flujo de palestinos. Es dif¨ªcil una soluci¨®n a muy corto plazo, porque decenas de miles de habitantes de Gaza se hallan en la parte egipcia de Rafah y en El Arish, a 50 kil¨®metros de la linde. Y, sobre todo, porque Ham¨¢s no da su brazo a torcer. Sami Abu Zuhri, portavoz del movimiento fundamentalista, advirti¨®: "La frontera no debe cerrarse porque proporciona ayuda urgente para los palestinos".
Respecto al mi¨¦rcoles, un par de hechos resultaban ayer novedosos. Los guardias de fronteras egipcios, con porras, perros adiestrados, escudos y veh¨ªculos blindados conminaban a los palestinos a no traspasar los l¨ªmites del cord¨®n policial. Sus semblantes y aspavientos denotaban tensi¨®n. Comenzaron a colocar alambre de espino en algunas de las brechas abiertas en el muro, y en alg¨²n incidente aislado lanzaron chorros de agua a presi¨®n. Los palestinos respondieron como mejor saben: a pedradas. Ham¨¢s, que controla f¨¦rreamente Gaza, no qued¨® al margen. Su respuesta fue inmediata: abrieron con una excavadora un nuevo boquete. Y la avalancha fue incontenible.
La multitud se apresur¨® a cruzar a Egipto. Incluso se colocaron cuatro gr¨²as para levantar las mercanc¨ªas por encima de la peque?a pared de dos metros en el lado egipcio. Motocicletas e incluso camellos se alzaban en volandas hacia su destino: Gaza. S¨®lo costaba 15 shekels, poco menos de tres euros.
Los agentes egipcios mostraron contenci¨®n. El r¨¦gimen de Mubarak no puede permitirse causar derramamiento de sangre. Muchos de los palestinos que regresaban con sus compras aseguraban que la polic¨ªa anunciaba por megafon¨ªa que todos deb¨ªan regresar a la franja antes de las tres de la tarde. No obedecieron. La gente sigui¨® cruzando desde el territorio palestino hacia Egipto.
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